Rose
—Ja. Bueno, ¿cómo estuvo eso para ti? —preguntó, sonriendo demasiado orgulloso para mi gusto.
Me di cuenta de que la insinuación iba dirigida al estado en el que estaba y comencé a arreglarme.
—Realmente fue bastante divertido. —Solté una respiración y reí—. Emocionante.
Lo miré a los ojos mientras decía eso, y nos quedamos congelados por un momento. Él estaba de pie bajo la luz del sol con el agua detrás de él, su cabello salvaje por el casco, todo desordenado. Su lugar. Sus mejillas y fuertes mandíbulas desafiaban el aire frío, y sus ojos estaban llenos de emoción. Quería meter mis manos en su cabello y tirar de los mechones besados por el sol. Los segundos se alargaron eternamente, hasta que finalmente rompí el contacto visual y caminé hacia la baranda.
Lentamente, me apoyé en
