La llegada de los Thomson.

3904 Words
Esta no es el tipo de historia que inicia con "Érase una vez", "Hace mucho tiempo" o cosas por el estilo por la razón de que... Eh... No sé que poner pero esos clichés se escuchan típicamente estúpidos, simplemente comenzaré a contarles lo que debería estar contando y es algo raro pero esto comienza así: Mi familia y yo nos mudamos a una nueva casa (por sexta vez en mis 17 años de vida) por la simple y llana razón de que mi hermano Max le rompió la naríz a un chico por cortar con Carryl (nuestra hermana) y llamarla "la #9"armando un gran lío con su familia y pues... Aquí estamos, desempacando cajas en la nueva habitación de Carryl mientras Max y papá ordenan el garage. Aunque a nuestro favor, la vecina del lado es muy agradable y creo que piensa lo mismo de mi hermano, no sé pero se me hace, saben? Volviendo al tema al día siguiente Max y papá estuvieron horas bajando cajas de vino, whisky, champaña y sidra al salón de reserva para la gran colección de papá mientras mamá, Carryl y yo ordenábamos los armarios. Esta casa es hermosa, espaciosa y cómoda, así que no me quejo de ella pero si de que en mi último año de secundaria lo tendré que completar en otra secundaria, sin mis amigas, sin mis pasillos, sin mi equipo de básquet ni el de fútbol, sin mi maestro favorito, na-da, solo personas y cosas desconocidas, no es que esté en contra de las cosas nuevas pero no así, por días, semanas, así no importa pero esta no es la vez que volveré pronto. Carryl tampoco está muy a gusto y Max se la pasa rebotando su balón de básquetbol contra la pared y lleva dos días sin comer y sin salir de su habitación más que para buscar que tomar (aunque no come, al menos toma algo), la verdad me preocupa mucho, nunca ví a Max así, Max es un chico activo y energético y ahora es como si estuviera en coma o algo parecido, es increíble y no en el buen sentido y es que... Ese no es mi Max. Con la preocupación ya como si me ahogara y el desánimo arrasando conmigo toqué la puerta de la habitación de Max y dije: -Max, ábreme, soy yo, Bella. M- Déjame en paz Bella. -Por favor, déjame entrar. M- Bella, vete. - Max, por favor, si no me abres me quedo aquí. M- Bien, quédate. - Ok, estaré aquí hasta que abras la puerta. M- No te lo recomiendo. - Pero igual lo haré. Le dije que lo haría y aunque no me creyó, lo hice. Puedo ser lo que sea usualmente con Max pero es mi hermano y hasta hablar con él no me movería de su puerta, de verdad, aunque aveces peleamos adoro a mi hermano. Como dije que haría me quedé en su puerta, dieron las 3am y ya me había quedado dormida sentada junto a su puerta, no había abierto hasta que escuchó su balón caer, pensó en lo que le dije y como estaba y al abrir me vió ahí, dormida junto a su puerta y en la mañana desperté en la habitación de Max y él dormía en el sillón que allí tenía, yo estaba confundida, cuando allí despertó y dijo: M- Te dormiste junto a mi puerta niña loca. - Te dije que allí estaría hasta que me abrieras. M- Bella, no estoy bien. -Lo he notado, créeme. M- Extraño a Clara, a Henry, a Elena, al tío Hernesto, nuestros amigos, nuestra familia, nuestra vecindad y todo fue mi culpa. -Max, no es tu culpa, yo hubiese hecho lo mismo. M- Bella, le rompí la naríz, aunque se lo merecía, además casi le rompo un brazo. -Max, se lo ganó, nadie se mete con nuestra hermanita, la protegemos, nos protegemos. M- Estoy aquí y no sé que hacer. - ¿Qué dices si vamos a jugar un rato a la cancha? Está solo a dos cuadras y te hará bien distraerte un rato. M- Bueno, no sé... - Por favor. M- Bueno, bien, así te ganó otra vez. - Ajá, ya veremos eso y a las 10am listo. M- ¡Si señora! - No me digas señora. M- Bueno - Señorita estará bien. M- Tan tú. - Tan yo. M- Te quiero Bella. - Y yo también a ti Max. M- Venga, deme un abrazo. - Va, abrazo. M- Niña loca. - Niño raro. M.T- ¡Chicos a desayunar! - Hoy si comes. M- Suena tentador. - Y recuerda, luego a prepararse, hoy hay juego. M- Pido ducharme primero. - Bueno... En realidad era más conveniente, así tendría tiempo de buscar la ropa que usaría para ir a jugar, iríamos a jugar pero da igual, sea lo que sea lo haré viéndome bien, ahí... Me escuché como Carryl. Max salió, está llama y llama pero qué quiere? Aún no encuentro mis tenis, osea, si tengo muchos pero quiero mis tenis de la suerte, son negros, van con todo y son de la suerte, mi primera intercolegial la gané con ellos y me harán lograr que Max reviva. M- ¡Bella!