2: Casamiento por conveniencia

1377 Words
Riana sonrió y le puso la mano, después de eso ambas se acostaron, sin embargo Ariadna permaneció alerta por si nuevamente intentaban mirar el rostro de la princesa. Al día siguiente las damas de la corte quisieron hacerse cargo de ella pero lo impidieron. — Nadie puede ver mi rostro antes que Su Majestad, así que la persona que me arreglara será mi dama de compañía. Cuando ya me tenga lista yo saldré. Las damas de la corte salieron de la habitación entonces comenzó a vestirla, sin embargo. Riana la ayudaba. Cuando estuvo lista colocó el mismo velo blanco y salió del cuarto. — Estoy lista, vámonos. Ella empezó a caminar y todos estaban preparados, al llegar ante Charles no había nadie que no la mirara. Cuando todo se llevó a cabo finalmente el velo estaba por retirarse. — Me gustaría estar a espaldas de los demás, quiero que solo usted me mire, Su Majestad. — Si eso es lo que deseas, me parece bien — ella se dio la vuelta entonces Charles movió el velo, cuando miro sonrió de lado — al parecer los rumores son ciertos la segunda Reina posee una belleza única. Ella se dio la vuelta y todos la miraron sorprendidos, luego de que la ceremonia transcurriera ambos se fueron a su habitación — No pienses que va a pasar algo, simplemente me casé por conveniencia. — Será como desee Su Majestad. Yo para ser honesta me case por intereses del trono y no por amor, así que no es el único que comparte esos sentimientos. — Al menos eres honesta — él la miró con indiferencia — si deseas te puedes retirar. — Creo que no sería conveniente mirar a la nueva reina en su primer día de casada fuera de esta habitación. — No pienso compartir mi cama contigo. — No le estoy pidiendo eso a Su Majestad. Dormiré en el suelo. Riana se quitó la ropa, se puso algo más cómodo y se durmió en el suelo. Cuando Charles miró esto tomó una sábana y una almohada lanzándola. — Al menos ocupa esto. Riana tomó la sábana y la almohada, ella sonrió y se quedó dormida. Al día siguiente se levantó muy temprano incluso Charles aún estaba dormido, al salir de la habitación varias damas de la corte la miraban sorprendidas entonces una voz se escuchó, se trataba de Ariadna — Ella es la Segunda Reina, Riana, por favor saluden a como es debido. Las damas de la corte hicieron una reverencia entonces Riana las saludo también, a lo que ellas se sorprendieron ya que no era permitido según las costumbres. — Me gustaría hablar con la dama superior. — No hay dama superior ya que Su Majestad lo decidió así, aunque hay algunas que ya llevan un tiempo aquí entonces digamos que ellas son las encargadas de nosotras. — Bien, me gustaría hablar con alguna de ellas — la dama de la corte dirigió a Riana hasta la cocina cuando el resto la miraron se sorprendieron — me gustaría hablar con la dama de la corte que tenga más tiempo en el palacio. Una de las damas se acercó a ella entonces la saludo respetuosamente, sabía quién era ya que estuvo mirando de lejos la boda celebrada y también la recepción solo que fue con unas cuantas criadas. — Hola, necesito que me digas las obligaciones del palacio y como le gustan las cosas a Su Majestad para así yo encargarme personalmente. — Pero Reina, esa no es su obligación sino la de nosotras. — Con todo respeto Su Majestad — Ariadna hizo una reverencia — pero ella tiene razón, usted es la Reina Segunda de este país y no una empleada. — ¿Acaso piensan desobedecerme? Como ustedes han dicho soy la Reina Segunda de este país, no tienen el poder para desautorizarme. Las damas de la corte se sorprendieron entonces comenzaron a demostrarle como le gustaban las cosas a Charles, ella sonreía y aprendía rápidamente. Cuando estuvo todo listo subió con la comida. — Su