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2028 Words
2 de septiembre 2021 Charlotte sellers Despierto por la luz del sol colándose por las cortinas de la habitación, la mañana está cálida y acogedora, por lo que las ganas de quedarme en la cama hasta las doce crecen dentro de mi, sin embargo sé que debo levantarme, parpadeo abriendo los ojos para acostumbrarme a la luz y giro mi cabeza hacia el otro lado de la cama, buscando a Aarón, el susodicho se encuentra mirando el techo distraído, y va sin camisa, para mi pesar. La noche anterior transcurrió sin incidentes, luego de instalarnos y dormir un poco, algunos nos relajamos en la piscina el resto de la tarde mientras que otros se quedaron en las habitaciones hasta la hora de la cena, donde pudimos convivir un poco más. Pude hablar con Hayden, quien resultó ser una chica bastante tranquila y agradable, a decir verdad, es la que mejor me cae de las dos, Scarlett no es una persona amigable, al contrario, a veces la pillaba dándome malas miradas, aunque aún no entiendo la razón de su molestia hacia mi. Claro que eso no es algo que me quite el sueño, por lo que solo me dedicaba a observarla con atención a través de mis lentes, en cambio a Aarón, lo veo más de la cuenta, necesito saber como es el, descifrarlo, para así poder proceder a enamorarlo. Solo tenemos treinta días, que yo sin duda dare todo lo que tengo. —Veo que ya despertaste—escucho su voz a mi lado, sin embargo, me niego a voltearme. Menos con tan poca ropa que lleva, después de todo, también soy humana, y me afecta ver una cosa tan bien hecha que no puedo tocar. Que estrés. —Buenos días Aarón—saludo poniéndome de lado, para ser la primera noche, no fue tan difícil dormir con el. —¿Como dormiste?—cuestiona poniéndose en la misma posición que yo, haciendo qu nuestras miradas choquen, sus ojos castaños son muy hermosos, de cerca aún más. Es un hombre realmente atractivo. —De maravilla, ¿y tu?—regreso la pregunta alzando las cejas mientras escudriño su rostro. —Igual, aún más con una mujer tan hermosa a mi lado—me guiña un ojo coqueto. Ruedo los ojos levantandome y me fijo en la hora. 8 a.m.. Supongo que me levanté temprano después de todo, aunque el castaño a mi lado no parece haber despertado hace poco. Me encojo de hombros empezando a caminar hacia el baño, y una vez alli me miro en el espejo, bien, no me veo para nada mal para acabar de despertarme. Entro en la ducha con toda la calma del mundo y abro el agua tibia, me ducho el tiempo necesario y al terminar envuelvo mi cuerpo en una toalla, sacudo mi cabello mojado y salgo del baño, luego de cepillar mis dientes y busco algo bonito en el armario para ponerme hoy. Al final me decido por un vestido rosa casual, y unas sandalias bajas, dado que hoy estaremos toda la mañana en la playa, los juegos esta vez fueron preparados por Lia, dado que yo estoy participando, cosa que me pone un poco nerviosa, nunca se sabe que esperar de esa loca. Cepillo mi cabello rápidamente al ver que Aarón sale del baño poniéndose la camiseta e intento no mirarlo mucho, evado el maquillaje, dadas las circunstancias y el susodicho se acerca a mi, mi respiración se corta al verlo tan cerca de mi, su perfume llega a mis fosas nasales haciendo que me ponga nerviosa. Miro con indiferencia hacia el frente, mientras siento su nariz rozar mi cuello, enviando oleadas de calor a todo mi cuerpo. —Hueles muy bien Sellers.