POV Valentina Me desperté con el sonido de la ducha corriendo. Elías ya estaba despierto. Me quedé mirando el techo, sintiendo el peso de todo lo que había pasado. Los hombres muertos. Las mujeres viudas. Los niños sin padres. Yo había causado todo eso. Pero lo más estúpido, lo más patético, era que en medio de todo este infierno, me había dado cuenta de algo: amaba a Elías. Lo amaba a pesar de su crueldad, a pesar de su obsesión por el control, a pesar de que me había encerrado en un sótano. Me sentí tan tonta. Tan débil. ¿En qué momento me había convertido en una de esas mujeres que perdonan todo por un poco de atención? Me levanté y me vestí, después bajé a la cocina. Luca estaba ahí, tomando café. Ni siquiera me miró. Desde lo del casino, algo había cambiado entre nosotros. Elías

