A la mañana siguiente, cada una de las amigas, despertó, con una visión diferente de la vida y de su misión en ella. La noche anterior, había sido sumamente larga, entre el trabajo, la tormenta, el ámbito personal y la magia que las envolvió. Entre sueños, obtuvieron ciertas revelaciones; inexplicables, tal vez, pero que sabían que debían entender de alguna manera. Poco a poco, todas fueron despertando, casi al mismo instante, con una canción en particular, pues, desde la universidad acostumbraban a hacerlo de esa manera.
Suena el despertador de Constanza, inundando el espacio con la melodía de Norah Jones, "Come away whit me":
"Come away with me and we'll kiss
on a mountain top
come away with me
and i'll never stop loving you.
And i want to wake up with the rain
falling on a tin roof
while i'm safe there in your arms
so all i ask is for you
to come away with me in the night
come away with me".
- ¡Qué rápido amaneció!, y ¡Qué cansada me siento todavía!. Si pudiera dormir un poco más.-
Mientras apagaba el despertador y por ende, la música, dejaba de sonar. Tomó su teléfono de la mesita de noche, desconectó el cargador tanto del móvil como del tomacorriente y lo encendió. Miró la hora, con los ojos más cerrados que abiertos, eran las cinco y cincuenta y cinco, por lo que saltó de la cama, diciendo:
- ¡Cielos!, es tardísimo, si no me levanto enseguida, no llegaré a tiempo a la oficina. Debí levantarme hace una hora, como mínimo.
De manera que salió de la cama, como alma que lleva el diablo, dirigiéndose a la cocina a encender la cafetera, colocó rápidamente el café avainillado en el filtro, le agregó dos sobres de endulzante natural en polvo, dos tazas de agua, previamente hervida y se devolvió a la habitación, se quitó la batita de seda rosa pálido, que usaba para dormir, adentrándose en la ducha fría, para quitarse el exceso de pereza que aún le aguardaba.
Por otra parte, suena el despertador de Caridad, en éste caso, la melodía con la que le daba los buenos días al alba, era "Sentimental", en el saxo de Kenny G. Había dormido bien aunque en determinados instantes, se sintió apesadumbrada, por lo que, abrazaba con más fuerza a su oso de peluche celeste, con el que dormía, para sentirse acompañada y de alguna manera, protegida. Lo llamaba Ángel.
- ¿Qué hora será?, el día está extrañamente claro, no se parece en nada al día anterior.
Ve la hora en su móvil, el cual, toma de la mesita, dándose cuenta que son las cinco y cincuenta y cinco.
- ¡Dios mío!, si se me han pegado las cobijas. Así no llegaré a tiempo a la Fundación, aunque, no hay mucho por hacer.- Recordando que el trabajo fuerte, lo había adelantado la tarde anterior, mientras llovía torrencialmente en la ciudad.
- Creo que puedo llegar casi a las nueve. Pero, voy a levantarme ya, para regar mis plantitas, hacerme el té inglés con toronjil y desayunar con calma. No hay apuros, como dice mi santa madre, "El tiempo de Dios, es perfecto".
Caridad, luego de terminar su monólogo, hace algunos estiramientos de sus extremidades, se levanta de la cama, con toda la tranquilidad del mundo y se dispone a poner el calentador, para ducharse con agua tibia, luego enciende la estufa, coloca agua en la tetera, ésta la pone en la hornilla, abre el gabinete, saca dos rodajas de pan blanco del empaque, lo coloca en el plato blanco de porcelana que reposaba en el mesón de madera de la cocina, abre la nevera, saca una bandeja de jamón serrano en rodajas, una de queso amarillo y un tazón con queso crema, para untarlo en su sandwich. Toma una jarrita de plástico amarilla pastel, que le había regalado su madre, en unas vacaciones pasadas, agregándole suficiente agua templada a la misma, para consentir sus plantitas, sobre todo a Artemisa, una maceta con cinco rosas babys, que le había obsequiado una niña con Síndrome de Down, en la Fundación; para ella, era la mejor compañía para sus soledades. Voltea hacia el termostato del calentador, dándose cuenta que ya está lo suficientemente caliente como para irse a dar un duchazo revitalizador, exactamente en 55 grados. Encaminándose hacia el baño suena la tetera, por lo que se devuelve a la cocina, a apagar la estufa. Al hacerlo, retoma su camino al baño para dar comienzo a un nuevo día, totalmente fresca.