¡Anda! - ¡Ya voy!¡Solo debo encontrar mis tenis! M- Primero dúchate y luego te los doy (dice apoyado en el marco de mi puerta). -¡Oye!, los tomaste. M- Sep - Bien, voy a ducharme y vestirme. Luego de vestirme Max al fin me dió mis tenis, empaqué mis muñequeras, mi teléfono, agua (Para Max también por que siempre la olvida) y por si acaso alcohol, algodón, vendas, bandas y crema anti-irritación y para el dolor pastillas. Hace tiempo no juego (desde hace como un mes), debo estar algo oxidada en ello, nah, mentira, le voy a ganar por que Max es buenísimo pero vamos a la par, aprendimos juntos, espero que eso ayude. Saliendo al menos empezamos ayudando a alguien, a la hija del Sr y la Sra Anderson, Abigail, a la cual al ver a Max se le van los ojos tras él, se le habían caído unos paquetes que llevaba y le ayudamos a recogerlos, Max usualmente es agradable con las personas y al parecer a ella le resulta muuuuuy agradable. Vamos de camino a la cancha de básquet y Max parece ir muy calmado y espero siga así o mejor , ya estamos a poco de llegar a la cancha y sé que le va a encantar volver a jugar, estas fueron las dos cuadras más largas de mi vida, hasta llegar. Estoy muy emocionada la verdad, hace ya mucho no entraba a una cancha y hoy he vuelto, Max ya quería empezar y se notaba pero como en los buenos momentos suele pasar algo, apareció un problema en medio. Un chico con su pequeño séquito de insoportables. T- ¿Quiénes son ustedes? - Yo soy Bella y él es mi hermano Max y ustedes? T- Los reyes de la cancha. - Cool y cómo se llaman los reyes? C.B- Somos Carl (yo), Tom, Luis y Chris. - Un placer Carl, Tom, Luis y Chris. T- Para nosotros no. - ¿Por qué? T- Están en nuestro territorio. - ¿Eh? T- Así como ellos. M- Ehhh, amigo, esta es para todos, sin dueño. L- Si tiene y somos nosotros. - No, no es así. T- Mira chiquita (se acerca y me mira a los ojos), esta es nuestra cancha y punto. M- Oye, aléjate de ella y ya te dije claro, no tiene dueño y punto, así que déjanos en paz, si? C.W- Te crees muy valiente, verdad? - Corrección, lo es y no lo molestes. C.W- Ay, Tom, mira el niño necesita que la chiquita lo defienda. T- Me das pena amigo. M- Oye, no voy a caer en tu jueguito de provocar para que reaccione, así que no molestes. - Max, mejor solo no respondas. T- Es más, les daremos una oportunidad, juguemos, si ganan pueden quedarse en la cancha el tiempo que quieran y cuando quieran pero si nosotros ganamos en el momento en que estemos o lleguemos a la cancha se irán, a menos que sea para contemplar a los mejores jugar, hecho? M- Nos faltan 2 jugadores para jugar con ustedes. Mirando hacia los lados vi a dos chicos sentados en las gradas y de inmediato tuve una brillante idea, así que me acerqué a Max para contarle mi idea. M- Estás loca, siquiera sabes quienes son o cómo se llaman esos chicos, no. - Y nunca lo sabré si no me acerco. M- Bueno, anda pero desde aquí te veré, no vayan a resultar igual que estos creídos insoportables. - Bien Fui y acercándome a ellos dije lo más típico para comenzar una conversación: - Hola B.M- Hola M.C- Hola - ¿Cómo se llaman? B.M- Yo soy Becker. M.C- Y yo soy Marck. - Un placer Becker y Marck. B.M- Y tú? - Ah, perdón, yo soy Bella. B.M- Un placer Bella. - Gracias, oigan chicos, tengo una pregunta. M.C- Adelante, te escuchamos. - Es que esos chicos de allá nos retaron a mi hermano y a mí a jugar y nos faltan dos para jugar contra ellos y pues, jugarían con nosotros? B.M- ¿Contra