ZAYN —No te olvides de la cerveza de Ace, muñeca —dije mientras Gracie le entregaba su bebida a Bastian—. Y que no tenga que ir a buscarte para que se la traigas. Está lidiando con algunas cosas. —No lo haré —respondió Gracie—. Sabes que no. Solo estaba bromeando. Puedo notar que algo le molesta a tu amigo. Nadie, ni siquiera Ace, puede estar tan gruñón sin una buena razón. —Asintió y sonrió, haciendo que su moño despeinado se tambaleara sobre su cabeza. —Te lo agradezco, Gracie. —Pero será mejor que se anime pronto, o Axel le pateará el trasero y lo sacará de aquí. —Tomó un vaso vacío, me sonrió otra vez, giró sobre sus talones y se alejó de nuestra mesa. —Me da pena por Ace, hermano —dijo Bastian, sosteniendo su cerveza rubia pálida contra el pecho, como si acunara a un animalito in

