Riana se puso muy roja y bajó la cabeza, Adrian sonrió al ver las mejillas níveas de su cuñada completamente rojas.
— ¿Cómo te pudiste enamorar de alguien que ni siquiera conocías?
— Aunque no lo conocía en persona había escuchado muchas cosas de él, tanto buenas como malas.
— Pero al parecer te dejaste guiar por las cosas buenas.
— Así es, creo que todos cometemos errores pero mientras no se vuelvan a cometer el resto no importa.
— Miras las cosas desde una perspectiva diferente, me agradas.
— Muchas gracias Adrian.
Ellos continuaron caminando pero al llegar de regreso ambos se sentaron en el pasillo.
— Hoy fue un día muy alegre en el palacio, espero realmente que todos los días sean así.
— Este lugar ha cambiado desde que apareciste Riana, le diste vida al palacio.
— Hago lo me
