Estacioné el automóvil frente a H. C. Ese es el nombre del taller de confección. Al instante salió Evolett, y se veía preciosa; con falda corta, zapatos altos, una camiseta y una chaqueta oscura translucida.
Se subió al automóvil y lo primero que hice fue verla fijamente. Ella se acercó a mí, y lentamente hice lo mismo. Nos besamos apasionadamente.
Mi cuerpo se estremecía cada vez que nuestros labios hacían de las suyas.
―Matt, por fin lo veo.
Acaricié su cabello.
―De verdad que deseaba verla. ¿A dónde la llevo?
Sonrió con sensualidad y acarició mis manos que tocaban su cabello.
―Matt, Robert llegará hasta tarde y no quiero ir a casa aún.
― ¿Quiere que vayamos a comer algo?
―Sí, me parece perfecto.
Encendí el coche e íbamos en marcha. No le soltaba la mano, aunque fuera conduc