—me llama por mi apellido. Sonrío levemente girando mi cabeza, haciendo que nuestros rostros queden a solo centímetros. Dejo un pequeño beso en la comisura de sus labios notando como los entreabre expectante. —Buen intento Blair. Susurro separandome de golpe de el y acercándome a la puerta, la tensión en el ambiente se puede sentir a kilómetros, sin embargo el parece perplejo por unos segundos hasta que me sigue hacia la salida de la habitación, alzo las cejas divertida y el me da una mala mirada. Levanto mi mano tomando la suya y comienzo a caminar hacia fuera del hotel, donde nos esperan los demás chicos, Lia me da una mirada de reojo la cual baja con curiosidad hacia nuestras manos unidas, pero claro, el castaño no se puede negar a ese contacto, porque se supone que debemos estar lo más juntos que se pueda ¿No? Yo tengo que ganar este juego, y este castaño arrogante no me lo va a impedir. Avanzamos con tranquilidad hacia el restaurante para desayunar primero, y mis mejores amigos me dan miradas cómplices que no entiendo en absoluto, se supone que esta es una competencia, y debo actuar como tal. ¡Hace tanto tiempo que no participo! Que horror. Siento una leve caricia en el dorso de mi mano haciendo que levante la mirada hacia el castaño, quien me guiña un ojo coqueto, lo ignoro olímpicamente y me siento a su lado en la mesa, los demás chicos también lo hacen junto a sus parejas y yo me dedico a observar, como siempre. —¿Que les ha parecido la isla hasta ahora?—cuestiono mirándolos. —¡Me encanta! ¡está preciosa!—chilla Hayden bajo nuestra atenta mirada, pero al darse cuenta que se ha ganado la atención se sonroja. ¡Que ternura! —Es un gran lugar, pero hay mejores—dice Scarlett mirando con desdén a su alrededor. Arqueo las cejas hacia ella y decido ignorar su comentario. —Pues, en lo personal, me gusta mucho el lugar, pero más otras cosas—menciona Jacob fijando su mirada en la castaña quien pega un respingo mirándolo mal. Oh, que interesante. ¡AQUI HAY AMOOOR! Sonrio divertida entrecerrando los ojos pero mi sonrisa se borra de golpe al escuchar a Aarón. —Concuerdo contigo.—su mirada se clava en mi y yo le doy una mirada que podría fácilmente congelar el mismísimo infierno. Lia suelta una sonora carcajada y yo la miro mal también. ¡Ahora se dedican a molestarme! ¡Que bonito! Luego de eso, no vuelven a molestarnos, por alguna razón, me he dado cuenta que Liam y Scarlett poco hablan entre sí, no como Jacob y Hayden, ellos simplemente se miran, de vez en cuando intercambian una que otra palabra, pero no hay esa chispa entre ellos, cosa que me lleva a pensar que talvez no conecten como esperamos. En mi caso, siento que voy a matar a Aarón en cualquier momento, el sujeto es muy risueño, se la pasa sonriente y hablando con todo el mundo, mientras yo me mantengo en un rincón a la espera de que Lia comience los juegos. —Bueno, el primer juego de hoy será una competencia de parejas, cada pareja deberá sostener un globo con su cuello, sin tocarse, al que se le caiga el globo pierde. Explica señalando los globos que tiene en las manos. —Osea, que debemos evitar besarnos—dice Scarlett curiosa. —No quería decirlo asi—aclara con diversión—Pero si, eso exactamente. Niego con la cabeza divertida y asiento tomando el globo que me ofrecen, una melodía movida empieza a resonar por una corneta que trajeron para darle un toque divertido al ambiente, cosa irónica con la tensión que se crea. Dirijo mi mirada hacia Aarón quien sonríe con travesura, entrecierro los ojos en su dirección y me acerco a el, sus manos se ponen en mis brazos con suavidad haciendo que una corriente eléctrica pase por mi espina dorsal, me separo de él como si quemara y pongo el globo entre nosotros, más específicamente, en nuestro cuello, con nuestros rostros muy juntos. Comienzo a ponerme nerviosa por su cercanía y escucho como Lia anuncia el inicio, nos mantenemos muy quietos, mientras los segundos pasan, intento