Lucía regresó a casa con el corazón latiendo a mil por hora. Las palabras de Arturo resonaban en su mente: “Hay gente que no quiere que la verdad salga a la luz”. Por un instante, pensó en abandonar su búsqueda. Tal vez Gabriel tenía razón y era mejor dejar todo en el pasado. Sin embargo, las cartas de Valeria y el vacío en las respuestas de Gabriel no le permitían detenerse.
Al entrar en la casa, la encontró en silencio. Gabriel estaba en el estudio, revisando unos documentos. La tensión entre ellos seguía en el aire, pero Lucía decidió actuar como si todo estuviera normal.
—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó, tratando de sonar casual.
—Pesado. —Gabriel levantó la vista apenas un segundo antes de volver a sus papeles.
Lucía lo observó unos momentos antes de retirarse a la habitación. A medida que se adentraba en esta investigación, sentía que el hombre que amaba se volvía cada vez más un extraño.
El Descubrimiento De Un Secreto
Al día siguiente, Lucía decidió volver a investigar. Esta vez, su objetivo era la oficina de Gabriel. Había algo que le decía que la clave estaba allí, escondida entre su trabajo. Justificó su visita llevándole un almuerzo, aunque tenía un propósito muy diferente en mente.
Cuando llegó, la secretaria de Gabriel la recibió con una sonrisa cálida.
—Señora Lucía, qué sorpresa. El señor Gabriel está en una reunión, pero puede esperar en su oficina si gusta.
—Gracias —respondió Lucía, intentando mantener la compostura.
Una vez dentro, comenzó a revisar los documentos en el escritorio de Gabriel. La mayoría eran contratos y reportes de rutina, pero un sobre cerrado llamó su atención. No tenía remitente, pero el peso del papel y el sello indicaban que era importante.
Lucía dudó por un momento, pero finalmente abrió el sobre. En su interior encontró una carta y un archivo con fotos. La carta era breve, pero el mensaje era claro:
“Gabriel, cumplimos nuestra parte del trato. Ahora es tu turno de asegurarte de que ella no hable. Sabes lo que está en juego.”
Lucía sintió que la sangre se le helaba al leer esas palabras. ¿Quién era “ella”? ¿Valeria? ¿Otra persona? Las fotos no ayudaban a calmar su mente. Eran imágenes de Valeria, tomadas en diferentes lugares: una cafetería, un parque, e incluso frente a la casa que alguna vez compartieron.
El sonido de pasos en el pasillo la sacó de sus pensamientos. Guardó rápidamente la carta y las fotos, cerrando el sobre justo cuando Gabriel entraba en la oficina.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, sorprendido.
—Te traje almuerzo —respondió Lucía, tratando de sonar despreocupada mientras mostraba la bolsa que llevaba en la mano.
Gabriel la miró con suspicacia, pero no dijo nada.
El Regreso de Elena
Esa noche, mientras Gabriel dormía, Lucía llamó a Elena. Necesitaba respuestas y sabía que la mujer podía ayudarla a comprender lo que había encontrado.
—Nos encontramos en mi casa —dijo Elena al otro lado de la línea.
Lucía llegó a la vivienda de Elena con el sobre en su bolso. Al mostrarle las fotos y la carta, Elena frunció el ceño.
—Esto confirma lo que temía —dijo, señalando una de las imágenes. —Esta foto fue tomada días antes de que Valeria desapareciera. Alguien la estaba siguiendo.
—¿Y la carta? —preguntó Lucía, sintiendo que le faltaba el aire.
Elena tomó la carta y la leyó con atención antes de responder.
—“Ella no hable” … Parece que no se referían a Valeria, sino a alguien más. Quizás una testigo.
Lucía sintió que su mente se llenaba de preguntas.
—¿Crees que todavía haya alguien más involucrado?
—Definitivamente. Y quienquiera que sea, sabía lo suficiente como para amenazar a Gabriel.
Una Conexión Peligrosa
Decidida a obtener más información, Lucía buscó a Sofía al día siguiente. Sabía que su amiga tenía contactos en lugares donde ella no podía llegar.
—Necesito que investigues algo para mí —le dijo, entregándole una copia de la carta.
Sofía, aunque reacia al principio, aceptó ayudarla. Días después, regresó con noticias inquietantes.
—Lucía, esta carta tiene rastros de una imprenta utilizada por una empresa llamada Arkham Consulting. He investigado y, aparentemente, esa compañía tiene conexiones turbias con políticos y empresarios de alto rango.
El nombre “Arkham Consulting” no significaba nada para Lucía, pero sabía que debía investigar más.
—¿Crees que Gabriel podría estar relacionado con ellos? —preguntó, con miedo a la respuesta.
—Es posible. Pero ten cuidado, Lucía. Si estas personas están dispuestas a amenazar a alguien como Gabriel, no se detendrán ante nada.
El Enfrentamiento
Esa noche, Lucía no pudo contener más su frustración. Esperó a que Gabriel llegara a casa y lo enfrentó directamente.
—¿Qué sabes de Arkham Consulting?
Gabriel, que acababa de quitarse la chaqueta, se detuvo en seco.
—¿De dónde sacaste ese nombre?
—Eso no importa. Quiero la verdad, Gabriel. Ya no puedo seguir viviendo con mentiras.
Gabriel la miró con una mezcla de tristeza y determinación.
—Lucía, no entiendes en lo que te estás metiendo. Arkham no es solo una empresa. Es un sistema, una red de personas con poder. Si descubres algo que no debes, podrías estar en peligro.
—Ya estoy en peligro, Gabriel. Cada día que paso contigo, me siento más atrapada en un mundo que no comprendo.
Gabriel se acercó a ella, tratando de tomar sus manos, pero Lucía se apartó.
—Si realmente me amas, dime la verdad.
Gabriel suspiró profundamente antes de responder.
—Arkham fue parte de mi vida durante un tiempo. Me involucré con ellos por necesidad, pero luego me di cuenta de que no eran lo que aparentaban. Cuando quise salir, me amenazaron. Valeria… Valeria descubrió más de lo que debía, y por eso desapareció.
Lucía sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies.
—¿Y ahora qué? —preguntó, con lágrimas en los ojos.
—Ahora necesitamos ser más inteligentes que ellos —respondió Gabriel, con una chispa de determinación en la mirada. —No dejaré que te hagan daño, Lucía. Pero para enfrentarlos, necesitaré tu ayuda.
Lucía sabía que estaba entrando en un territorio peligroso, pero también sabía que no podía retroceder. Si querían sobrevivir, tendrían que enfrentarse a las sombras juntos.