Pasé mucho tiempo alternando entre el fuerte dolor y los sedantes que me ayudaban a descansar. Sonia se oponía fuertemente al uso excesivo de los calmantes, ella estaba segura de que escapar todo el tiempo del dolor no era lo mejor. "Tú deberías aprender a vivir con ello" decía. Pero no era como que yo quisiera hacer eso. Una vez que me di cuenta de que podía dejar de sentir todo, no quería sentir nada. —Es depresión —escuché decir a Sonia mientras el dolor que comenzaba a prender me hacía recobrar la conciencia. —Tenía que sentirla —aseguró Aron, que volvía a pasar su mano por mi cabello. —Pero no puede seguir solo durmiendo —dijo Sonia acariciando el dorso de mi mano—, tiene que afrontarlo. Pero, a pesar de que tampoco le parecía mucho el tenerme todo el tiempo sedada, Aron no est

