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4791 Words
Aunque sin ganas, entro en el instituto. Noto algunas miradas en mí, aunque no es como que me sorprenda, es más, lo esperaba. En este instituto se deben, más o menos, conocer todos entre ellos, o por lo menos de vista, y más a los de último curso, en cambio soy una desconocida para todos ellos, además, soy consciente de que llevo unas pintas que no son las más normales, o sea, no llevamos uniforme y todos van con la ropa que quieren, pero es que yo voy con la misma que anoche, cuando tuve una fiesta con unos amigos, mi cara debe ser parecida a la de un zombie, porque solo he dormido un par de horas, y quizás mi pelo está un poco revuelto, aunque probablemente eso no es lo que destaqué más de él, si no que llevo mechas rubias por todo el pelo, el cual me llega casi a la cintura. Ignorando completamente las miradas y comentarios sobre mi, algo que sé hacer bastante bien, la verdad, subo al segundo piso, donde está la sala de profesores. Eso es lo que me ha dicho un superior que hiciera, entrar al instituto, ir a la sala de profes y hacer lo que me digan. Bueno, y el superior de mi grupo también me ha dicho algo; "como te metas enproblemas el primer día, vas a tener el lío de tu vida, y voy a ser yo quien lo va a protagonizar." esa amenaza, obviamente me ha hecho reír, lo que ha provocado que me diera una bofetada, y me gritara durante media hora, aunque no es algo que me venga de nuevo. Jack siempre ha sido así, autoritario y violento, por algo es el superior de mi grupo, pero bueno, cómo está organizada la organización ahora no importa. Al llegar a la sala de profes he llamado a la puerta y he entrado. -Disculpad...¿el profesor Cooper? --Soy yo-me contestó un hombre de unos 30 y pocos años, puesto que no tiene arrugas y parece recién salido de la universidad, alto, debe medir 1'80 o así, y siendo sinceros, guapo, más que nada por su piel bronceada, que hace juego con su pelo rubio y sus ojos azules.-Supongo que eras la nueva alumna... -Sí, soy Liv...quiero decir, Olivia Carpenter. -Vale, ¿tienes los papeles que te pedimos firmados por tus padres? -Por mis tutores legales-he dicho yo, sacando unos papeles y poniéndolos en la mesa de mala manera, me cabreaba que me hablarán de mis padres y no sabía porqué, pero había sido así desde su muerte, en cierto sentido he llegado a pensar que es su culpa estar muertos, si no hubieran sido del FBI no les habría pasado, pero tenían que seguir los pasos de los antecesores, bueno, de eso se conocieron, de la academia de policía. -Ah, sí...siento haberme confundido. Ve a tu clase, es el aula 312, tercer piso en el fondo del pasillo a la derecha. -Gracias. Dicho esto he salido de la sala de profesores, con la mochila a la espalda, aunque sujetándose de una sola ansa. He sacado el móvil del bolsillo pequeño y he mirado los mensajes, mayoritariamente fotos de la fiesta, con todos mis amigos borrachos tirados por el suelo de mi casa o en el jardín. Cualquiera que lo viera diría que es penoso llegar a ese nivel de embriaguez, pero, desde mis ojos era divertido, hasta el punto a tirar a dos de mis mejores amigos a la piscina y que después juraran venganza. Llego a mi clase y entro, me siento donde indica la distribución de mesas que está dibujada en la pizarra. Dejo la mochila a mis pies y sigo mirando los mensajes. Hay un par de Jamie, un compañero de mi grupo, otro par de Emma, la chica que me salvó hace cinco años y que es como una hermana, dándome fuerzas para ir a clase, ¿y qué le respondo? Pues, obviamente; "fuerzas no tengo, lo que tengo es una resaca de la ostia." Sigo mirando mensajes, el grupo con mis amigos estaba petado , claro, con todas las fotos que sacaron... podríamos arruinar unas cuantas vidas con esas fotos, aunque claro, eso sería si viviéramos la vida que llevan mis nuevos compañeros de clase. -¿Eres nueva?