Majestad — Riana tocó la puerta — el desayuno se encuentra listo, ¿Podemos pasar? Cuando Charles escuchó a Riana abrió la puerta sorprendido, ella hizo una reverencia como si no estuviera pasando la gran cosa. — Espero que durmiera bien Su Majestad, aquí tiene el desayuno. Ella entró y después lo hicieron las damas de la corte, cuando sirvieron todo, Riana se dirigió hacia ellas. — Yo me encargare de atender al Rey pueden retirarse, si llegase a necesitar algo les haré saber con mi dama de compañía. Las damas de la corte se retiraron entonces Ariadna se quedó de pie en una de las esquinas de la habitación. — ¿Qué piensas que haces? — Le estoy sirviendo el desayuno, Su Majestad. — Ese no es tu trabajo — él la miró inquisitivamente — ¿Acaso no lo sabes? — Dado que no hay una dama superior que guíe a las damas de la corte me gustaría hacerlo yo misma, claro está, si usted me lo permite, Su Majestad. — ¿Hablas en serio? — Si, muy en serio Su Majestad. — Si deseas rebajarte a ese nivel es tu decisión y yo no me opondré. — Se lo agradezco enormemente, Su Majestad Ella desayuno ahí mismo, Charles la miraba intrigado por su forma de comportarse. Cuando terminaron de desayunar Riana le pidió a Ariadna que llamara a las damas de la corte. — Como usted ordene, Reina Riana. Ariadna hizo una reverencia y salió de la habitación, fue ahí cuando Charles aprovechó para hablar con ella. — ¿Qué piensas que haces al tomar estas decisiones? ¿Acaso quieres que tu familia se revele en mi contra? — Nunca pensé en hacer eso Su Majestad, simplemente creo que me aburriré en este palacio tan grande. Además ahora este es el país donde vivo aunque llevo a mi país en mi corazón no vivo allá, sino aquí. — Eso espero, porque si no irías directo a la horca por traición. — Nunca dude de mi palabra, es mi posesión más valiosa. Riana se levantó de donde estaba entonces salió de la habitación. Mientras caminaba por los pasillos se encontró con Aurora. — Al parecer ahora sí puedes mostrar tu rostro. Hay un rumor entre las damas del palacio que dicen que decidiste atender a Su Majestad tu misma. — No es un rumor simplemente es la verdad — ella respondió con serenidad — quise atender a Su Majestad yo misma, no veo qué tiene de malo. — Me pregunto si realmente eras una princesa o una simple esclava en tu país. — Lo que yo fuera en mi país creo que no es de su asunto Reina Aurora. — Eres demasiado altanera — siseó venenosa — me encargare de hacerte callar esa boca y de recordar el lugar que tienes en este palacio. Aurora levantó su mano para golpearla, Riana la detuvo sin ningún temor y esto fue más que suficiente para hacer que ella se sorprendiera. — Si no desea una guerra entre su familia y la mía le aconsejo que no me toque un solo cabello. Si realmente estudio debe saber que el ejército de mi país es más grande que cualquiera es por eso que Su Majestad decidió desposarme. — Te recuerdo que eres la segunda reina y no la primera, debes mostrar respeto hacia mí y hablarme de forma respetuosa. — El respeto es algo que se gana, reina Aurora, mientras usted me quiera pisotear yo le voy a detener el pie. No soy más, ni menos por el hecho de que llegué de segunda a la vida de Su Majestad. Son mis valores los que me van a dar el lugar que me corresponde en el palacio aunque a usted no le parezca. Aurora se soltó del agarre de Riana y comenzó a caminar hecha una furia, Ariadna la felicito por la manera de actuar que tuvo ante esta persona y luego ambas se dirigieron donde las damas de la corte. La segunda reina las miró de forma impasible y sonreía con satisfacción. — Yo me haré cargo de ustedes a partir de hoy, así que desde ya les digo que eviten hablar de más...
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