Shen salto sobre la mesa, olvidándose de los modales y de que los jóvenes occidentales estaban bajo el cuidado de sus padres, poco le interesaba todo aquello porque Walter se había atrevido a tratar de intimar con Mei, su daga reclamaba la sangre de aquel hombre, que había querido contaminar a su hermana, pero antes que llegara a su objetivo, el cual no se movió ni un milímetro de su lugar, por más que Mei trato de jalarlo, Loan desenvaino su Dao, deteniendo el avance de su hijo y lanzando a Shen a un lado del comedor. — Tu actuar es inaceptable. — advirtió con voz firme el mayor y Shen bajo su cabeza, mientras se ponía de pie. — Pero padre… — Le has faltad el respeto al hogar del tigre, a la palabra de tus mayores, has desafiado una orden mía, olvidando que, si bien Mei ya fue nombrada