-me pregunta un chico, acompañado de dos más. -¿Me has visto jamás aquí? ¿A que no? Pues señal de que soy nueva-le suelto, y después vuelvo a mirar el móvil. -Está prohibido usar el móvil en clase. -¿Me vas a decir tú, quien tiene el móvil en la mano, con la cámara encendida para hacerme fotos, que no puedo usar el móvil?-digo, levantándome y mirándole a los ojos. Me río.-Te aviso que si no paras ahora la cámara de tu móvil, este desaparecerá sin que te enteres. -Uh, la nueva te ha bien pillado-dice uno de sus amigos. -Sabe cómo vacilar la chica-dice el otro. -Ya me dirás tú para qué quiero fotos tuyas. -Tú lo sabrás mejor que yo, ¿no? -Aquí no hay lugar para una tía como tú-me suelta. ¡Como si yo quisiera estar aquí!- Además, ¿qué pintas son las que llevas para venir al instituto el primer día? -Digamos que si llego a cambiarme, llegaba tarde a clase, y no quería dar tan mala impresión. Y... estas "pintas" son las de una bonita fiesta-le digo. Me vuelvo a sentar, sé que si sigo hablando con él acabaré soltándole un puñetazo en la cara, y no tengo ganas de que Jack me meta otra vez la bronca. Cojo la mochila y abro el bolsillo donde antes había guardado el móvil, sacó la botella de agua y doy un trago. Cuando la cierro veo que aquellos tres siguen delante mío y mirando la cremallera, al mirar veo que el paquete de tabaco asoma. -¿Qué? ¿Queréis uno? ¿O un caramelo? -No sé cómo has llegado al último curso fumando y yendo a fiestas el día antes de empezar clases. Obviamente, no lo había hecho, todas mis notas entregadas para entrar en el instituto eran falsas, aunque sabía todo lo que necesitaba para aprobar las asignaturas que fuera a cursar ese año. -¿Y a ti qué más te da lo que hago con mi vida? -Seguro que vas a estar sola en este instituto. -Agh, ¿quieres alejarte de mi? Apestas, y dueles a la vista. El chaval me mira cabreado, pero al final él y sus dos amigos se van. -Menudos gilipollas. En ese momento recibo un mensaje y lo abro. -j***r, que poco se fía de mi-digo, sin querer, al leer el mensaje de Jack; "Supongo que no la habrás liado aún, ¿no?" Le dejo todo el visto y guardo el móvil. Oigo a alguien acercarse y miro delante mío. Una chica, bajita, debe medir 1,60, delgada, dudo que pese ni 60kg, pálida, pelo medio largo, le llega por los pechos, de color moreno oscuro y ojos marrones. -¿Pasa algo?-pregunto. -Ah, no. Soy Julia Montgomery, tú debes ser la nueva de quien tanto he oído rumores. -¿Rumores el primer día? Hay que joderse. -No hagas caso, en este instituto lo que destaca se hace famoso en segundos. -Vaya... ah, y por cierto, soy Olivia Carpenter, pero llámame Liv, o Livvy, o Oliv.. lo que sea menos Olivia. -¿No te gusta tu nombre? -No exactamente, que me llamen por mi nombre me recuerda a mis padres y hermano, y prefiero no recordarlos. -¿Están..? -Muertos. Ella se me queda mirando con pena y compasión, e imagino que es lo siguiente que va a decir. -No quiero que me digas lo siento, fue hace 5 años y ya me da completamente igual. -Mh...vale. Cambiando de tema, supongo que no conocerás a nadie aún, así que te daré un poco de aviso, esos tres de ahí-dice, indicándome a los gilipollas que estaban delante mío hasta hace un par de minutos-son Justin, David y Tom, unos completos idiotas que sólo quieren ligar. Aquella rubia de ahí es Hanna, la capitana de las animadoras desde primer curso, una pija estirada, básicamente y las tías de su alrededor son las que llamo sus secuaces sin cerebro, no son todas de nuestra clase, pero son todas iguales. -Lo de que aquellos tres son idiotas, ya lo he notado. -¿Ya te han molestado? -Sí. -Que rápido. -Los idiotas siempre lo son. En ese momento entran dos chicos más y se sientan uno a mi lado y otro detrás, siguiendo el orden establecido en el dibujo de la pizarra. -Eh, Jules, ¿es la nueva?