ellos? Asentí con la cabeza. B.M- No, nunca, nos harían pedazos. M.C- Becker... B.M- Marck, nos destrozarían. - Mi hermano y yo estaremos jugando con ustedes. M.C- Yo juego. - Gracias, en serio. M.C- No hay de que, Becker, le negarás apoyo a una dama y dejarás a tu mejor amigo ir solo a este juego? B.M- Te odio, sabías? - ¿Eso es un "Si juego"? M.C- Ve y dile a tu hermano que si jugamos. - Ay, gracias chicos, en serio gracias. M.C- Cada vez que lo necesiten. - Gracias, denme un minuto. Fui directo a Max y cuando estuve frente a él le dije: - Max, nuestro equipo está completo. M- ¡Oye tú! T- ¡¿Qué?! M- Jugamos T- ¿No que no jugaban por qué les faltaban? M- Ya estamos completos. C- ¿Ah si?, ¿Con quiénes? -¡Becker!, ¡Marck!, vengan. T- Jajaja, piensan ganarnos con esos losers? - Si y no los llames así. T- Y cómo los llamo? ¿Perdedores? Empecé a notar la rabia en los rostros de Max y Becker, estaban muy enfadados pero no permitiría que unos imbéciles los sacaran de sus casillas. - No, se me ocurren otros nombres. T- Oh, a ver, cuáles? - Marck y Becker. C.B- ¿Siempre eres tan aburrida? - ¿Siempre son tan estúpidos? L- Niña creída. M- ¿Cómo le dijiste? L- Como escuchaste. M- No te atrevas a repetirlo si no quieres que te meta el puño en un ojo. -¿Por qué no mejor jugar ya y discutirlo en la cancha? M.C- Si, lo mismo digo. T- Prepárense para perder. - No lo haremos. C.W- Muy segura, eh? - Más de lo que crees. M- Oigan, al juego. T- Suerte tonto (se detiene al lado de Becker). B.M- Gracias pero no la necesito. Empezamos el juego y pues... No empezó a nuestro favor pues ellos encestaron primero pero ¡Ey!, el juego apenas comienza. Luego Max encesta 4, yo encesté 2, Becker 3, Marck 2, luego Tom encestó una con una movida que hay que admitir que fue buena, luego Carl encesta 3 y volvimos a bajar pero no permitiría que ganaran, iban a perder si o si, a Carl se le ocurrió empujar a Marck, se raspó toda la pierna de la rodilla hasta abajo y esto pues enfureció a Becker, hizo que sacara su lado duro, de verdad y de las 3 que faltaban para ganar Becker encestó 2 y me sorprendió la verdad, en serio que si se centra en esto Becker es puro master y eso que no quería jugar, Dios. Continuando con el juego adivinen quién encestó el balón ganador, si piensan que yo, acertaron, yo fui quien encestó el ganador. M- Bueno, la cancha es de cualquiera nuevamente. T- Chicos, vamos (con cara de furia). - Adiós "reyes" (todos reímos). M- Oigan, gracias y felicidades, de verdad que jugaron muy bien. B.M- Ustedes también, tú y tu hermana son muy buenos. -Práctica Becker, práctica, a propósito y eso que no querías jugar. B.M- Bueno... M.C- Es un jugador neto, solo que es miedoso. B.M- ¡EY! M.C- Es cierto. B.M- Claro que no. M.C- Que si. B.M- Que no. M.C- Que s... ¡Ahhh! M- ¿Qué pasa? M.C- El raspón que me hice por culpa del idiota de Carl, de verdad que arde. - Ven, tengo algunas cosas en mi mochila. M- Viniste equipada otra vez, cierto? - Sip B.M- ¿Siempre es así? M- Si y es una de sus virtudes, siempre está lista para cualquier cosa, no se lo digo pero estoy orgulloso de que una persona así sea mi melliza. B.M- Espera, son mellizos? M- Si, lo somos. XD Yo estaba buscando en mi mochila el bolso que preparé mientras Becker y Max hablaban y Marck se sentaba en un banco mirando su herida, me da algo de pena pero yo me encargaré de mejorarlo, tengo estas cosas para algo, no? - Ya volví. M.C- ¿En serio?¿Traes todo eso? - Si, siempre estoy preparada. M.C- Eso es bueno y conveniente por lo que veo. - Muy conveniente la verdad. M.C- Que bien, me imagino que si. - Acerca tu pierna y respira, el alcohol te va a arder. M.C- ¡¿Qué?!, bueno, bien. - Ahí voy. (Marck toma aire y lo aguanta) M.C- ¡Auch!