Llegué a mi casa y Rocko había decidido jugar con todas las bolsas de basura que Mariola había arreglado para mí, le di alimento y lo saqué durante unos minutos, mientras fumaba en el jardín, cuando acabó de hacer sus necesidades y tontear lo llevé de vuelta adentro me hice cargo de las bolsas de basura y decidí jugar con las botellas de alcohol como si fueran dominós, las coloqué a la mitad de la sala, me faltaba una para que fueran cien, por lo que me acerqué a mi bar y tomé una botella de whisky la llevé a mis labios y me acosté en el sillón, se me había olvidado apagar el celular, pero al parecer era demasiado tarde, mi abuela estaba llamando y no parecía darse por vencida. —Hola, Pieth. —Hola, Pieth —Respondió. —Enciende tu computador. —¿Para qué? —Hazlo o voy a tu casa. Fui

