Punto de vista de Valentina Me sentí como una idiota completa cuando bajé esa mañana. Había pasado la noche entera tratando de alejar mi cuerpo de Elías, él, aunque dormido, buscaba mi cuerpo, abrazándome, pero eso no fue lo que me hizo pasar una mala noche, sino sentir su erección contra mi espalda esa madrugada, pude entenderlo, Elías era un hombre con necesidades físicas. Cuando llegué al vestíbulo, Julian ya estaba allí con su maleta. —Me voy —dijo, sonriendo — ha sido una visita interesante. Me miró como si compartiéramos un secreto. Como si los dos supiéramos algo que Elías ignoraba. Idiota. No sabía que estaba jugando con fuego. Vi cómo la cara de Elías se ponía roja, le agarré el brazo fuerte. —Elías —susurré— no. Julian, estúpido e inconsciente, se acercó para abrazarme. L

