Probablemente hay cosas peores que estar atrapada en una cabaña remota con el guardabosques rudo pero gruñón que me salvo la vida en una tormenta. De ser mutilada por un oso, por ejemplo, aunque quizás prefiera eso a desayunar con Knox Boyle, el tipo que casi arruino mi vida cuando éramos niños.
Fue hace veinte años. No hemos hablado desde entonces. Nuestras familias todavía se odian y nuestras vidas son completamente diferentes. No estoy seguro de que tengamos algo en común además de los recuerdos de la infancia.
Pero cuando estamos solo nosotros dos durante un par de semanas, nada de esto realmente importa. Lo que importa es la forma en que Knox se queja, pero prepara mi te exactamente. Lo que importa es que siempre me deja el lugar en el sofá más cercano a la chimenea. Lo que importa es como me mira cuando cree que no estoy prestando atención. ¿Y esos recuerdos de la infancia? Él está en todos mis favoritos.
Aquí en la cabaña, es fácil pasar por alto todo eso porque se siente muy bien besarlo. Es fácil pasar una noche salvaje frente a la chimenea y despertarse todavía abrigados. ¿Pero de vuelta al mundo real, donde todo lo que nos separó sigue vivo y coleando? Es mucho más difícil.
¿Podremos Knox y yo arreglar los que se rompió hace veinte años, o lo que sucede en la cabaña debe de quedarse en la cabaña?