CAP 1

3012 Words
En una pequeña casa de un pueblo llamado Vista al cielo se encuentra una joven de cabellos negros, ojos marrones, de tez morena. Concentrada en su teléfono, leyendo como todas las tardes después de llegar del colegio, acostumbraba a acostarse en una hamaca. Es una de esas tardes en que todo se siente a nostalgia, las calles solas, así como los parques. Solo el ruido de los animales y el viento es una de esas tardes donde la mayoría toma una siesta, donde es el momento perfecto para recordar. María Isabela, llamada así en honor a su abuela. Con 17 años tenía una vida doble, la que su familia conocía y la que ella guardaba como el secreto más intimó y perverso. Isa, como su familia solía llamarla, quito la mirada de su celular para ver hacia la entrada de su hogar. Una sonrisa se formó en sus labios al ver a la persona que se dirigía a ella. —¿Perdida en tus novelas Isa? —Pregunta un chico con cabellos castaños, ojos marrones, de tez blanca. —Claro que no, ¿por qué piensas eso? — Contesto sarcásticamente mientras él le da un abrazo. El joven tomo una silla y se sienta un poco lejos de ella, para ver aquellas calles solas. —¿Dónde están todos? —Preguntó viendo alrededor notando el silencio. —Murió otro anciano, Don Santos. Están en el entierro. —contesta mientras se levanta de la hamaca y le ofrece un vaso de agua, que estaba en una mesa no muy lejana de donde ellos se encontraban. —¡Gracias! —Contesta el castaño tomando el vaso. —¿y tú?, ¿por qué no fuiste? —La mira con una ceja levantada y una sonrisa de lado. —Alguien tenía que cuidar la casa, además prefiero leer que ver partir otra persona más. — su mirada reflejaba tristeza. Dio un suspiro muy profundo desviando la mirada. —¿Cuántos? —pregunta el chico con la mirada triste, recordando que personas muy queridas ya partieron de este mundo. —5 este mes, es muy triste ver que la vieja generación está pasando al otro plano. —menciona ella recordando que los meses pasados muchos viejitos fallecieron ya por la edad o por enfermedad. —Con razón hay mucho olor a melancolía y ciprés por estos rumbos. — Él la tomo de la mano. —cuéntame, ¿qué lees ahora? ¿romance?, ¿hombre lobos?, ¿vampiros? — pregunta para qué Isa se olvide de la tristeza que le invadió el corazón en ese momento. —Historia erótica. —dice ella soltando una carcajada viendo la reacción del chico. —¿Quién te mira Isa?, tan comida de las cucas que te ves y lees porno. —los dos comienzan a reír olvidando aquel sentimiento de nostalgia. Mientras Isa le da un pequeño resumen de lo poco que ha leído, ella comienza a excitarse. Así es ella, llena de deseos sexuales, un poco perversa con fantasías eróticas rondando su cabeza. Comenzó a mencionar y a leer los párrafos donde los protagonistas se entregaban al deseo carnal, volviéndose uno mismo con los cuerpos sudados. Sus labios leían aquellos párrafos mientras que en su cabeza daba vida a la imaginación, creando escenarios, escuchando el sonido de los cuerpos al chocar, ese sonido lleno de morbo, lujuria y placer. —¡necesito una buena follada! —dijo ella escondiendo su cara entre las páginas del libro que leía. No por vergüenza ya que ella no la conocía, sino por la excitación entre sus piernas. —¡Hay Isa!, si mis tíos te escucharan hablar así, te mandarían a un convento. — le dice él mientras ríe. —¿Por qué carajos los hombres pueden follar sin compromiso? Me hago esa pregunta muchas veces, te has dado cuenta de que si una mujer lo hace no la bajan de puta. Es tan estúpido, ¿no lo crees? —se acomoda en la hamaca para poder ver mejor a su primó. —solo quisiera follar con alguien sin mezclar los sentimientos, pero soy una romántica en busca del verdadero amor. —Ustedes se clavan mucho en el qué dirán, en vez de vivir y disfrutar. La vida es una sola, hay que vivir al máximo. — le dice el chico abriendo los brazos. —pero si quieres una buena follada yo te la doy. —No me jodas, —le dice