Capítulo 1. Aturdido.

1615 Words
 Riannon se quedó de pie, impactada, sin poder creer lo que veían sus ojos. Su esposo de seis años tenía el brazo envuelto alrededor de una chica menuda en medio de su casa del clan. La linda pelirroja le lanzó una mirada furtiva a escondidas, y Ria pudo jurar que vio una sonrisa por medio segundo. —Ri, querida. —Brayden, su esposo legal, compañero elegido y el Alfa de su clan, se dirigió a ella de la misma forma que siempre lo hacía cuando estaban solos. —, necesito confesarte que he encontrado a mi verdadera compañera. Se llama Roxanne.  El silencio en la habitación fue mortal desde el momento en que los dos entraron, tomados de la mano. Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y todas las miradas se posaron en los tres: el Alfa, la Luna y la compañera del Alfa.  Ria no pudo encontrar palabras para decir algo, así que Brayden tomó la iniciativa. —Escucha, sé que somos compañeros elegidos y siempre serás mi Luna, te lo aseguro, pero desde que mi lobo vio a Roxy, él ha estado enloqueciendo. Será perjudicial para el clan si la rechazo ahora. No podrá lidiar con ello y nos debilitará. Ahí estaba: La excusa.  Los dos habían sido novios desde que estaban en la escuela, la pareja perfecta. Riannon era hija y heredera de un poderoso Alfa de un clan muy fuerte. Brayden era el hijo del mejor amigo de su padre y el futuro Alfa de su propio clan. Desde que comenzaron a salir cuando ella tenía apenas quince años y él dieciséis.  Todos no paraban de comentar que eran compañeros elegidos. Siempre los reconocían como la pareja perfecta y todos envidiaban su amor. Además, como hija de un Alfa, Ria recibió una educación para convertirse en Luna algún día. Y no solo cualquier Luna. La perfecta. Siendo la mujer responsable que era, pasaba todo su tiempo libre estudiando lo que tendría que hacer por el resto de su vida. Dominaba claramente cada tarea a la perfección para que cuando cumpliera los dieciocho años y estuviera lista para casarse con Bray, estuviera preparada.  Cuando Bray cumplió dieciocho años, temblaba de emoción por encontrarse con él, anhelando escuchar la única y más significativa palabra de sus vidas: “Compañeros”.   Condujo hasta el clan de ella temprano ese día, y ella corrió escaleras abajo para recibirlo, pero mientras corría, ambas sonrisas se desvanecieron. Ella no sentía nada, pero él ya lo sabía. —No somos compañeros, ¿verdad? —Preguntó, con lágrimas bajando por su mejilla. —No somos los destinados. —Confirmó Brayden mientras suspiraba profundamente y la abrazaba, con sus labios en su cabello.  Se quedaron así por un buen tiempo, esperando a que la decepción inicial se desvaneciera. Cuando estuvieron listos, Bray tomó el rostro de ella entre sus manos y le dijo: —¡No importa, Ri! ¡Te elijo a ti! ¡Siempre te elegiré! Sin importar qué, nadie puede romper el amor entre nosotros. Serás mi compañera, mi compañera elegida. Mi única y verdadera.  Ayudó que sus familias prácticamente hubieran planeado toda la boda en ese momento.  El padre de ella ya no tenía un hijo desde que el hermano mayor de Riannon falleció a temprana edad al intentar salvar a sus pequeñas hermanas gemelas de los rogue. Todos murieron como resultado y Ria fue la única que quedó. También estaba el tema urgente de quién heredaría el clan. Bray parecía la elección obvia. Los dos se amaban y ninguno de sus familiares estaba en contra de la unión de los dos fuertes clanes.  Se hizo un contrato, pero Brayden sugirió esperar hasta que Riannon cumpliera diecinueve años. Afirmó que había tomado su decisión, pero quería que ella intentara encontrar a su compañero antes de tomar la suya. Pasaron tiempo visitando otros clanes durante todo el año antes de su próximo cumpleaños y se casaron un mes después, ya que no se encontraron compañeros. Sus sentimientos solo se hicieron más fuertes.  Se convirtieron en la pareja de mayor influencia del mundo de los hombres lobo y fusionaron sus clanes en uno solo. Año tras año, trabajaron diligentemente para fortalecerlo. A los veinticinco años, Ria era una Luna reconocida, admirada por todos.  Riannon recorrió la habitación con la mirada y vio las caras sorprendidas de los miembros de su clan. Curiosamente, no pudo evitar notar que no todos parecían sorprendidos por esos eventos recientes.  El Beta de su esposo estaba observando en silencio desde la distancia, con las manos cruzadas sobre el pecho, sin la menor sorpresa en sus ojos.  Sin embargo, la más sorprendida de todos seguía siendo Riannon misma, aunque no por las razones que todos asumían.  Sus dedos temblaban y sus labios se movieron ligeramente mientras miraba a su esposo y su compañera verdadera con los ojos bien abiertos. —No. —Murmuró. —¡No puede ser!  ¿Por qué la Diosa Luna la había devuelto exactamente al momento en que su vida fue trastocada? El momento que la conducía a su infortunio.  Apenas unos segundos antes, Ria estaba arrastrándose por el suelo del bosque, luchando por su vida mientras dos criaturas la seguían de cerca. El lobo la encontró primero, clavando sus afilados colmillos en su carne y haciéndola sentir dolor.  Era una loba fuerte por sí misma, pero desafortunadamente, alguien la drogó con acónito, dejándola débil e incapaz de transformarse, prácticamente paralizada.El lobo gruñó mientras desgarraba maliciosamente un pedazo de su muslo, y por primera vez en su vida, Riannon gritó fuertemente. —Puedes gritar todo lo que quieras. —Se burló la chica que se acercó. —, nadie te va a escuchar aquí y ahora.  Ria reconoció esa voz de inmediato. Quien le atormentaba no era otra que la verdadera pareja de su esposo, Roxanne. —¿¡Tú!? —Jadeó Ria, luchando por incorporarse. —, ¿por qué estás haciendo esto? ¡Ya me has quitado todo! ¡Mi esposo, mi posición como Luna, mi manada!  El lobo gruñó hacia ella y ella intentó reconocerlo, pero estaba demasiado oscuro y ella estaba demasiado débil. La única característica que notó fue que el hombre lobo era marrón, pero había tantos lobos marrones en el mundo que esa información no ayudaba. —Tengo mis razones. —Replicó Roxy, acariciando su redonda barriga. —, y no tengo por qué explicártelas. Tu tiempo ha pasado. Estás acabada, Riannon. —Descubrirán la verdad. —Advirtió la ex-Luna. —, ¡no te saldrás con la tuya!  Una risa resonante fue la respuesta mientras Roxy se arrodillaba junto a ella y le agarraba un puñado de cabello. —Querida Riannon, ¿no lo entiendes? ¡Ya lo hice!  Con fuerza, la lanzó al suelo y, volviéndose, ordenó al lobo: — Acábala. Asegúrate de que no quede nada.  Sin poder usar sus brazos y piernas, Riannon vio a Roxy alejarse tranquilamente, acariciando su redonda barriga, como si no hubiese dado la orden de asesinarla.  Una solitaria lágrima resbaló por su mejilla mientras el lobo titubeaba por un momento.  ¡Ella no se lo merecía!  ¡No era justo!  Si tuviera otra oportunidad, haría todo de manera diferente. —¡Estoy esperando! —Interrumpió la dulce voz de Roxanne, rompiendo su hilo de pensamiento mientras el lobo saltaba sobre ella, terminando su vida en segundos.  Riannon jadeó. De repente se encontraba en la sala de recepción de su casa. Algo se sentía extraño porque todos los muebles antiguos que tanto amaba estaban en su lugar. Esos muebles habían sido tirados por su némesis. No podía entender qué estaba pasando hasta que Bran entró cargando a Roxy en sus brazos. La realidad le golpeó cuando reconoció ese día como el mismo día exactamente un año antes.  "¡La Diosa de la Luna tiene un sentido del humor siniestro!". Pensó Riannon para sí misma. "De todos los momentos de mi vida, me trajo de vuelta a este, el más miserable y desagradable. ¿Qué le pasa?"  Afortunadamente, siempre había sido reservada y sabía cómo ocultar sus sentimientos bastante bien. Levantó la barbilla y se encontró con la mirada de su esposo. —Entiendo que esto es muy repentino. —Explicó Bray, intentando sonar considerado. Apenas logró contener una risotada. ¿Repentino? ¡No tenía ni idea!  —Conozco nuestro acuerdo, pero mi lobo está enloqueciendo. No eres solo mi Luna, sino también mi mejor amiga, quien siempre me ha comprendido, y sé que siempre quieres lo mejor para la manada. Roxanne es una Omega y huérfana. En su manada, Ri, ¡fue horrible cómo la trataban allí! La maltrataban y la trataban como una esclava. No podía dejarla allí. Sería terrible y mi lobo nunca me lo perdonaría.  Finalmente soltó a Roxanne. Dejando a la pelirroja sola, se acercó a su esposa, tomando sus manos. —Permítele quedarse en la manada por el bien de todos. Mi lobo es más fuerte a su lado, el rechazo lo mataría. Podemos darle una vida tranquila aquí a Roxy. Ella… —No. —Fue la respuesta, tranquila pero lo suficientemente fuerte como para que todos la escucharan. NOTA DEL AUTOR: Hola, este es mi primer libro publicado en Dreame y estoy muy emocionada de comenzar este viaje. Les prometo un camino accidentado con muchas vueltas y giros. No sean tímidos y déjenme un comentario. También tengo un grupo llamado Círculo de Lectura de Marissa Gilbert, donde los lectores discuten capítulos, personajes y comparten imágenes.  Actualmente, el libro está participando en el concurso de Dreame. Por favor, consideren darle su voto haciendo clic en una caja de regalo o encontrando el libro en la página de clasificación.
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