Recuerdos del pasado

1543 Words
— Está bien Reina Riana. Vaya a su habitación yo iré a la mía para traer algo de ropa y que se cambie, mientras tanto aprovecharé para ponerme la pulsera. Ambas se fueron por caminos separados las habitaciones estaban separadas por una distancia considerable cuando Ariadna tomó todo la ropa busco en una gaveta y sacó una pulsera algo sencilla pero esta traía un colgante en forma de lágrima entonces se la puso. Mientras iba por el pasillo se encontró con Aurora al mirarla hizo una reverencia. — Tráeme té de jazmín a mi habitación, hazlo rápido — Lo lamento Reina Aurora, pero yo solamente sirvo a la Reina Riana. Ahora si me disculpa tengo que retirarme — Ariadna hizo una reverencia y empezó a caminar, pero de repente Aurora le tomó el brazo fuertemente, le preguntó por la pulsera que llevaba puesta mientras apretaba con más fuerza — por favor, suélteme me lastima. — Responde — ella la agitó del brazo — ¡¿De dónde la sacaste?! — Fue un obsequio Reina Aurora, por favor suélteme. — No seas mentirosa, ¿Cómo alguien te puede obsequiar algo así? Esto seguramente lo robaste. Te enseñaré a respetar lo que no es tuyo. Aurora le ordenó a sus damas de compañía que la tomaran entonces estas lo hicieron, cuando caminaron ellas la ataron de las manos. — Ahora dime de dónde sacaste esta pulsera — Ariadna respondió lo mismo — no te creo, nadie regala una pulsera de jade a una simple criada, vas a pagar por hurtar cosas. Aurora le dejó ir el primer golpe con una vara entonces ella se dobló. Cada vez que le preguntaba lo mismo obtenía la misma respuesta, así pasaron algunos minutos ya Ariadna estaba sangrando de su espalda. — Ariadna tarda demasiado tiempo — Riana se sintió preocupada — iré a ver qué ocurre. Riana salió de su habitación y se dirigió hacia el cuarto de Ariadna mientras iba en el camino pudo escuchar los golpes, al mirar esto corrió rápidamente y se atravesó en el justo momento que Aurora la iba a golpear nuevamente. — ¿Qué significa esto? — Riana miró a Aurora — ¿Por qué tratas a mi dama de compañía como una ladrona? Has cruzado todos los límites permitidos con esto. — Apártate, es una orden. — No pienso hacerlo, así que exijo una explicación. Aurora se molestó muchísimo y golpeó a Riana con la vara, cuando lo hizo ella se aferró a Ariadna, aunque continuaba golpeándola no daba ni un paso atrás y poco le importaban las súplicas de su dama de compañía que le pedía que se retirará. — No lo haré te protegeré Ariadna así que quédate quieta. Al mirar esta escena Aurora recordó a Adriana e hizo que la enfureciera más, la empezó a golpear más fuerte. Así transcurrieron los minutos y Riana ya estaba sangrando mucho, poco a poco la tela de su vestido se fue desgarrando y mostró su espalda destrozada. — Reina Aurora — una de las damas de la corte se metió — creo que es suficiente, deje de golpear a la nueva Reina si no desea meterse en problemas con Su Majestad. — No te metas porque si no te va a tocar a ti también. Ella continuó pero cuando iba a dar otro golpe se escuchó una voz, se trataba de Charles en compañía de Adrián que se encontraba mudo ante la escena tan desgarradora y sangrienta, Aurora se detuvo inmediatamente, al hacerlo Riana cayó inconsciente. — ¿Por qué golpeas a Riana de esta forma? — él miró con furia a Aurora — ¿Cómo osas hacerlo? Golpearla a ella significa golpearme a mí. Ariadna estaba desesperada por soltarse de su amarre, Adrián se dirigió hasta donde estaba ella y la soltó, cuando miro la espalda de Riana se puso pálido. — ¿Qué delito cometió para que le hicieras esto, Aurora? — Yo le dije que se apartara pero ella no hizo caso, decidió proteger a esta mujer. — ¿Qué hizo la dama de compañía de Riana? — Tenía puesta esta pulsera de jade, obviamente la robó ya que una criada no puede tener acceso a tales joyas que solamente pertenecen a la monarquía. — Yo le dije que había sido un obsequio pero no me quiso creer, hace unos días los Reyes del país vecino le enviaron varios objetos a la Reina Riana entonces ella me obsequió esa pulsera entre otras cosas. — Ahora que ella está inconsciente es muy conveniente decir eso, ¿No lo crees? — Si al menos le hubiera