ella golpeando su hombro mientras entra a la casa — Somos primos. —políticos, —grita el joven. —Ni que fuera la primera vez —dice en un susurro. —Pero lo somos. — Isa salió por un momento. —no lo digas —a punto con el dedo al ver que su boca se abría para decir algo. —Vamos Isa, no será la primera vez. —mientras ella lo fulmina con la mirada, salé hacia la cocina a preparar la cena, ya que su familia no tardará en llegar del entierro. —sabes que no llevamos la misma sangre, no es pecado, además me gusta cómo te mueves. — le dice acercándose a ella por la espalda tomando de su cintura. —¡Mateo basta! —lo dice con tono cansado, dejando salir un suspiro con el enojo que comienza a crecer dentro de ella. —sabes que te quiero mucho, pero eso fue un error, estábamos demasiado tomados. Crecimos juntos y sobria no me veo contigo en la cama. —Ahí está la solución. —le dice con una sonrisa. —nos tomamos una cerveza, para calentar. Ella comienza a reír y lo aleja con un pequeño rempujón. —Contigo no se puede. Isa comienza a preparar la cena, mientras que Mateo regresa afuera. La familia de Isa comienza a llegar, Isa es la única hembra de 4 hermanos mayores, ella con 17 años, Diego de 19, Pablo 21, Lucas 23, Alfredo 25, y si, todos se llevan por dos años. “No olvidemos a los adoptados” Mateo, su primo político de 19, el hermanito menor de él de 10 años, Roberto. Ellos por parte de la familia de su mamá. Mateo tenía 5 años cuando su madre se casó con el tío de Isa, uniéndose a la familia Orellana. Por parte de su padre tiene un número de primos que ni ella recuerda, los más cercanos a ella son. Carlos de 25, Mauricio de 28, Juan de 29, Thomas de la misma edad de ella. Es un listado grande que no terminaría de mencionar, Isa es la única mujer rodeada de puros hombres. Pensaríamos que al crecer con tanta testosterona ella sería igual que ellos, o tal vez una niña mimada. Si Isa es la única mujer en esa familia. Pero no es la típica chica varonil, está en medio siendo común, ni tan femenina ni muy masculina. Neutral. "Ahora saben por qué Isa tiene 4 hermanos, en su búsqueda practicaron mucho" Isa al ser la única niña la protegen demasiado hasta el punto de asfixiarla, para todos ella es una chica buena. “aunque de buena no tenga ni las pestañas”. En su casa Isa es la típica hija buena, obediente y dulce, pero solo Mateo conoce su verdadera personalidad. Una pervertida, amante de las novelas, adicta a ellas como al sexo, usándolas como vía de escape para salir del mundo real, soñando con tener una aventura. Retomando donde se quedó la familia, todos disfrutan como cada noche, platicaban, reían y hasta lloraban por los que ya no están. Levantaron la copa dando un brindis al cielo por esas personas que dejaron muchos corazones en pedazos. Los días pasaban con normalidad, para unos metidos en el trabajo, para otros los estudios y para Isa sus libros, eso sí, después de estudiar esa era su rutina y su hora favorita. Por otro lado, en una carretera se encuentra Mateo, quien regresa a la casa de sus padres. El joven conducía muy tranquilo, cuando a lo lejos ve un auto que pierde el control serpenteando por la carretera. Una moto que va delante de él, al igual que el auto pierde el control y es sacada del carril. El auto da vueltas por toda la calle levantando una nube de polvo, provocando pánico a los que pasaban por el camino y hasta al propio Mateo. Mateo frena haciéndose a un lado para ayudar al chico, que al haber sido sacado del carril también perdió el control dando vueltas, mientras la moto se deslizaba por toda la calle. Al ver que el auto daba vueltas los dos chicos corrieron, al escuchar los gritos de dos mujeres pidiendo ayuda no dudaron en brindárselas. Mateo junto con el otro chico ayudaron a sacar a las mujeres, llamaron a la ambulancia ya que una de las tres jóvenes se encontraba inconsciente, la chica también fue sacada y alejada del auto, pero ella seguía