POV de Valentina Elías no dijo nada más, se dió la vuelta y se dirigió hacia la puerta, la cerró de un golpe, enseguida escuché que pasaba el cerrojo, me había encerrado con llave, escuché sus pasos alejarse por el pasillo, hasta que el sonido se perdió por completo. No le supliqué, no le dije ni una maldita palabra, que se jodiera, que se fuera al carajo. Ya no le daría el gusto de verme llorar, de verme rogar. Pero eso sí, que se preparara, porque le iba a hacer pagar esto. Cada segundo de humillación, cada instante en ese maldito sótano de mierda, era una deuda que le iba a cobrar, con creces. Me senté en el piso, abrazando mis rodillas, el sótano estaba frío y húmedo, la delgada sábana apenas y me cubría, no servía para darme calor, comencé a temblar, el olor del sótano no era agra