Suena "By Your Side", de Sade, en la habitación verde grama de Denisse:
"Oh, when your cold
I'll be there to hold you tight to me
When your on the outside baby and you can't get in
I will show you, your so much better than you know
When your lost, when your alone and you can't get back again
I will find you darling I'll bring you home"
Ésta, abre un ojo y busca el reloj, que medio ve, curiosamente también marcaba las cinco y cincuenta y cinco, su gato Mishty, se mantiene acurrucado casi debajo de su brazo izquierdo, sin siquiera mover un bigote, exageradamente cómodo. Mientras decide si apagar el despertador y levantarse o prolongarlo cinco minutos más, se dice a sí misma:
- ¡Ay! pero ¿¡por qué amaneció tan rápido!?, no me quiero levantar, ¿por qué tengo que ir a trabajar?, debería echarme el día hoy, así descanso todo lo que no descansé ayer, ummm, ¡qué flojera, la que cargan hoy mis hombros!, si pudiera ser como Mishty, él si es feliz, sólo comer y dormir.
Pero decide, apagar el despertador y levantarse de la cama, con toda la pereza existente en el plano terrenal. Con el mismo pensamiento con el que se acostó la noche anterior; se levanta: Bruno y la magia de aquél extraño lugar escondido en el bar-café de Don Alvaro.
- ¡Sí, existe!, pero por más que intento descubrir qué hay detrás de todo ésto, no hallo las respuestas. Y ese espectáculo, en el puente, eran cinco luces, ¿qué querrá decir?, todos éstos acontecimientos, deben tener una explicación lógica, ¿Quiénes serán esas cinco luces?, ¿seremos esas cinco luces mis amigas y yo?, llamaré a Agatha, sé que ella me podrá ayudar, pues, entiende de ésto más que yo misma y que, todas las enciclopedias que tengo en la biblioteca.
De manera, que se acerca a la cómoda donde dejó el móvil, la noche anterior y le escribe un mensaje a Agatha por w******p:
- Buenos días, Agatha, espero hayas amanecido bien, después de la nochecita de ayer. Necesito verte con urgencia, ¿tendrás un espacio para atenderme hoy?, espero tu respuesta.
Dejó el móvil, nuevamente encima de la cómoda y se metió en el baño, no le daba tiempo de ponerse a hacer café, ni de prepararse el desayuno, hace mucho tiempo vivía sola y tenía que hacérselo todo ella, de manera que decidió que por falta de tiempo y por dormilona, pasaría a la cafetería a por un Latuccino Vainilla sin aderezos especiales, pues, éstos toquecitos, sólo se los servían en el bar-café, aunque pensándolo bien, podría pasar por ahí, a ver si se encontraba con Bruno, tenían que hablar acerca de lo sucedido ayer, no sólo sentía que necesitaba hablarle sino que añoraba tenerlo cerca, como si sus almas, se conocieran de toda ésta vida y de la anterior también. Mientras pensaba en todo ésto, abrió la ducha y se internó bajo el grifo. Entre tanto, su gato Mishty, se estiraba en la cama, como no la sintió cerca, se bajó de ella y entró en el baño a darle los buenos días a su ama, con un meow prolongado, onomatopeya que, ella escucha entre la cascada de agua que le va recorriendo el cuerpo. Por lo que lo saluda, emitiendo un meow humano; era su manera de comunicarse.
Por otra parte, se escucha tímidamente el despertador de Regina, en la voz de "Rihanna y Hate that I love you":
"Well I hate it
You know exactly what to do
So that I can’t stay mad at you
For too long, that’s wrong
Girl, I hate it
You know exactly how to touch
So that I don’t wanna fuss and fight no more
So I despise that I adore
And I hate how much I love you boy
I can’t stand how much I need you
And I hate how much I love you boy
But I just can’t let you go
And I hate that I love you so..."
- ¡Por todos los cielos!, ¿Qué hora será?
Se pregunta, mientras mira la hora en su reloj de pulsera, dándose cuenta, que son más de las cuatro; hora en que por lo general, siempre se levanta, exactamente, eran las cinco y cincuenta y cinco.
- ¡Por todos los cielos de todo el planeta!, ¡Qué demorada estoy!, ¿Por qué habré dormido tanto?, será por esos sueños extraños que tuve toda la noche, sentía que dormía pero como que en realidad, yo lo que estaba era despierta, deambulando por esos caminos rosados, porque no es que esté cansada; sino lo siguiente. Me duele todo. No quiero levantarme de aquí. Creo que me declararé con malestar de salud. - Se decía para sí.- Llamaré al condominio y les diré que no voy porque, tengo cefaléa o no, mejor digo que, tengo malestar estomacal, soy muy mala para mentir, pero haré que me crean (Risas).
Lo bueno de Regina, era que, a pesar de su humor obstinado, tenía buen humor con sus chistes internos.
