Desperté en un momento de la mañana, pero decidí quedarme en mi cama hasta que me dolieran los huesos. Pero ya pasa de las cinco de la tarde y tengo hambre así que mi huelga de flojera la dejo para último plano, necesito comer. Me levanto y un leve mareo hace que me quedé un momento en la cama antes de aventurarme por la casa para ir a comer, me levanto al sentirme mejor. Mis piernas me llevan escaleras abajo no veo a nadie en mi trayecto a la cocina, al llegar veo que están mis señoras del aseo. Me sirven un poco de caldo de pollo y me lo ponen en la mesa. Me lo como sin pensar en que estoy preocupada por no saber nada de Nicolás. Pregunto por las personas que viven aquí porque no veo a nadie y las señoras responden que fueron a dar una caminata por el lugar. Les pido que me alisten un

