Eyleen.
—Hola vida. —murmuró cerca de mi rostro, ahogo un jadeo. Me regaló una sonrisa arrebatadora y sus penetrantes ojos me observaron con fascinación.
—Hola Damon—susurro con las mejillas sonrojadas. —. ¿Puedes soltarme?
—Claro vida—respondió con espontaneidad, causando una sensación en mi interior.
Me soltó. Enderecé mi espalda, no lo pierdo de vista, menos cuando pasó una mano por su cabello despeinándolo, se ve tan… encantador.
Muerdo mi labio inferior mientras lo detallo.
Tiene un poco de barba. Su vestimenta es casual, pero si no me equivoco cada prenda que lleva puesta es de marca y unas cuantas libras no abarca su vestimenta. Su camiseta blanca es sencilla, con unos joggers negros, zapatillas a combinación, y un reloj deportivo bastante ostentoso.
—Tengo que acostumbra
