Por el resto del día tormentoso, estuve en mi habitación, se podría decir que encerrada, la recorría de un lado a otro ordenando el fatídico desorden que queda de compartirla con un hombre como Andrés, él no sabe lo que es levantar un plato. María tuvo que cocinar para todos y la doña hizo alarde de su gusto por regañar por lo que quedo del día.
-"María asunción"
Podían oírse sus gritos y hasta por momentos los reproches hacia mí con nombre y apellido. Si las cosas realmente fueron como cuentan, no tenía ningún derecho en pelear con Clara, mi "suegrita", porque me guste o no, mi madre causo daño a su hogar, y en el fondo de la situación tenía todo el derecho de enojarse y transformarse, aunque más bien fue una evolución a un Pokémon muy, muy malo.
Sonrió ante mis muy maduras conclusione
