Cuando Elle se despierta, Damon y yo estamos desayunando de nuevo. El anterior desayuno que nos hizo Fernanda quedó en el olvido, demasiado frío y feo. Pero lo entiendo. Nos pasamos horas en la cama acurrucados, sin salir ni siquiera para ir al baño. Habíamos decidido bajar a comer algo cuando mi estómago rugió en medio de nuestro beso tierno y delicioso. Lo había incitado a que me siguiera besando, pero se alejó y casi me arrastró a la cocina para prepararme algo de comer. Apenas me hizo unas tostadas con mermelada y una leche chocolatada, pero me encantó su gesto involuntario. Lo hizo de forma inconsciente, lo cual me hace saltar de alegría por dentro al recordarlo. Mientras tomo mi último bocado de mi tostada, algo quemada, pero de todas formas perfecta, Elle me abraza con fuerza y al

