Víctor semanas después -¡recuéstate en la bendita cama!- mi madre se acerca a mi y me regaña. El vendaje me tiene cansado y hostigado. Los raspones no han sanado del todo. Según mis familiares estuve al borde de la muerte. Mi madre lloraba mientras recobraba el conocimiento. Mi primer instinto fue tomar un avión e ir por la princesa pero mi madre me detuvo. Los señores Caruso ahora están en Alemania cuidado de Alexa. Lo único que sé de ella es que está bien y que recobró el reconocimiento. He estado a punto de llamar y escuchar su voz pero algo dentro de mi me detiene. -estoy bien. El encierro me asfixia- se cruza de brazo y prepara un vaso de agua para mi. -qué mal por ti. Si me importan tus quejas hijo mío- me ofrece la pastilla que tomo de mala gana. -deberías cuid

