- ¿Dónde esta Alexey? lo necesitó ya en mi oficina. - le dijo Keelan a un sirviente. -Majestad, hemos estado buscando al jóven Keelan, nadie lo ha visto en todo el día. - respondió el sirviente. - He dicho que traigan a Alexey, si es necesario buscarlo en cada esquina de cada casa, así lo harán. -Si, majestad. - dijo el sirviente, mientras se daba media vuelta en busca de Keelan. - Usted, majestad, siempre extrañandome. - Dijo Alexey, con una sonrisa risueña. El mayordomo sintió gran alivio al no tener que buscar a Alexey por todos lados y de que la furia de Keelan no recayera sobre sus hombros, era tan temperamental que era casi imposible adivinar su estado de ánimo. - Todos salgan de aquí, dejenos solos. - le ordeno Keelan aa los sirvientes. - Me preocupa que me quieras aquí a est

