Cassie Agradecí que el cielo estuviera nublado mientras caminaba por la acera hacia el patio lateral del café donde Brianna y yo habíamos quedado en encontrarnos. Ya sentía la piel pegajosa por la ansiedad que me retorcía el estómago. Un día caluroso y soleado no habría ayudado en lo más mínimo. Pero todas mis preocupaciones se desvanecieron por un momento al ver el rostro brillante y sonriente de Brianna. Llevaba puesta su camiseta que decía: ¿Chicos guapos? Perdón, entendí papas fritas. Un regalo que le había dado por su cumpleaños. Se iluminó al verme, saltó de la pequeña silla de hierro n***o y corrió para lanzarse sobre mí y abrazarme. —¡Chiiica! —chilló contra mi cuello—. ¡Te extrañé como al infierno! —Se apartó, sosteniéndome la mano en el aire mientras me examinaba de pies a cab

