Cuando a Gyda le estaban tomando medidas para confeccionar un vestido, el trato de las empleadas no era exactamente igual al de la ultima vez cuando fue acompañada del príncipe.
- Una sola grosería mas que le hagan a Astrid, una sola vez más que le volteen los ojos o que le hagan caras feas y te juro, madre, que les voy a reventar la cara. – Le dijo Ailana a su madre.
- No puedes hacer eso, no podemos darle una mala imagen al príncipe. – Le respondió Dahlia, aunque era cierto que ella ya también estaba comenzando a cansarse.
- A una novia no podemos ponerle ese bordado rojo que usted quiere, no es propio de una señorita, a menos que no sea usted una se … - dijo una de las empleadas.
- El príncipe me ha pedido que para honrar sus colores los ponga en un ligero bordado al final del vesti
