Antes de que llegase a mi habitación, oí los pasos de Scott.
- "Alex, espera." - dijo cuando llegó hacia mi.
- "¿Qué pasa?" - pregunté cansado, mientras me di la vuelta.
- "No me gusta verte así..." suspiró. - "Ni a mi , ni a nadie." - añadió, preocupado.
- "Yo no elijo estar así. No puedo hacer nada." - respondí y crucé los brazos.
- "Ella no tiene la culpa..." - empezó pero le interrumpí.
- "Ya está bien. No quiero oír nada más relacionado con ella. ¡¿No te das cuenta de que lo que dices me hace daño?! ¡No soy una piedra, j***r!" levanté la voz.
De su habitación salió Dante y me miró.
- "Ella no tiene la culpa, el que te sientas así, es cosa tuya." - la defendió por segunda o tercera vez.
- "Vaya, ya ha venido el hermanito a poner orden. Que raro que antes de descubrir eso, te importaba un mierda." - gruñí y le miré a los ojos. Él me cogió del cuello y me empujó contra la pared.
- "A ti tampoco te importaba. Así que fíjate en lo que haces tú y no en lo que hacen los demás." - respondió de forma fría.
- "Chicos, calmaros. De nada os servirá estar así." - salió de su habitación Max y se acerco a nosotros.
- "¡No te metas en esto!" - dijo Dante y me soltó.
- "Murió por culpa tuya." - se dirigió hacia mi.
- "Eso no es así, sabes lo que paso y que eran fuertes." - me defendió Scott y intercambió la mirada con Dante.
- "Si, ya, aquí viene el sabelotodo." - comentó Dante.
- "¿Puedo hacerte una pregunta, amigo mío?" - pregunté y me quedé mirando a Dante.
- "Claro, el que?" - Aceptó con la cabeza y cruzó los brazos como si estuviese esperando a que tontería voy a preguntar.
- "¿Por qué te importa ahora?" - pregunté.
- "Podría preguntarte lo mismo." - gruñó Dante.
- "Si, podrías." - respondí de forma arrogante y intercambiamos la miradas.
- "¿Dónde están los viejos amigos?" - preguntó Katia, a la cual habíamos despertado sin querer.
- "¿Los que pasaban el tiempo juntos y se entendían entre si? Me gustaría que volviesen, por un instante." - siguió y nos miró a todos uno por uno.
- "Tiene razón, nos estamos comportando cómo imbéciles." - suspiró Scott y bajó la mirada decepcionado.
- "Nos ha afectado demasiado lo que le paso a Juls." - pensó en voz alta Dante.
- "Lo siento," - me disculpe.
- "Soy un idiota." - añadí.
- "No es culpa tuya, tranquilo." - me guiñó el ojo Max.
- "Recuerdo el como le molestaba que le dijese cosas dulces, nunca entendí esa parte de ella." - pensó en voz alta. Lo cual nos hizo sonreír.
- "Eres tonto." - le dio un codazo débil Scott.
- "Estos son los amigos que yo recuerdo." - sonrió Katia orgullosa de lo que acababa de lograr.
- "Más vale que os dure, eh?" - sonrió y nos advirtió con el dedo índice.
- "No te preocupes." - respondí algo más tranquilo.
- "¿Qué os parece si vamos a desayunar?" - nos ofreció Max.
- "No es mala idea." - estaba de acuerdo Dante.
- "No lo es, no." - dije. - "Vendría bien comer algo. Me siento como si estuviese a dieta." - añadí. Todos sonrieron.
- "Yo ya he desayunado," - suspiró Scott.
- "Aún así, sería bueno que bajases con nosotros. Me gustaría hablaros de algo." - insistí.
En mi mente tenía una idea...bueno, no era una idea, era algo que me parecía justo, y que veía como lo correcto. Todos bajamos a la planta baja y nos sentamos en el salón. Scott y Max prepararon el desayuno, y luego nos lo trajeron.
- "¿De que quieres hablar?" preguntó Katia y me miró a mi, después de darle un mordisco a la tostada con mermelada de fresa.
- "He estado pensando en lo que le pasó a Juls." - empecé a intentar explicar de que trataba mi pensamiento.
- "Creo que en eso hemos estado pensando todos." - suspiró Dante y me miró.
- "¿Podrías concretar más?" - preguntó Max.
- "¿Recordáis cuando fuimos ella y yo a borrarle los recuerdos a sus amigos?" - pregunté. Todos aceptaron con la cabeza...todos menos Katia.
- "¿Le borraste los recuerdos a sus amigos?" - preguntó sorprendida, pero luego recordó que ya se lo había contado y se mordió el labio.
Acepté con la cabeza y ella se quedó algo preocupada.
- "¿Qué hay con eso?" - rompió el silencio Dante.
- "He pensado... que deberíamos devolverles los recuerdos relacionados con ella, y contarles la verdad." - dije lo importante de mi idea.
- "¿Estás loco? A Juliet se lo contamos por que era como nosotros, pero ellos son humanos." - se levantó de golpe Dante.
- "Pero ella quisiera que lo hiciéramos. Se sentiría bien. Y es mejor que lo sepan." - bajé la mirada triste, al ver que no estaban de acuerdo con mi idea.
- "Creo que es buena idea." - estaba al final de acuerdo Scott.
- "¿En serio?" - pregunté sorprendido.
- "Creo que Alex tiene razón." - reaccionó Katia después de pensarlo un rato.
- "Podría ayudarnos a encontrar a vuestros padres." - añadí y intercambié la mirada con los demás.
- "Es cierto, tenemos que encontrarles." - dijo Max cuando acabó de comerse la tostada.
- "Esta bien... Esta bien... Les devolveremos los recuerdos." - suspiró Dante. - "Pero con una condición."
- "¿Con cuál?" - preguntamos Scott y yo al mismo tiempo.
- "Iremos todos, cuando vayas a devolvérselos." - respondió.
- "Eso estaba claro." - Sonreí orgulloso de mi mismo.
- "¿Cuándo quieres ir a devolvérselos?" - preguntó Katia para tener más información.
- "Cuanto antes, sería lo mejor." - respondió Max.
- "¿Qué os parece esta tarde?" - pregunté y miré a los demás. Todos aceptaron con la cabeza y con eso estaba decidido.