Pero hubo algo que la hizo levantarse de un tirón, de su cálida, King Size. Tarada. Olvidó ponerle comida la noche anterior, pues, llegó tan exhausta, que sólo dejó las llaves, tiró el bolso en el sofá, entró al baño, se lavó la cara y los dientes, luego, en su habitación, se desvistió y se lanzó en su cama, en ropa interior, hasta el sol de hoy. Decidió ponerse en pie, colocándose el albornoz, salió a buscarle la comida a Tarada en el gabinete anaranjado de la cocina, tomó el frasquito, lo abrió y se acercó al oasis imperial de su tortuguita japonesa, afortunadamente, aún estaba viva, pero casi, boqueando. Le agregó unas cuantas hojitas de algas amarillas, traídas de Hawai y su querida mascotita, comió tanto, que quedó satisfecha, así como también, se salvó del filo del cruce, hacia el páramo de las otras tortuguitas que como ella, habían estado a los cuidados de Regina. Si las tortugas piensan, ésta habrá pensado: - "Uff, me salvé de morir de hambre".
- Ahora sí, a prepararme, que si no me apuro, voy a llegar a mediodía y siendo así, las damas latinas del edificio, no me llevarán mis roles de canela con café templado.
Mientras Regina pensaba, qué ponerse hoy para ir a trabajar y por ende, al encuentro en el Río Támesis, que tendría con sus amigas, preparó su baño de soldado. En cinco minutos, ya estaba lista para vestirse con unos Jeans desvencijados, botas negras hasta la rodilla, una playera gris plomo y un abrigo "Pyeme", que le encantaba porque era de algodón gitano, traído de la Madre Tierra, España.
Sólo faltaba Agatha, por despertar a la misma hora que sus amigas, a las cinco y cincuenta y cinco, curioso, sí. Tal y como se congeló el reloj del bar-café, la tarde anterior. Sonaba, "Helium" de "Sia", cuando su reloj dio la hora pautada, para el despertar de las cinco amigas o de las cinco luces magenta, depende desde qué punto se vea, pues, aunque Agatha no estuvo presente en el espectáculo del puente, había tenido la visión, que la estrechó en medio del trance, en el auto de Contanza, la noche anterior:
" I'm trying but i keep falling down
I cry out but nothing comes now
I'm giving my all
And I know peace will come
I never wanted to need someone
Yeah, I wanted to play tough
Thought I could do all just on my own
But even Superwoman
Sometimes needed Superman's soul
Help me out of this hell
Your love lifts me up like helium
Your love lifts me up when I'm down down down
When I've hit the ground
You're all I need"
Pero a ella no le pareció gran cosa, sobretodo, al ver su reloj colgante en forma de atrapasueños, que estaba frente a su cama, de hecho, se dió cuenta que el mismo estaba congelado, no movía sus agujas, de manera que lo interpretó como sólo una vidente, maga o hechicera, podría hacerlo.
- Sé que están próximos, pueden hablar conmigo, los puedo sentir, sé que ahora están aquí, en ésta habitación. Sé que velaron mis sueños y el de mis amigas. Somos sus cinco luces magenta iluminando todo Londres. ¿Por qué no se pronuncian de una vez?, ¿Qué más van a esperar?, si el camino es largo y debemos prepararnos. ¡Vamos, manifiéstense ahora!
Se sentó en la cama y al poner los pies en las pantuflas violetas de unicornios, que tenía al borde de la misma, sintió que el piso se movía, al igual que, las cortinas fucsia de la terraza de su habitación, pero éstas, danzaban de tal manera, que parecía que, afuera hubiese mucho viento o que algún ser sobrenatural que estuviese parado a un costado, las soplara con gran fervor y con toda la intención.
- ¡Manifiéstense, Dioses de la Dimensión Perdida!, yo soy el medium para que se expresen, yo soy el camino hacia sus otras luces.
Mientras Agatha, les exigía a las energías, que sentía en su compañía, que se manifestaran y terminaran de decir cuál era su misión, todos los adornos del lugar, así como las bufandas y los sombreros que vestían el perchero de metal, junto a la puerta del closet, se movían de un lado a otro, formando un remolino gigantesco en el medio, arrasando con las varas de incienso, las velas encendidas de los candelabros, los cuadros de hadas y elfos que colgaban de las paredes moteadas y con pinceladas rosadas, vibraban y se despegaban de sus clavos, las macetas temblaban, despegando las plantas de raíz, todo estaba hecho un desastre, era como si los espíritus, se hubiesen molestado por la exigencia de Agatha, ante ellos. Por su poder y su fuerza, al solicitarles que se hicieran presentes de una vez por todas.
De pronto, escuchó una voz tenebrosa, que le decía:
- ¡No es cuando tú lo decidas! Sino, cuando nosotros lo dispongamos. Mantente al márgen de nuestra misión y tal vez, sobrevivas a nuestro inminente poder.
- No les tengo miedo, sé como superarlos, cómo derribarlos para siempre, sin que nos hagan daño a mis amigas o a mi.