¡De verdad arde! - Es una raspada muy grande y hasta el aire molestará pero no te preocupes, el algodón y el vendaje te ayudarán. M.C- Eres muy gentil y talentosa, eres una persona muy especial. - Eh... Gracias pero no es para tanto. M.C- Si, lo es, haces lo que estás haciendo por mí sin conocerme, sin saber quien soy. - No tiene nada especial, es solo una ayuda, ayudar a alguien, no es nada como para verme así, además, yo si sé quién eres. M.C- Si lo es, de verdad que lo es y...' Ah, ah, cuidado... -Uy, perdón pero ya, ya acabé. M.C- Wow, que rápido, gracias. - Si y siempre que lo necesites. M.C- Oye, antes dijiste que sabes quien soy y yo quiero saber... ¿Quién crees que soy? - Bueno, yo sé que eres Marck, el gran chico que aceptó jugar conmigo y Max, que convenció a su amigo de jugar y que nos ayudó a ganar. M.C- Bueno, Bueno, si pero no, soy más que eso, aún no me conoces ni yo a ti pero no me molestaría hacerlo. - Podemos hacer juntas para jugar o salir con Becker y Max que a propósito no han dejado de hablar. M.C- Es buena idea y si, es verdad, de que tanto hablarán? - No sé pero ha de ser muy entretenido. M.C- Al parecer. - ¿Vamos con ellos? M.C- Si, vamos. - ¡Hey!¡Chicos!, se acuerdan de nosotros? M- Si Bella, creo que si. - Vamos por smoties, qué dicen? B.M- Si, me haría bien. M- Si, a mí también. - Pues vamos chicos, lo merecemos. Ah y como Max olvidó su billetera, yo invito M- Yo no, eh... Bueno, si. M.C- Jajaja, tu hermana te conoce más que tú mismo. - Así es. :) M- Claro que no. B.M- Ustedes son un caso. - Gracias Becker. M- ¿Vamos o no? M.C- Si Bella, vamos o no? XD - Perdón, vamos. De camino a la tienda de smoties, todo el tiempo hablábamos del juego y lo increíbles que estuvimos y como les ganamos a esos matones, con el calor y la sed que teníamos vimos la gloria al llegar, ya que después de tan largo juego y de lo que caminamos un smotie era la gloria. - ¿Chicos como quieren los smoties? M- Yo quiero uno de fresas y piña. - Marck, Becker y ustedes? M.C- Uno de arándanos. - Y tú Becker? B.M- Iré contigo, así te ayudo y veo las opciones. M.C- Si, claro, para ver y ayudar, claro... B.M- Calla y si, para eso es. - Becker, solo ven. XD B.M- Bien, voy. Solo caminamos hasta el mostrador para pedir los smoties y un silencio tremendo era lo único que se encontraba entre el medio metro que me separaba de este tímido pero agradable chico, Becker. Por mi forma de hablar sobre él puede que piensen algo un poco más de la realidad pero no, solo es un chico amigable que nos echó la mano a mí y a mi hermano en un aprieto, lo cual es un lindo gesto, nos acercamos al mostrador y ahí una chica nos pasó un menú y para llevar las cosas un poco más rápido, pedí las órdenes de Max y Marck para que en lo que veíamos las opciones fueran preparándolos, mientras Becker aún veía que pediría yo ya iba a ordenar mi smotie de banana y limón. - Becker, ya sabes que pedirás? B.M- Ya si, quiero uno de naranja como el flequillo en tu pelo y fresa como el color de tus labios. - Wow, que romántico. B.M- Solo un pequeño alago, a una hermosa chica como tú seguro se los hacen frecuentemente. - Si supieras que no muy frecuente. B.M- Imposible - Así es, solo soy una chica de las pocas no tan delicadas en gustos como para ser amante del básquetbol y los chicos prefieren a las porristas y sus minifaldas o a las gimnastas y sus mayas. B.M- No creas, no todos. - Talvez Ya estaban listos los smoties y no nos dimos cuenta cuando pasó el tiempo. El chico nos entregó los smoties que Becker y yo llevamos a la mesa luego de pagar por ellos. M- ¡Al fin! M.C- Pensaba que se habían ido con nuestros smoties a crear una hermosa vida romántica. B.M- No eres normal. M.C- ¿Ahora lo notas? B.M- No, créeme que no. M- Bella se nos hace tarde, debemos volver a casa. - Si, tienes razón, debemos irnos. Nos despedimos de Becker y Marck y quedamos de vernos al otro día en la cancha nuevamente, así podemos jugar un poco, charlar, pasarla bien, son divertidos y al fin, al fin, al fin pude sacar a Max de su cuarto y hacerlo reír, verlo feliz y verlo disfrutar algo, hace un tiempo que no lo veía así y es lindo por que aún con nuestros líos, desacuerdos y choques, somos hermanos y nos queremos, lo quiero y me gusta verlo feliz aunque no se lo diga con frecuencia. Al entrar encontramos algo tremendo... ¡Papá cocinando! Papá cocina divino y amamos su comida pero casi nunca lo hace, es raro... M- Mmm... Que olor. - A gloria. P- Bella, no exageres M- No papá, no exagera, huele maravilloso, lasaña? P- Ni cerca, arroz con pollo y ensalada de verduras con la salsa César de mamá. C- Escuché hablar de la salsa de la abuela. M- Rayos Carryl, que oído. - Cuando le conviene (susurré). C- ¡Ey!