¿Prefieres el cielo o el infierno?
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El viento golpeaba su cabello haciendo que algunos flequillos cubrieran su rostro. Lo que quería en ese momento era paz, tan solo un minuto de tranquilidad y no verse invadida por esa conocida ira y ese indeseable llanto que no tomó precaución de su dañado corazón y se estrelló contra él. Caminó con las manos envueltas en un duro puño conteniendo todos los golpes que estaban a punto de propinarle a su hermoso rostro. El nudo en su garganta ya se había desatado, la tristeza que sentía por la lejanía de su familia y amistades había desaparecido. En su reemplazo la rabia reinaba con malicia.
Le faltaba unos cuantos metros para llegar a Jonathan, quien con la máx