sin responder Al pasar los minutos los 5 fueron llevados al hospital, aunque Mateo era el único que no sufrió ningún golpe su presión bajo causándoles unos pequeños mareos haciendo que el cuerpo le temblara como le faltara el aire. Los 5 permanecieron en el hospital pasando la noche, Mateo le informó a su padrastro lo que había pasado y el no tardó en llegar. —¿Cómo estás? ¿qué fue lo que pasó? — Llego el hombre observando todo el cuerpo del joven y al ver que el chico no tenía nada se calmó —¿Qué te paso hijo? —le pregunto más relajado —Calma papá yo estoy bien —le dice tomando el hombro del hombre — solo se me bajó la presión por la impresión. Mateo le explico con detalle todo lo ocurrido, le hiso saber que quería ver como estaban las chicas, su padre firmó el alta del Joven y los dos salieron del cuarto topándose con un joven que tenía vendado un brazo, apoyándose en un pie. El joven tenía unos ojos celestes y cabellos negros, algunos tatuajes en su brazo derecho. Unos 20 años aproximadamente. —Tu. — apuntó el chico señalando a Mateo —¿tú eres el de la moto azul? El que saco a las tres chicas — el joven no recordaba muy bien el rostro de Mateo ya que los dos usaban cascos y por el alboroto no tuvieron tiempo de conocerse. “Eso sería extraño, ¿No lo creen?”. —Si, ¿tú eres quien las ayudó? —pregunta Mateo viendo lo mal que se miraba. —Si soy Benjamín —le extiende la mano en saludo. —Mateo y él es mi padre Matías —el padre de Mateos saluda al chico. —Benjamín —hablo una enfermera — solo firme aquí y se puede ir —le entrego un lapicero y una hoja, Benjamín firmó y regresó la mirada a padre e hijo. —¿ya te dieron el alta? —pregunto Mateo viendo que el joven no se miraba nada bien. —No, yo la solicite tengo una entrevista mañana y no quiero perderla —dijo Benjamín dando unos pasos buscando como salir —¿saben dónde queda la salida? —Por aquí, deja te ayudo —le dijo Mateo tomándolo del brazo pasándolo por su hombro. —¿sabes algo de las señoritas? —Ben mira a Mateo mientras le pregunta a lo que el castaño niega. —¿Papá crees que puedes preguntar por ellas? — El padre asienta y sale a buscar en otra sala donde se encuentra el área de mujeres. —Siéntate aquí, mientras esperamos —hablo mateo ayudando al chico a tomar asiento. —¿tú no eres de aquí verdad? —¿Se nota mucho? — pregunta y el castaño asienta —la verdad no, hace meses que salí de casa de mis padres sentía que me asfixiaba, quería obligarme hacer lo que ellos querían y no les importaba lo que yo quería —habla el joven desahogándose un poco. —Te escuchaste como mi prima —dice el castaño riendo —ella también quiere huir de la familia por qué se siente asfixiada. —¿Por qué no se va? —pregunta Benjamín viendo el brío en los ojos del chico. —Es menor de edad, además no podría vivir un día sin la familia Orellana, más bien ella quisiera darse una escapada de la realidad. —No es lo mismo, escapar es como leer un libro, cuando lo terminas vuelves a la vida real, escapar y hacer lo que quieres es vivir la historia sin tener que cerrar el libro. Mateo lo miro con los ojos muy abiertos y una sonrisa que deja ver su dentadura perfecta. El tal Benjamín tenía la misma mentalidad que su prima sobre los libros. Si se conocieran se llevarían bien, pensó Mateo —Definitivamente se llevarían bien. El señor Matías estaba frente a ellos con la información sobre el estado de las señoritas. —Las tres están bien, algunos golpes. —Informo el padre. — la que conducía está embarazada y se desmayó, por eso perdió el control. —Hablo Matías tranquilizando a los dos chicos que estaban preocupados por ellas, aunque por fuera no se notara. —Gracias papá, la verdad no me sentía tranquilo. —dijo Mateo relajándose y exhalando. —No hay de que, ¿te llevo a casa? ¿Y tú? ¿necesitas que te lleve algún lado? —La verdad es que tengo que llenar unos papeles para sacar mi moto. —Dijo el joven quejándose de dolor, puesto que viajo en ambulancia