El día después de la boda, todo salió como estaba planeado, nos marchamos a la playa y derramamos miel en cada rincón. Al llegar a Sudamérica, cambiamos un poco el chip, eran vacaciones de turismo conocedor, por lo que salir a caminar y tomar tours tenían prioridad. El clima era variable de un lado a otro, los guías nos hacían cargar con impermeables y abrigos por si hacía falta. En Panamá, fuimos de compras, en Colombia visitamos fincas cafetaleras, en Brasil evitamos las expediciones exóticas, por lo que nos limitamos a cosas culturales y musicales. Después de dos semanas, volvimos a la ciudad de México y nos tomamos unos días para reacomodarnos en nuestro nuevo hogar. Las cosas en Pet Gourmet estaban bien, pero había una comercializadora interesada en exportar el producto a Estados

