—¿Nuevos reclutas? —pregunté al ver como comenzaban a meter cosas a la base mientras desayunábamos, pero mis acompañantes indicaron no saber nada. —A partir de hoy viviré aquí —dijo con una sonrisa Nery, que apareció de pronto en la puerta y se sentó en el comedor donde estábamos solo mi hermano y yo. —¿Qué? —pregunté sorprendida. —Que viviré aquí —repitió levantando ambas cejas, provocándome sonreír. —¿Por qué? —Porque tú vives aquí. —Estás loco —dije—, y no fue pregunta. En serio, Nery, ¿por qué? —Es en serio —dijo pellizcando una pieza de pan y metiéndola en su boca—, porque tú vives aquí y quiero estar más tiempo contigo. —Pasamos mucho tiempo juntos en la base —señalé. —Eso no es cierto —refutó—, poco nos vemos, y si nos vemos solo hablamos de trabajo. Quiero pasar más tiemp