su moto se vio obligada a ser trasportada en la grúa. —También tengo que pagar para retirarla. —Miro a su padre quien negó y sonrío. —Entonces Benjamín ¿estás por trabajo o paseo? —pregunta el señor Matías sacando conversación. —Era por paseo, pero me gustó el lugar y pienso quedarme por un tiempo por eso el trabajo para poder sostenerme. —Así como te vez no creo que te den trabajo—dijo Mateo con una sonrisa viendo al chico que se a quitado la chaqueta quedando solo en camiseta. — ¿Me veo tan mal? - pregunta Benjamín, mientras los otros dos mueven lentamente la cabeza de arriba a abajo. Los tres se echan a reír y tras una conversación muy amistosa durante el almuerzo, continúan su viaje hasta la dirección. Matías pagó y llenó el papeleo, mientras que Ben no tenía dinero para pagar y su moto quedó destrozada lo único que logro hacer es llenar los papeles. El señor Matías se ofreció a pagarlo, pero se negó puesto que no quería aprovecharse. Pasaron tres días Ben se encontraba en la casa de Mateo, aunque su nombre era en honor a su abuelo, lo odiaba y pidió ser llamado solo Ben. Desafortunadamente no consiguió el trabajo, ya que no logro ponerse de pie, su cuerpo estaba demasiado magullado y decidió llamar a Mateo, por suerte intercambiaron números. Ya que el joven no tenía trabajo, ni dinero, Matías acepto en que se quedara un tiempo. Los dos estaban viendo una película cuando el celular de Mateo sonó, era Isa, desde que salió hace cuatro días ella no le contesto los chats ni las llamadas. Una sonrisa se dibujó y sin pensarlo tanto contestó. —“Isa, hasta que te acuerdas de que sigo vivo” — su corazón parecía que iba a salir del pecho, sus ojos brillaban y su sonrisa demostraba lo feliz que le hacía esa llamada. —Sigo molesta, no te alegres tanto, pero los adoptados pregunta si vas a venir al cumpleaños del Tío Felipe este fin. —su voz era fría y al castaño se le borró la sonrisa. —No, —dijo con tono molesto — estaré ocupado. —Ja ¿con Manuela? — pregunto ella con burla. —No tengo necesidad de darme placer con la mano, no como otras. — una sonrisa se dibujó en su rostro —estúpido —dice Isa y cuelga, y toda esa conversación fue presenciada por Ben quien lo miraba con curiosidad. —¿Te gusta tu prima? —pregunta viendo la reacción del castaño Mateo miró hacia todos lados —La verdad es que me acosté con ella, los dos bebimos demasiado y terminamos teniendo sexo. Después de eso todo cambió, siempre estuvimos muy unidos y ahora ella se ha distancia, aunque hay días que parece que no pasa nada. Ha cambiado y ya no nos seguiremos llevando bien. No sé si me gusta o si sus movimientos de cadera simplemente me vuelven loco. – Ben lo miró sorprendido por la confesión – pero no te sientas asustes, no es mi pariente consanguíneo Matías es mi padrastro, pero él me ha criado desde los cinco entonces para mí él es mi padre. —Y yo que pensé —Ben comenzó a reír —que estabas cometiendo incesto. —Para ella si —dice acomodándose en el sillón —¿Qué tanto ves en el cel.? —tenían rato de estar viendo una película, pero Ben está concentrado en el teléfono. —Una novela, mi tiempo libre lo dedico a leer historias —Ben dijo eso con calma, ya sabía que Mateo estaba al tanto de algunas aplicaciones para lectores, porque su prima, que tanto mencionó en los últimos días, es un amante de la lectura. – El amigo del protagonista lleva a esta chica atada a un hotel, donde el protagonista la espera – Ben comienza a contar la historia, sin darse cuenta de que le está dando una idea a Mateo. Mateo con una sonrisa en los ojos deja de ver la película, tiene la cabeza revuelta, pero para él de momento no importa, quiere volver con la mujer que le dio el mayor placer, aunque sea es. el primo del título. Ben no se dio cuenta de lo que le estaba haciendo a su nuevo amigo cuando terminó el capítulo y colgó su teléfono celular. y centrado en el cine.
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