-dice el de mi lado, por lo que he visto mientras estaba de pie, es alto, de más de 1'80, su tono de piel es tirando a moreno, su cabello también es moreno, pero no muy oscuro, y tiene los ojos azules. -Sí, es O...Liv. -Yo soy Dylan Holt-dice ese. -Y yo Mark Montgomery-me dice el de atrás, también alto, más que Dylan, pálido como Jules, rubio y ojos marrón oscuro, casi no se distinguía la pupila en ellos. -¿Montgomery? ¿Sois hermanos? -Gemelos-dice Julia-aunque no nos parecemos en nada-explica. Y es verdad, sólo se parecen en que son pálidos, pero al fijarme un poco veo que la forma de la barbilla y de la nariz también se parece un poco, pero ahí acaban sus similitudes. -Eso es mentira-dice Dylan-los dos estáis como cabras, y en las fiestas cuando empezáis a beber, no hay quien os pare. -No hacía falta que dijeras eso justamente ahora-se queja Julia. -Sí, tío, ya me has dejado mal delante de Liv. Yo no puedo evitar reír, me recuerdan demasiado a mis amigos. -Ah, sí, hoy hacemos la fiesta de principio de curso-dice Mark. -¿Ya la has organizado?-suelta Julia. -Claro. -Para eso sí que eres rápido, pero cuando mamá te dice que laves la ropa o los platos es como si no la oyeras. -Deja de criticarme,  ¿quieres? -¿Por qué? ¿Querías impresionar a Liv? -Tsk, déjame en paz. Pero Liv, vente a la fiesta. -Supongo que eres de los populares del instituto, ¿no? -¿Cómo lo sabes? -Las fiestas solo las organizan los populares. Además, estás en el equipo de rugby, ¿no? Es más, seguro que eres el capitán, y Dylan es el segundo capitán. -j***r, ¿eres adivina? -No, esas cosas no existen, solo me baso en los hechos, y utilizo la observación y un poco de sentido común, pero no demasiado. Las personas más populares en un instituto siempre son los deportistas si son tíos y las animadoras si son tías, eso ya me da el hecho de que eres deportista, viendo tu chaqueta sé que eres de rugby, porque hay un balón en el brazo, y además, llevas una pulsera de capitán, aunque podría ser un regalo, pero no lo es, además, los capitanes y segundos capitanes siempre son amigos, por eso sé que Dylan debe ser el segundo capitán. -Impresionante-dicen los tres, aplaudiendo. -¿Y yo?-dice Julia entonces-¿qué soy? -Supongo, por la manera de tratar a las animadoras, que no eres una de ellas, y tampoco parece interesarte mucho el deporte, por lo que debes estar en un club de ciencias o literatura... no, en el de teatro, que en parte se podría considerar literatura dependiendo de qué obras hagáis. -De lleno de nuevo-dice Mark. -¿Cómo lo has sabido? -Por tu manera de actuar. Para presentarse a alguien desconocido se necesita ser abierto y no tener vergüenza, ni tampoco ponerse nervioso, alguien que hace teatro practica para estar siempre calmado, por eso. -Yo no me habría dado cuenta. -¿Y te apuntarás a algún club, Liv?-pregunta Mark. -Que va, después de clase estoy ocupada. -¿Trabajas? -Algo así... No es como que vaya a decirles que estoy ocupada descubriendo cómo crear un programa informático para hackear la página del FBI y de la CIA, entre otras entidades. -Pues que rollo. -Ya...bueno -Liv, dame tu número-dice Julia. -¿Para? -Para mandarte la dirección de mi casa para la fiesta. -¿Dais la fiesta en vuestra casa? ¿Y vuestros padres? -Fuera por trabajo, como no-contesta Mark. -¿De qué trabajan? -Mamá es candidata a senadora y papá es agente de la CIA. No sé ni cómo están juntos, si casi no se ven. De la CIA...demasiado parecido a lo que hacían mis padres. No imaginaba conocer a alguien que tuviera padres policía como yo, aunque en su caso, sólo su padre. -¿Y los tuyos? ¿De qué...?