Capítulo 1
Son las cinco de la tarde recién voy saliendo de mi trabajo en el cual soy la secretaría de la señora Amelia una señora muy educada, refinada y la mejor jefa que he tenido durante estos años en esta empresa.
—Ya te puedes ir hermosa —sale la señora Amelia junto a su chófer.
—¿Ya no me necesita? —pregunto con amabilidad.
—No Mayte, ahora ve y cuida de tu abuela por hoy terminamos—me sonríe —Nos vemos pronto —camina junto a su chófer un señor muy amable.
No sé pero siento que ellos dos se gustan, sinceramente tenía años sin ver a la señora Amelia feliz para ser exactos desde que falleció el señor Edward su esposo el cual tiene años de muerto como sea el señor Daniel es decir el chófer de la señora es muy lindo y amable por lo que ella es muy feliz a su lado sinceramente los he visto muy apegados en varias ocasiones solo que no se ha dado a conocer algo, en fin dejo de lado su intimidad, tomar mi bolso y celular para finalmente irme.
Camino un poco hacia el elevador estoy por subir pero se atraviesa el vicepresidente de esta compañía y ese es nada más que el joven Axel un chico atlético el cual le gustan los deportes como correr y el arco.
Cuando voy a casa de la señora Amelia lo he visto practicar el arco y él lo hace demasiado bien, lo malo de él es que es demasiado frío y egocéntrico.
En fin me hago hacia atrás por lo que sus guardaespaldas lo rodean así que desde donde estoy solo veo su perfil el cual es muy lindo.
Vaya mi mirada sí que es pesada y lo digo porque él ya ha volteado hacia mí, sus ojos me miran pero poco después se vuelve a voltear a decir verdad él ni siquiera me ubica y eso que he ido infinidad de veces a la casa de su abuela es decir de la señora Amelia porque sí ella es su abuela por eso ella es la presidenta de esta compañía mientras que él es el vicepresidente.
Él entra al elevador y después sus guardaespaldas. Él mira hacia enfrente y así es como puedo ver sus ojos claros mirar hacia enfrente o hacia otro lado pero nunca hacia mí.
Bajo la mirada y espero que ese elevador se cierre para poder levantar la mirada.
Levanto la mirada y ya se ha ido, vaya menos mal el aire se siente menos pesado.
Espero el elevador nuevamente para así entrar sin ningún problema, luego presiono el botón el cual me lleva hacia la planta baja, después camino hacia la salida y es ahí donde veo como todos esos coches lujosos se van.
A lo lejos veo un taxi así que le hago la parada y subo.
Llego a casa en menos de veinte minutos, entro y mi abuela está cocinando, ella es mi abuela Tita, es tan hermosa y tan amable su sola sonrisa es vida.
—Abuelita deja ahí, tu corazón no está para esto—le quito el mandil y la cuchara de su mano.
—Solo quería cocinar algo para ti hija, todo el día trabajas y durante la semana solo haces eso y los domingos ni hablar también trabajas vendiendo postres en el parque y todo por mi culpa—agacha la mirada.
—Tú eres lo más hermoso que tengo en mi vida, así que si lo hago es porque te quiero mucho, quiero que estés—le sonrío.
—Hija tienes casi treinta años, no tienes pareja, ni amigos eres tan solitaria pero eso sí, una chica linda muy linda te pareces a mí en lo guapa y claro a tu madre que en paz descanse, tienes los mismos ojos que ella y las mismas ganas de salir adelante pero debes pensar un poco en tu corazón—toca mi corazón mientras yo la veo con ternura.
—Perdóname por no encontrar el amor aún Tita pero es que es tan difícil hoy en día —digo preocupada.
—Te perdono solo porque has tomado la decisión de tener un bebé al menos si no te casas lo tendrás a él—me toma de las manos.
—Así es abuelita así al menos tendré un bebé, ya si el amor me llama que bueno y si no lo tengo a él—sonrío—Por eso es que trabajado duro por estos años porque quiero que estés bien y también para ahorrar para mi inseminación la cual va hacer en unos días—menciono emocionada.
—¿Sabes algo mi niña? Admiro tu fortaleza porque a pesar de que te han criticado por ser madre soltera aún así nadie te ha cambiado ese pensamiento—acaricia mis mejillas.
—Gracias Tita pero yo te admiro más a ti, en fin debo ir a dormir la ginecóloga me dijo que debo dormir bien—la tomo de las manos.
—¿Y la comida? —se detiene.