respondido cuando le pregunto porque me castigaba de esa forma estoy segura que ella le habría aclarado todo, sin embargo no habló y decidió golpearla de esta forma tan brutal. No sé porque le tiene tanto odio si la Reina Riana no le ha hecho nada malo, pero la sangre que derramó va a ser cobrada. A los reyes no les va a hacer gracia saber que su hija se encuentra en tal estado, créame que el infierno le va a parecer un paraíso en comparación con lo que la reina Marion le va a hacer padecer. — Adrián, por favor pide que llamen al médico rápidamente — Charles se bajó de su caballo — mientras tanto voy a ver a Riana. Adrián asintió y Charles se acercó hasta donde estaba Riana, al verle el daño que tenía en la espalda miró a Aurora quien solamente apartó la mirada, luego de esto él tomó su capa cubriéndola, después la cargo hasta su habitación y la acostó boca abajo, Ariadna le quito lo que le restaba de la ropa. — Su Majestad, iré a traer agua para limpiarla. Ariadna se marchó y ambos quedaron a solas.... No dejaba de mirarla y recordar lo que había ocurrido con Adriana años atrás cuando defendió a una amiga acusada de ser una ladrona, era exactamente igual pero en está ocasión la peor parte se la llevó Riana. Estaba de esta forma cuando ella despertó, al intentar levantarse el dolor la invadió y él la detuvo con cariño mientras le pedía que se quedará ahí. — Su Majestad, ¿En dónde se encuentra Ariadna? — ¿Cómo dices? — Mi dama de compañía, Ariadna, ¿En dónde se encuentra? — Anda trayendo agua para limpiar tu espalda, no entiendo cuál es la devoción que tienes por esa mujer, es solamente una criada y aquí hay muchas que te pueden atender. — Ariadna ha sido la única amiga que he tenido, además ambas tenemos la misma edad. Solo que ella se mira un poco mayor ya que el trabajo la ha dejado así, aunque todo cambió cuando la tomé como mi dama de compañía. Mis padres no se negaron ya que también le tomaron mucho aprecio incluso la tratan como una hija gracias a un acto lleno de valentía que hizo sin dudarlo. — ¿Es cierto que tú le regalaste una pulsera de jade? — Así que fue por eso que la golpearon — Riana sonrió al ver la cara de Charles — es cierto, incluso yo le pedí que la usara el día de hoy ya que quería ir al mercado para encontrarme con su hermano. Cuando llegó Ariadna y miró a Riana despierta corrió hacia donde estaba, tomó sus manos con una preocupación muy grande y le preguntó por su estado. — Estoy viva como puedes ver, ¿Y tú? — Ariadna al mirarla se puso a llorar y Riana sonrió — ya, ya, cálmate, estaré bien dentro de unos días. — ¿Por qué hizo eso? No lo vuelva a hacer Reina Riana, ese castigo era para mí, no para usted. — Ariadna, sabes muy bien que te protegeré de cualquiera, estoy segura que harías lo mismo por mí. — Pero Reina, somos dos personas de diferentes posiciones. — Creo que esos golpes te afectaron demasiado, recuerda con quién estás hablando. Todos somos iguales y no hay nadie superior a nadie, recuérdalo. Ariadna le sonrió y tomó un pañuelo para limpiarla pero fue detenida por Charles, él amablemente se ofreció a hacerlo y Riana se quedó dormida mientras sentía las agradables manos de su esposo. — Al parecer Riana te tiene mucho aprecio. — Si, ambas hemos estado juntas desde que éramos unas niñas, somos inseparables, cuando me dijo que se iba a casar con usted realmente estaba contenta. — ¿Por qué? — Había escuchado muchas cosas de usted, ella quería conocerlo. Además había otro detalle por el cual estaba contenta. — ¿Cuál es ese detalle? — Cuando se casó con usted el velo que le habían impuesto finalmente iba a ser retirado. Ella pasó muchos años con esto, nadie le podía ver el rostro ya que lo condenaban a muerte. Todo esto fue gracias a una mujer familiar de un noble — Charles preguntó el motivo — intentó matarla desfigurando su rostro, dijo que nadie podía poseer una belleza superior a la de ella. Desde ese entonces los Reyes decidieron cubrirla con ese velo por su protección, el peor castigo de la reina Riana fue ser bella, los hombres la deseaban y las mujeres la despreciaban; no tuvo las cosas fáciles en absoluto…
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