-empieza a preguntar Mark, pero veo como Julia le dirige una mirada asesina para que se calle. -Da lo mismo, Julia-digo-mis dos padres eran agentes del FBI. -¿Eran?-pregunta Dylan. -Murieron cuando yo tenía 12 años, pero ahora no me tengáis lástima, eh. 5 años dan para mucho, sobretodo para olvidarlo todo, además, ellos casi nunca estaban en casa, me crió una mujer que ni siquiera era familia. -A nosotros casi que solo nuestra madre, pero últimamente ni ella-explica Mark. -Ah, y Liv, igual que tú quieres que te llamen así o de cualquier manera menos Olivia, prefiero que mis amigos me llamen Jules. -Está bien, no lo olvidaré. Suena el timbre y esta se sienta detrás de Mark. Yo me siento mirando hacia delante, para ver al profesor Cooper entrar. Cierra la puerta detrás suyo y nos saluda. Empieza a dar un sermón sobre que es el último curso, que debemos esforzarnos y mil cosas más que me dan sueño, y más después de casi no haber dormido la noche anterior. Finalmente, al oír mi nombre me sobresalto, aunque no era necesario, porque solo había dicho "y espero que os llevéis bien con vuestra nueva compañera, Olivia Carpenter." Y claro, después de eso, todas las miradas se centraron en mi, sobretodo la de Hanna. Parece que ya me he ganado su odio antes de hablar con ella, y supongo que es porque estaba hablando con Mark y Dylan, bien visto, eran populares, capitanes de rugby, y, dejando las cosas claras, estaban muy buenos. Después de un par de horas de sermón, nos dejan salir al recreo. Horrible. De tener total libertad, a tener que estar encerrada en el patio de un instituto para no irme. Además, siendo imposible fumar y teniendo que utilizar el móvil a escondidas porque había algunos profesores vigilando. Aún suerte de mis tres nuevos amigos, o me habría muerto de aburrimiento. Después de media hora de descanso volvemos a clase, para escuchar más sermón y saber cómo iban a estar repartidas las clases, los horarios y profesores. Al terminar nos dejan, por fin, irnos a casa. -Liv, ¿vendrás a la fiesta, no?-pregunta Mark. -Um...supongo, es viernes y eso, dudo que tenga nada que hacer. -Genial, te esperamos, pues-comenta Jules. Vaya... parecen contentos de que yo vaya a ir...realmente me cuesta entender a la gente, ¿cómo puedes parecer tan feliz porque alguien que acabas de conocer vaya a una fiesta tuya? -Sí...nos vemos después-contesto, y cojo un camino diferente al suyo para ir a mi destinación, que desde luego no es mi casa, ni quiero pensar cómo debe haber quedado después de la fiesta. Veinte minutos después llego a un edificio a diez minutos en coche del río Hudson. Es un rascacielos, y bastante imponente, de color gris y con bastantes ventanas, que te permiten ver perfectamente la gente que se acerca al edificio, pero después de pasar tanto tiempo en él ya casi no te das cuenta de lo grande que es y lo mucho que impresiona. Entro en la que es la sede de la organización y subo en ascensor hasta la 6ª planta, donde supongo que me espera Jack, y probablemente Emma. Mientras estoy en el ascensor saco el móvil por si hay alguna notificación. Hay el mensaje de Jules, en que me indica el sitio y la hora de la fiesta, y uno de Tyler, uno de mis mejores amigos, en verdad es uno de los dos que ayer tiré a la piscina, me ha mandado un vídeo, y al abrirlo veo que es mi casa, con un montón de botellas de alcohol y vasos por el suelo, junto con líquidos que no me atrevo a decir qué pueden ser, y básicamente, todos los muebles mal puestos, el sofá más que nada. -Tsk, ¿y tendré que limpiarlo yo?