Danika Ski se prendió el brasier, mientras buscaba con sus ojos la posible ubicación de su remera.
Aún en el suelo, recostado con solo el ceñido vaquero puesto, Mathew observaba el cielo azul sobre ellos, mientras una sonrisa tonta surcaba sus labios, otorgándole un aspecto más joven e infantil de lo normal.
—¡Ey, lobito!—llamó Danika de pie a su lado, mientras colocaba las manos sobre su cintura desnuda—¿Serías tan amable de mover tu trasero? Quiero mi remera.
Mathew volvió su mirada bicolor para colocarla sobre ella con pereza, mientras aquella sonrisa cautivadora se volvía lupina.
—¿Para qué quieres vestirte si estás hermosa así?—ronroneó él arrastrando las palabras, mientras colocaba una mano debajo de su cabeza.
Danika observó la figura de aquel hermoso hombre, recostado medio de
