¿Cuán diferentes podían ser las culturas del oriente? ¿o quizás solo era la familia Zhao?, Dalia no lo sabía, o mejor dicho no queria saberlo. — Aún estoy alucinada. — murmuro Lizbeth a su lado, mientras disfrutaba del aire limpio y del bello paisaje que las tierras del tigre le ofrecían. — Creo que no eres solo tú, yo estoy… no puedo creer que aún se practique la estupidez de que los padres escojan marido a sus hijas. — la castaña estaba escandalizada y eso se notaba de lejos. — Y a sus hijos, no te olvides ese detalle. — la rubia estaba triste, por un segundo pensó que tendría, aunque sea una oportunidad de conquistar a Shen. — Con mayor razón eso es tan… — Antiguo. — Huang se había acercado a las jóvenes, no por gusto, aunque no tenía nada en contra de las damas, pero con los herma