-murmuro, sin dejar de mirar el vídeo. Lo paro y llamo a Tyler. "-¿Qué hay, Liv? -Podríais limpiar la casa, no fui yo quien invitó a media organización, ¿sabes? -Pero es tu casa, además, tenemos una resaca... -Muy bien, y yo también-le suelto, al mismo momento que salgo del ascensor-pero he ido al instituto público y ahora estoy en la sede para aguantar probablemente un sermón por yo qué sé qué, que, además, ni tendrá sentido, así que lo mínimo que podéis hacer es tirar toda la mierda que está en el suelo a la basura, ¿vale? -Ni siquiera estamos en tu casa. -j***r, mientes fatal tío. Además, recuerda que soy hacker, sé dónde se encuentra tu móvil, y está en mi casa, y como estás hablando conmigo, eso también significa que TÚ estás en mi casa, así que levanta el culo de donde estes, levanta también a Scott y Jeff y si está Tom, a él también, y limpiad la casa, ¿entendido? -Sí, sí... -Estaré en casa en un par de horas supongo... ahora son las tres.así que a las cinco estaré ahí, para volverme a ir a los ocho y algo. -¿Dónde irás? ¿Tienes algún trabajo? -Ir de fiesta con unos del instituto. -¿Otra fiesta? -Sí, claro, tengo que encajar en el maldito instituto al que me han mandado. -Supongo que sí. -Bueno, te dejo, tengo que cruzar la maldita puerta de la sala de reuniones y sé que si entro con el móvil me quedo sin. -Mh...Jack sigue igual de violento que siempre, ¿eh? Aunque quizás es culpa tuya, no hicisteis que vuestra relación empezara con buen pie. -Eso fue hace cuatro años, si aún no lo ha olvidado que se joda. -Hombre, olvidar que una niña de 13 años te da un puñetazo cuando estás intentando explicar algo... -Se lo busco, y lo sabes. Hasta luego." Guardo el teléfono en el bolsillo de atrás del pantalón y entro en la sala sin llamar. -¡Aquí estoy!-grito, tirando la mochila al suelo. -Sí, no hacía falta que gritaras, te hemos visto entrar desde la ventana-dice Jack, que parece cabreado, aunque siempre lo parece, lo que normalmente dificulta saber si lo está o no. -¿Cómo ha ido?-pregunta Emma, sentada en la silla, con el móvil en la mano. -Supongo que bien. -¿Supones?-dice Jack, arqueando las cejas-no habrás hecho ninguna de tus tantas tonterías, ¿no? -Que va, aunque de poco pego a un chaval que intentaba hacerme fotos. -Eres incapaz de no querer pegar, ¿no? -No sé, dímelo tú, lo sabes bien. Se acerca a mí con paso firme, me empuja contra la pared cogiéndome por el cuello, y me mira tan fríamente que incluso me provoca un escalofrío. -Vigila tu boca, niña, soy tu superior y si me molestas más de lo que voy a tolerar, no dudaré ni en pegarte ni en acabar contigo-suelta esas palabras con un tono firme y sin rastro de duda y no puedo evitar sonreír, lo que parece molestarle y aprieta más la mano alrededor de mi cuello. -Va, Jack, suéltala-interrumpe Emma, quien se ha puesto en pie. La primera vez que ví a Emma me pareció un ángel, tenía el pelo largo y rubio, aunque ahora se lo había cortado y lo llevaba por los hombros, tenía una expresión amable y era delgada, aún sigue siéndolo, y alta, bueno, más que nada por los tacones que siempre llevaba, porque si no mide 1,58. -No te metas, esta cría parece que no sabe comportarse. -Como si tú a su edad supieras. ¿Quieres comportarte? Sólo tiene 17 años, déjala. -Tsk, nunca dejarás de ser tan pesada, ¿no?