La castaña comenzó a mover el lapicero de un lado hacía otro, sin importarle que tanto le estaba golpeando los nudillos de los dedos y una lágrima que cae por su mejilla, lágrima que limpia con su mano libre antes de moverse para rodar en la cama y mirar hacia arriba, el techo que tiene algunas estrellas que brillan en la oscuridad.
En su habitación de niña tenía estas estrellas, pero en la actualidad estaba lejos de tenerla porque el día de la mudanza no pudieron encontrar las dichosas estrellas, así que estas estrellas que mira es parte de su imaginación. Cerró los párpados unos segundos antes de exhalar un suspiro pequeño.
Recordar lo que sucedió con Adam no fue lindo, porque de verdad se había ilusionado después de las dos últimas relaciones fallidas que tuvo y esto que decía desde a