¡Te escuché! M- Parece que no. C- Cállate Max. M- XD M.T- Chicos... C+M+Yo- ¿Qué? M.T- Max y Bella, por favor vayan a ducharse antes de que esté la cena. C- Si, anden. M.T- Carryl, ve poniendo la mesa. M- Si, anda.? Y mientras Carryl miraba a Max con expresión de "ándate a la v...." yo subía las escaleras riéndome de ambos. Al llegar a mi habitación simplemente me eché a la cama como si viniera de correr un maratón y mirando al techo y al cerrar los ojos veía muchos corazones, estrellas y sentía una paz inmensa, aún con el cansancio que traía, era extraño, mágico y de momento empecé a cantar una canción que nunca había escuchado pero era como si la conociera de toda la vida, era así: - Tú junto a mí, yo junto a ti, sola no estás, para ti siempre me tendrás. M- Bella...? - Max...? Eh, cuánto tiempo llevas ahí? M- Lo suficiente. - No es lo que crees. M- ¡Volviste a cantar! Desesperada me acerqué a taparle la boca y dije: - Baja la voz, te van a escuchar y no, no volví a cantar. M- Yo te escuché... - Es algo que me llegó a la mente de la nada y se supone que estaba sola en mi habitación. M- ¿Cantarías otra vez para mí? - No quiero. M- Vamos Bella, por favor. - Max, yo no canto, no bailo y ya. M- Bella, acabo de escucharte cantar y bailando eres increíble y lo sabes. - No, solo no. M- Una sola vez, por mí. - Max, no quiero. M- Un poco, anda... - Max, no. M- Bueno, bien. - Gracias M- Pero me lo debes. - No M- Si - Ni lo pienses. M- Lo voy a lograr, ya verás. - Suerte M- Gracias, gracias. - Mejor ve preparando las cosas, mañana tenemos que ir a la escuela. M- Cierto, ya me imagino como será. - Si, yo también. M- Espero podamos encajar bien. - Si, yo también. M- ¿Ahora te dará con el "Si, yo también"? - Mmm... Talvez, puede ser. M- Estás loca. - Un poco. M- Ehhh, no, mucho. - Pero así me quieres, así que da igual, no? M- Bueno, puede ser. - Sabes que si y permiso, voy a ducharme. M- Ay no, voy a esperar un año, se enfriará la cena. - Que pena. M- Déjame ir yo primero. - No, fuiste tú primero esta mañana. M- Pero soy más rápido. - Saldré pronto. M- Tienes 10 minutos. - 15 M- Bueno, bien. - 20 M- ¿Qué? - Gracias M- Oye... - Gracias M- Yo nunca dije que si. - Tampoco dijiste que no. M- Solo apúrate. - Si M- Eso espero. - Dramático M- No, realista. - Bien Luego de ducharme bajé a cenar vestida nada más y nada menos que con mi pijama favorita. C- Ay Bella, vas a gastar ese pantalón. - Es fuerte, yo no creceré más y nos amamos, no me dejará. M.T- Un día se irá Bella. - Bueno, talvez pero nos queda mucho tiempo juntos aún. P- Bueno mis reinas, ya todo está listo. M.T- Uy, que rico se ve amor. P- Gracias mi vida. Mis padres son una de esas pocas parejas que a pesar de los años, no pierden su dulzura ni su romántico toque. M- He vuelto, me extrañaron? C- Nop - Solo fueron unos minutos, ni que te hubieras muerto. P- Si hubiera muerto si. - Talvez M- Sabes que si. - Talvez M.T- Ya, cenemos. C- así, ya tengo hambre. - ¿Cuándo no? C- Calla - Pend*ja M.T- Chicas, silencio y cero groserías. C+B- Bien... Pues empezamos a cenar y luego del rato de bromas, cuentos y todo eso cada quien a su habitación y buenas noches familia. No tenía sueño así que pues solo tomé mi teléfono y fui a mis mensajes a revisar y tenía mensajes de Elena, de Jason, Henry y un número desconocido? ¿Quién será? Bueno, me da curiosidad así que solo responderé... - Hola, quién eres?
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