-dice Jack, apartándose de mí. Según tengo entendido ellos dos se conocen desde siempre puesto que ambos crecieron dentro de la organización y tienen la misma edad, bueno...Jack es un par de meses mayor. Jack se apoya a la mesa de la sala y me mira, aún molesto. -¿Tardarás mucho en terminar ese estúpido programa para entrar en la página de la policía? -Si quieres que funcione y que no se detecte la entrada, tardaré un poco, si no te importa que lo sepan, dalo por terminado. -Tsk, ¿cuánto es un poco? -Mh...el martes puedo tenerlo. -Pues más te vale tenerlo acabado. -Sí, sí... ¿tanto lo necesitan los de arriba? -No solo "los de arriba", también nosotros. -Bueno, pues ya tienes tu respuesta. -Si no fuera porque te he visto trabajando, diría que eres una adolescente rebelde inútil. Eso me ha hecho reír. Solo dice eso porque cree que así hará que trabaje más rápido porque me cabrea que me hable así, pero me sé demasiado su juego, además, aunque no lo reconozca, sabe como nadie que me necesitan porque siempre he sido buena con los ordenadores, con 15 años hackee un programa de la organización, primero se enfadaron, claro, los informáticos más "especializados" habían tardado meses en producirlo, pero después empezaron a darse cuenta que podían usarme para su beneficio, y eso hacen, me han pedido, más bien obligado, aunque lo haría igual, a diseñar un programa que pueda ver los movimientos de la policía, del FBI, la CIA..aunque claro, si lo haces mal, te detectarán, sacarán tu dirección IP y nos detendrán, así que no parece muy conveniente para nadie que no lo termine adecuadamente. -¿Eres incapaz de  hacer que de tu boca salga una palabra de ánimo?-le suelto. -Hacia ti, sí. -Pues sí que me odias. -No tanto como eso, pero me sacas de mis casillas. -Liv, mejor calla-me advierte Emma, lo que me da la pista de que debe haber pasado algo y que probablemente Jack esté molesto, y si hago algún comentario es capaz de pegarme. -Está bien. ¿Necesitáis algo? -No-contesta Emma, así que me acerco a los cajones que hay en el fondo de la sala y saco un portátil y de mi mochila saco un pendrive, el cual conecto y se me abre el programa que estoy diseñando. Al dejar la mochila en la mesa se cae el paquete de tabaco. -No jodas que te has llevado tabaco al instituto. -¿Y qué? Fumo, igual que tú y que Em y que casi todos en la organización. -j***r, pero que vas a clase, no al bar. -Ni que hubiera fumado... -Ni se te ocurra llevártelo de nuevo. -¿Por qué? -Porque te lo ordeno. -¿Y? Aunque seas mi superior no tienes derecho a decirme qué puedo llevarme y qué no. Ya estaba, había hablado de más y le había cabreado, lo supe por su manera de mirarme como si estuviera a punto de matarme. -Jack, cálmate-dice Emma, poniéndose a su lado y cogiéndolo del brazo. -No me toques-contesta, empujando a Em. Eso me toca las narices, Emma siempre me ha ayudado y cuidado, y que alguien le haga daño me cabrea más que otras cosas, así que no puedo evitar ponerme entre ella y él. -Si estás cabreado, págalo conmigo, pero ni se te ocurra tocarle un pelo a Em. -No me digas dos veces que te pegue, porque no me lo pensaré. -Prefiero eso a que le hagas daño a ella. -Já, si incluso tienes principios. -Que va, no te confundas, solo es que no voy a dejar que nadie le haga daño a ella. -Liv, aparta, yo estoy bien. -¡No dejaré que te pegue a ti porque yo le haya cabreado! -¡No le has enfadado tú! Ya lo estaba antes de que entraras. -Bueno, yo lo he empeorado. -En eso tiene razón, solo verla empeora mis cabreos. -Pues no llamarme... -¿Dices algo? -Ya sabes la respuesta. -¡Liv!