A varios kilómetros de la fortaleza De Medichi:
La noche, fría y etérea, cubría el extenso campo con su mando oscuro salpicado por un sinfín de pequeñas estrellas; las cuales, resplandecían con una belleza sin igual en el firmamento.
Los cuatro escapistas, habían logrado encender una moderada fogata con la leña que Alexander D'Angelo logró reunir… bueno, en realidad, había sido Danika quien encendió el fuego con la pila de ramas que el príncipe de hielo encontró desperdigadas por el campo.
Ella había sido la encargada de cocinar la cena que había logrado atrapar luego de varios minutos tirada de panza sobre el frío y rasposo césped del lugar.
Los tres hermanos, observaban con una mezcla de asombro, duda y asco, como la hermosa mujer cocinaba dos palomas desplumadas sobre la hoguera, mi