mirar a todos lados menos a el, pero siento su mirada sobre mi obligándome a girar la cabeza. Sus ojos chocan con los míos de golpe, café contra verde, en una intensa mirada que irradia rivalidad, por un mínimo instante, puedo ver lo hermoso que son sus ojos, notando las pequeñas motas claras que los envuelven, mi respiración se corta de golpe y veo como algunas parejas se tropiezan perdiendo, han pasado tres minutos y ya me duele la nuca, sin embargo, sigo mirándolo a modo de concentración. Una sonrisita traviesa curva sus labios y no lo entiendo hasta que intenta acercar su boca a la mía haciendo que de un respingo. Le doy una mala mirada al escuchar como anuncian que perdimos y me enoja saber que es por su jodida culpa. —¡No! ¿Por qué hiciste eso?—chillo cruzándome de brazos. —No siempre se gana Charlotte. Algunas veces necesitas perder para ganar. Su expresión deja entrever las segundas intenciones en sus palabras por lo que suelto un bufido. —En tus sueños, c*****o. Suelto enfurruñada, las personas a nuestro alrededor se dedican a observar nuestra batalla de miradas hasta que anuncian un nuevo juego, esta vez, en el mar. Por lo que cada uno se pone su traje de baño y se mete al agua. Por lo que veo, va a ser una batalla entre parejas, ush. Le doy una ojeada al chico a mi lado quien se muestra entusiasmado, al sentir mi mirada dirige la suya a mi, alzo las cejas confusa y el se encoge de hombros. —¿Preparada para ganar esta vez?—susurra en mi oído haciendo que todo mi cuerpo se erice. Asiento en su dirección para avanzar hasta el agua. Esta seria una mañana un tanto divertida. (...) Me dejo caer en la cama exhausta, el día de hoy fue tan agotador que ya no se cuales partes de mi cuerpo están dormidas y cuales despiertas a decir verdad. Estuvimos toda la mañana jugando en la playa, para luego ir a almorzar, me sorprende la capacidad que tienen algunos para socializar, yo por lo personal no la tengo, eso siempre ha sido un problema, aunque estar alejado de las personas a veces es bueno, tienes menos posibilidades de que te hieran, o jueguen contigo, eso si lo aprendí bien. Porque el dolor es amigo de el aprendizaje, ambos van de la mano, y para ser sincera, todo lo que he pasado a lo largo de los años me ha enseñado algo, bueno o malo igualmente. Cierro los ojos unos minutos, sé que tengo que ir a ducharme, pero las ganas que tengo de levantarme son nulas, claro que Aarón sin fue directo a darse una ducha apenas llego. Escucho la puerta del baño abriéndose y con esos mis ojos también, levanto la cabeza en esa dirección y ¡Madre santa! ¿De dónde ha salido este hombre? No puede estar... más bueno ¡Porque no puede! Tiene buenos genes el condenado. Para mi desgracia. Porque pasaré un bendito mes con semejante espécimen. ¿Que iba a hacer? ¿Ponerme una venda en los ojos? Bueno... no resulta tan descabellada la idea, no es contra las reglas así que... —¿Qué?—escucho su voz trayendome de vuelta a la realidad. —¿Qué de qué?—cuestiono alzando las cejas Mi mirada baja irremediablemente a su pecho desnudo, y me dan ganas de quitarle la sonrisa arrogante de un golpe. —¿Por qué me miras así? —¿Así...?—sé claramente como lo estoy mirando pero primero muerta a admitir eso. —Olvídalo. Contengo una risa al ver su irritación y me acuesto dándo la espalda. Cierro los ojos resignada a que no tomaré una ducha y segundos después la cama se hunde a mi lado. Mi respiración se corta al sentir sus dedos marcando un recorrido por mi brazo y me pregunto que demonios esta haciendo. —Te ves muy sexy en pijama—susurra a mi oído y a mi se me olvida como respirar. Es más, ¿qué es respirar?
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