-grita Emma. Sí, soy una bocazas y una orgullosa, pero es que cuando se trata de Jack no soy capaz de callarme, además, empezamos con mal pie. Hace 4 años mientras estábamos en clase de tiro el profesor le invitó porque él ya estaba "graduado" y era un gran tirador. Empezó a enseñarnos, pero me molestó porque no le hice caso del todo y me gritó, así que le dí un puñetazo, y claro, tener 21 años y que una cría de 13 te pegué no deja buena impresión...así que imagina cuando, un año después, él ya era superior del grupo, con 18 ya lo era, le dicen que yo iba a formar parte del grupo...casi mata a quien le dio la noticia. -¿Y bien? ¿Vas a pegarme o puedo seguir con el programa? Porque, lo quieras o no, a las seis me voy a casa. -Tsk, haz lo que quieras-me ha contestado, saliendo de la sala y dando un portazo. -¿Por qué eres siempre así, Liv? -Y yo qué sé, cuando es Jack a quién tengo delante no soy capaz de callarme. -De verdad que no sé cómo sigues viva. -¡Ni yo! -¡No lo digas tan alegre! -Sí, sí... Me he sentado en la silla y he empezado a teclear en el ordenador cosas, que para personas que no entienden de programación, parecería que no tienen sentido. He estado una hora y pico, después he guardado el ordenador en el cajón de dónde lo había sacado y he guardado el pendrive de nuevo en mi mochila. -¿Quieres que te lleve a casa?-me ha preguntado Emma. -Vale...no sé si aún estarán los chicos... -¿Los chicos? No me digas que anoche hicisteis una fiesta. -Claro, ¿por qué si no te habría dicho que tenía resaca? -Eres de lo que no hay. Y esos cuatro se van a enterar, porque seguro que fueron ellos quien llevaron a gente y el alcohol. -Em, no te pases... -¿Que no me pase? Tyler, Tom, Scott y Jeff siempre están contigo, por lo que sabían que hoy tenías que ir a un instituto público y dudo de que sean tan estúpidos como para no saber que no es normal ir a clase con resaca y sin dormir, así que les voy a meter una bronca que no olvidarán. -A veces no sé si eres como una hermana o como una madre...das miedo. -Además, a ver si dejas de ir por el mundo sin encontrar un novio de verdad y liándote con quien te da la gana. -¡Em! ¡Basta! ¿Por qué voy a salir con alguien si no estoy enamorada? Además, es molesto tener siempre a una sola persona. Me divierto haciendo lo que me da la gana. -Así tendrás mala reputación. -Como si eso me importara. -¿Jamás dejarás de odiar a los tíos? -Yo no odio a los tíos, solo odio a un tío. -Entonces, ¿por qué parece que uses a los tíos? Normalmente es al revés, pero cuando ellos intentan usarte a ti... -Les doy una paliza. -Así jamás se te acercará nadie. -Eso es mentira, y lo sabes, a mi parecer aún se acercan demasiados. -¿Con cuantos te has liado este mes? -Tampoco hace falta que creas que estoy con tantos en un mes. -¿Cuántos? -Solo uno, ¿vale? -¿Quién? -¿Qué más te da? -¿Mayor que tú? -¡Em! -Ah...lo pillo, era Scott, ¿no? -Tsk, odio que me leas tan fácilmente. -Creía que sólo íbais a ser amigos. -No lo había previsto, más bien no tenía previsto volver a liarme con él, pero había bebido de más-he reconocido, y ella me ha dado un golpe en la cabeza, aunque suave. -Deja de emborracharte, ¿quieres? -¿Por qué? Sabes que también te he visto borracha alguna vez... -Pocas. -Pero estabas borracha. -Vamos, o no te voy a llevar-ha dicho Emma, abriendo la puerta y yo la he seguido después de coger la mochila.-¿Qué harás esta noche? -Los del instituto me han invitado a una fiesta. -No te emborraches. -No prometo nada. -Eres un caso perdido. -Puede. Bajamos al sótano, donde hay el aparcamiento del edificio y subimos a su coche, un BMW blanco, aunque no sé de qué modelo es, digamos que paso mucho de los coches. 
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