Pasé la tarde con Jeff, era inquieto de verdad, me comenzó a doler el pie así que tuve que entretenerlo clasificando las cucharas de los tenedores y cuando se distraía los revolvía de nuevo y tenía que volver a comenzar, no hablaba, pero corría como el diablo, además de tomar demasiada agua y sí, tuve que cambiarle el pañal con popó dos veces, un apestoso popó, pensé en lo mucho que le urgía aprender a ir al baño, ya eran casi las ocho de la noche y Alex no venía, pensé en llamarlo, pero no lo hice; escribí varios mensajes que no envíe, no es que fuera una grata noticia recibir por mensaje diciendo que había un bebé en casa que lo estaba esperando, al final estaba tan cansada que cuando fui a dormir a Jeff, también yo lo hice.
Una patada en el estómago me levantó, Jeff estaba durmiendo d
