Desde aquel día, de aquella ocasión, me sonrojo de solo mencionarla y aun no logro pronunciar la palabra totalmente, esa palabra con S y con E y con X y bueno lo otro. Desde el día de eso, dormimos juntos, en la misma habitación y la palabra con S, se ha repetido en varias ocasiones, en varios lugares, en varias posiciones. Y, puedo decir con toda seguridad, que me encanta la palabra con S, claro, pero con él. Siempre pensé que ese momento debería ser especial, no como con velas y flores, más bien con deseos y amor.
Amanece y Andrés aún no se despierta, por estos días llega muy tarde a casa y casi siempre está muy cansado como para hablar o salir, así que lo recibo con una cena ligera y a la cama. Yo por el contrario me la paso muy relajada, demasiado para ser exactos, opté por visitar “
