Kian
No podía negar que sentí una emoción secreta cuando Cassie se lanzó a mis brazos en busca de protección mientras veíamos The Grudge el sábado por la noche, y no solo una vez. La escena en la que la aparición femenina bajaba las escaleras hacia atrás con las extremidades torcidas, y cuando la cara del niño apareció de debajo de la cama, fue todo lo que hizo falta. Cassie saltó de su asiento y prácticamente terminó en mi regazo. Seguía riéndome para mis adentros mientras caminaba por el pasillo hacia la puerta principal, silbando mientras avanzaba.
Algo sobre invitar a Cassie a quedarse conmigo me puso un paso más ligero. Tal vez era solo el nuevo elemento de sorpresa. Ya no volvía a casa a un apartamento vacío todas las noches. Me gustaba despertarme con café fresco. O encontrar nota