—Oh es verdad, bueno vamos a cenar pero yo sirvo y lavo trastes, después tú te vas a dormir Tita ¿Entendido? —le advierto.
—Si mi hermosa—se vuelve a sentar.
Tomo la cuchara que hace un rato traía Tita y después me pongo a servir la comida.
Después de comer mi abuelita se fue a dormir claro no sin antes darle sus medicinas, enseguida de eso me dispongo a ir al pequeño balcón de mi recámara.
El cual conecta con el hermoso jardín del vecino que aunque es humilde es hermoso.
Como sea ahora no puedo disfrutar de sus flores como en todos los domingos por la mañana pero lo que si puedo disfrutar es de esa bella luna, claro y de esas estrellas en la que estoy segura que en una de ellas está mi madre, claro mi madre es la que siempre brilla.
Sonrío al ver eso, después me dispongo a darme un baño para luego ponerme la pijama.
Estoy parada frente al espejo largo que está frente a mí.
De solo imaginar mi pequeña barriga siento hermoso, muy pronto tendré un bebé estoy segura de eso.
Después de imaginarme eso me meto a la cama y me dispongo a dormir.
Al día siguiente…
Antes de ir al trabajo me toca ir a la cita con mi ginecóloga la misma que se está haciendo cargo de mi proceso de inseminación, en fin hoy estoy nerviosa ya que por fin me van a decir la fecha exacta de cuando me van a inseminar.
—Mayte, en dos días haremos el proceso, ya tenemos los espermas candidatos para inseminarte —me ve emocionada.
Ah decir verdad me he vuelto muy amiga de mi ginecóloga sinceramente sin el apoyo de ella no lo hubiera logrado.
Narra Axel…
—No sé cómo le hagan pero quiero saber donde rayos quedo mi semen aun no puedo creer que haya hecho esa tontería ¿Qué no se supone que son mi amigos?
Maldita sea… menciono mientras cuelgo el celular.
Hace unos días estuve de fiesta con mis amigos por mi cumpleaños número treinta, a decir verdad nunca había tomado tanto pero ese día esos los que se suponen que son mi amigos insistieron tanto que termine bebiendo más de lo normal.
En fin ese no es problema el problema es que por una apuesta que ahora que estoy en mis cincos sentidos fue muy estúpida, lo que hice ese día fue apostar mi semen o al menos eso es lo que dice mi primo Enzo quien fue el único que estuvo en sus cincos sentidos de los demás ni hablemos y así sucedió pero fuimos a donar semen a una clínica en fin done y semen pero he estado pidiendo que me informen sobre eso pero las enfermeras solo me han dicho que la persona que se encargo de eso, salió de viaje y no contesta las llamadas.
De verdad pido a Dios que me ayude con esto si no estaré en serios problemas por mi irresponsabilidad.
Flashback…
—Una más, una más—menciona mi primo Enzo.
—No ya basta —hago la copa a un lado.
—Shot, Shot, Shot—gritan todos
—Está bien está bien—tomo la copa de champagne.
Fin de flashback…
De eso es de todo lo que me acuerdo, y mis amigos igual nadie sabe como terminamos en la clínica solo mi primero pero él dice que yo insistí tanto en donar que las enfermeras solo me dejaron y eso es porque a mí no se me nota casi lo ebrio pero juro que de ese día no recuerdo nada solo eso.
Sigue Narrando Mayte…
Salgo feliz de la clínica ahora solo queda esperar.
Ya en la empresa entro con mi sonrisa al elevador sonrisa que oculto en cuanto veo al joven Axel solo en el elevador, doy unos pasos atrás pero topo con algo, me doy la vuelta y son las puertas del elevador que se han cerrado.
Aclaro mi garganta y solo me dirijo a la parte trasera del elevador.
Él está llamando al parecer está enojado en fin…
—Quiero que busques a esa persona, si mi abuela se entera no quiero ni imaginar —dice mientras pone una de sus manos en su cintura—Enzo tú eres el único que recuerda bien todo así que haz algo—termina de decir para luego colgar—Maldita sea —hace una rabieta.
Eso me asusta por lo que se me cae mis libretas, él voltea y ve eso después dirige la mirada hacia mí.
—Lo siento—parpadeo un par de veces para luego levantar lo que está tirado.
Levanto la mirada y lo veo por lo que él solo sigue con esa seriedad después se da la vuelta y sigue con lo suyo.
Me reincorporo y solo me quedo quieta hasta que ambos salimos claro él antes que yo.