El mesero de aquel costoso lugar se acercó pronto con su orden, en completo silencio ante la mujer que parecía haber llorado, comenzó a depositar sobre la mesa los platillos que había elegido. Alexander escuchaba atento la triste vida que Amber había llevado, con el único pensamiento en mente de Amber era mujer que lo merecía todo en la vida —Hay algún sueño que tengas? — cuestionó Alexander a Amber mientras que está enterraba el tenedor en la pasta y comenzaba a enrollarla para llevarla hasta su boca. —Esa plática profunda con Alexander no había terminado con su apetito, al contrario, no solo sentía alivio de poder mostrarse frente a alguien como en realidad era, también se había sentido dichosa de que esté le contase un poco sobre su vida. —No lo sé— Dijo ella introduciendo la past