Comenzaba a sentir pánico, no eran los Dioses de los que ella, se refería, cuando les pedía que se manifestaran sino un torbellino de energía negativa, que la envolvió de pronto, haciendo erizar los vellos de sus brazos.
- Estás equivocada, nosotros impediremos que las cinco luces se vuelvan a conectar, ni tú, ni los Dioses de la Dimensión Perdida, podrán con nuestra fuerza sobrenatural a tus ojos, a los del mundo y a los de la magia blanca. La Magia Oscura, reinará y ustedes serán víctimas de ello. Ya lo verás.
Y con ésta amenaza, desaparece la entidad, que había causado estragos, en el espacio sagrado de Agatha. Pero que a su vez, a raíz de su partida, había dejado intacto el lugar, como si, en esos minutos, nada hubiese pasado.
Agatha, no podía creer, lo que vieron y ahora ven sus ojos, ni lo que escucharon sus oídos. Primera vez que le sucedía algo semejante, y, que sentía tanto pavor. Vió que era tarde, que tenia mucho que hacer en la tienda y muchas citas pendientes, por lo que, cuando logró calmarse, se acercó a la cocina, se preparó una infusión de tila, se metió a la ducha, preparando con antelación unas sales mágicas del mar muerto; para refrescar el alma, exfoliar el aura y el cuerpo que aún le vibraba de pavor, salió de ella y aunque sabía que estaba sobre la hora, se sentó en uno de los banquitos de la cocina a tomarse el té, entendiendo que lo que estuvo allí, no era lo que ella había visto y sentido la noche anterior, sino las fuerzas del mal; éstas la estaban acechando y no sólo a ella, sino también a sus hermanas de la vida. Pensando bien, analizando lo sucedido en el transcurrir de pocas horas, se dio cuenta que, el quinteto, estaba en peligro, en la fina línea que separa el bien del mal. Y tal vez, los Dioses estaban despertando de su sueño eterno para protegerlas a ellas de las fuerzas malignas del pasado y de los errores y las culpas que todos, llegamos a tener alguna vez.
- Necesito ver a mis amigas, ellas tienen que saber a qué nos enfrentamos.
Mientras Agatha, tomaba calmadamente el té, seguía pensando en la mejor manera de abordar a sus amigas, para que éstas le creyeran, pues, aunque como dicen muchos; "De que vuelan, vuelan", no siempre las personas estaban dispuestas a conocer ciertas cosas ocultas de la vida y sus dimensiones paralelas.
- Me va a tocar fuerte con Caridad, que sigue incrédula ante éstos sucesos. Pero, algo se me tiene que ocurrir.
Toma su móvil, para escribirle a Constanza, a ver si la espera a mediodía en la tienda, como habían quedado el día anterior, para escudriñar un poco en su pasado, en temas del corazón y así aprovechaba para irle comentando, lo sucedido ésta mañana. Necesitaba una aliada para así, convencer a las demás y quién mejor que ella, que creía en la magia desde que era una niña, y todo esto, gracias a su abuelita, que llevaba en sus venas, sangre lila de hadas, pues, en sus vidas pasadas, ésta fue la "Reina de las Hadas", en el bosque encantado de "GreenWhite", un lugar inexplorado y tal vez inexistente, en ésta dimensión; (ésto lo descubrió Agatha, en una regresión que le hizo a Constanza, en época de la Universidad) pero, que nunca le comentó, porque en ese entonces, le habrían dicho que estaba enloqueciendo, ya que apenas comenzaba a iniciarse en el mundo espiritual, como tal. Claro que ya lo llevaba en sus entrañas, pero todo era cuestión de tiempo y de práctica.
- Constanza, buenos días, espero hayas amanecido bien y con mucha fuerza, te necesito, así, empoderada. ¿Irás a la tienda hoy?, contéstame en cuanto recibas éste mensaje. Estaré pendiente, te quiere Agatha.
Enseguida, recibe el mensaje que le envió Denisse, cosa que no le pareció extraña. Imaginó que como ella, también tuvo un despertar nada normal, después del acontecer de la noche anterior, algo se veía venir y más, que ella, estuvo en primera fila en el espectáculo del puente. Luego de leerlo, le responde:
- Buen día, mi querida Deni, comprendo que no tuviste buena noche; tampoco yo. Como les dije ayer, tengo la agenda copada pero, ¿puedes acercarte a la tienda a eso de las 3:30pm ó 4:00pm? A esa hora, ya debería estar desocupada. Así conversamos. Confírmame por favor. Te quiere Agatha.
Por su parte, cada una de las cinco amigas, se fueron alistando para salir de sus casas con destino a sus respectivas oficinas, a seguir poniendo un granito de arena, en la realización de sus metas, objetivos y por qué no, también de sus sueños.
Sueños, que, no tenían nada que ver, con los que las abrazó la noche anterior.