No seré como su madre

1360 Words
— Ariadna, necesito que le pidas a una dama de la corte que me envié un jabón de los que yo no hice. Ariadna se fue y cuando tuvo el jabón se lo entregó inmediatamente a Riana, ella se mostraba preocupada pero trataba de controlarse lo más que podía. — En seguida vengo, iré a dejarle esto a Su Majestad. Ella se fue y cuando estuvo frente a Charles cambió el jabón sin decir nada, él tenía los ojos cerrados pero fue capaz de escuchar a Riana. — ¿Qué crees que haces? Realmente eres audaz al entrar a este baño, te recuerdo que me encuentro completamente desnudo y tú eres una mujer que al parecer carece de vergüenza. — Cambio el jabón que no le gusto, le prometo que no se volverá a repetir Su Majestad. Además le recuerdo que usted entró en mi baño y yo me encontraba igual de desnuda pero no dije nada para hacerlo sentir incómodo, es mi esposo después de todo. — ¿Sabes bien que no tienes que hacer esto, verdad? Ni siquiera venir a este lugar — él abrió sus ojos y miró a Riana — no entiendo cuál es tu necedad de hacer el trabajo de la dama superior. — Soy consciente de lo que me dice, usted sabe bien los motivos por el cuál accedí a guiar a las damas de la corte, además alguien necesitaba cambiar el jabón para que pudiera asearse. Ahora si me disculpa, me retiro. Riana se estaba levantando entonces Charles la tomó de la muñeca que la había tomado antes y ella soltó un pequeño quejido. — ¿Aún te duele la mano? — él la soltó de inmediato y ella sonrió — debiste pedir ayuda, no está bien que aguantes dolores. — No es algo de lo cual Su Majestad se deba preocupar, dentro de unos días se curará por completo. — Llamaré al médico para que te vaya a ver, ahora ve a descansar y deja ese jabón que preparaste, yo nunca dije que no me gustara. Discúlpame por haberte lastimado la muñeca, no fue mi intención. — No se preocupe Majestad, sé que no lo hizo con intención. Mientras Riana caminaba por los pasillos apareció Aurora, ella suspiró pesadamente ya que sabía que vendrían más reproches absurdos por parte de esta mujer. — ¿Qué piensas que haces al elaborar estos jabones? — sus ojos estaban inyectados de sangre — estás ocasionando más problemas de los que pensaba. — Solamente trato de complacer a Su Majestad, las damas de la corte me dijeron que le agradan. — En el corto tiempo que llevas aquí has logrado que me fastidie tu presencia, Segunda Reina. — Para ser honesta no me interesa lo que piense de mi Reina Aurora, solamente me importa lo que opina Su Majestad. — Eres diferente a las demás Reinas, deberías aprender de la Segunda Reina que escogió el difunto Rey. — En lo que estudié acerca de la Segunda Reina fue que siempre bajo la cabeza ante la Primera Reina. Lamento informarle esto pero no pienso ser igual que.... Su madre. Riana le dio la espalda y continuó caminando, Aurora la miraba con odio y rencor mientras se juraba que le haría vivir un infierno en el palacio. Cuando la segunda reina llegó al dormitorio Ariadna la miró. — ¿Todo está bien con Su Majestad? Se miraba furioso por algo tan simple como un jabón, es la primera vez que miró a alguien así. — Si, no te preocupes. No quiso que cambiara el jabón, además me dijo que enviará al doctor para que mire mi muñeca — Ariadna sonrió al verla tan contenta — puedes retirarte a descansar, ya es tarde. Ariadna se retiró y Riana se acostó, mientras miraba hacia el techo se encontraba pensativa, analizaba el comportamiento de muchas personas del palacio. — Presiento que la Reina Aurora me hará la vida un infierno, estoy segura de que así será. Riana se quedó dormida con este pensamiento y al día siguiente que se levantó comenzó a guiar a las damas de la corte. Ariadna llegó con la noticia de que había llegado un paquete para ella desde el país vecino, una vez que terminó de dar las indicaciones se dirigió a la entrada del palacio. — Por favor lleven este paquete a mi habitación. El paquete era un baúl muy pesado, cuando las damas de la corte intentaron levantarlo no pudieron por más que lucharon. Riana le pidió a los soldados ayuda y ellos lo llevaron a la habitación de su segunda reina, cuando se marcharon lo abrió para mirar el contenido; habían joyas, seda, maquillaje y accesorios para el cabello. — Todo es hermoso, Reina Riana. Sus padres la aman mucho y no solamente al darle las cosas que le gustan sino también de la forma que la tratan a usted. — Ellos enviaron mis cosas favoritas de mi amado país de origen — Riana acarició por encima las cosas — los extraño demasiado pero soy consciente que este es mi nuevo hogar. Riana comenzó a revisar, ella separaba unas cosas y cuando saco todo lo que había apartado se lo entregó a Ariadna. — Te lo obsequio, sé que esto te gusta — ella le dió dos pulseras, seda, maquillaje y un accesorio para el cabello; un pero salió de los labios de esta mujer y fue detenida — nada de peros, solamente acéptalos. Ariadna tomó los regalos entonces le agradeció y luego fue a meterlos a su habitación. Cuando venía caminando se encontró con Aurora que preguntó por Riana. — Ella se encuentra en su habitación en estos momentos — Ariadna hizo una reverencia — está un poco ocupada con unas cosas. — En serio que a como es la Reina, eres tú. No me importa si se encuentra ocupada, necesito hablar con ella y punto. Ariadna se quedó callada entonces una voz se escuchó, Riana llegó justo a tiempo y le preguntó a su dama de compañía lo que estaba sucediendo. Aurora miró a Riana sorprendida cuando dijo el nombre de la mujer que ante sus ojos solamente era una mera criada, fue entonces que se acercó a ella. — ¿Cómo se llama esta mujer? — Ariadna, ¿Por qué tanto el interés de saberlo Reina Aurora? Aurora miraba a Ariadna quien se había puesto detrás de Riana entonces ella se movió un poco para protegerla. — ¿Hay algún problema con mi dama de compañía? — Su nombre es el problema, me recuerda a alguien que fue una completa molestia en el palacio. Espero que ella no siga el mismo rumbo porque desde ya te digo que le irá mal. — No se meta con ella si no desea tener problemas. — ¿Acaso lo tengo que tomar como una amenaza? — Le pregunto lo mismo con lo que dijo — la sonrisa de Riana era de suficiencia — ¿Acaso es una amenaza? — No, tómalo como una advertencia. — Entonces le digo lo mismo Reina Aurora. Ahora si me disculpa, tengo muchas cosas pendientes por hacer. Riana se marchó entonces al llegar a su habitación, Ariadna, se le acercó e hizo una reverencia, le agradeció por haberla protegido de Aurora. — No tienes nada que agradecer, mientras pueda garantizar tu seguridad tenlo por seguro que lo haré Al llegar la noche Riana se encargó de la cena, Charles se miraba pensativo con algunas cosas y Riana se limitó a guardar silencio ya que no sabía si era prudente preguntarle lo que le sucedía. — Tendré que salir por algunos días, necesito que me preparés mis cosas — Riana asintió levemente y Charles se quedó inconforme con su respuesta muda — si deseas salir en esos días no hay ningún problema, pero siempre ve con tu dama de compañía. — Si claro, no se preocupe por mí y que tenga un viaje tranquilo. — Empaca de los jabones que preparaste, no quiero desperdicios así que me tocará utilizarlos en lo que se acaban — Charles estaba insatisfecho ante las respuestas cortas de Riana — ¿Qué te sucede?...
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