Capitulo 2

1818 Words
—Adelante. —Permiso. —entro viendo a mi papá que se para y viene hacia mi abrazándome, sonrío envolviéndolo. —Al fin vienes, pedí que nos traigan la comida. —Bien. —nos sentamos en el escritorio. —¿Has hablado con la nena?. —Si, recién vengo de hablar con ellas. —Mi amor, cuando me vine estaban en casa y Arlo es una loca, —acomoda las cosas con las que estaba trabajando—. Sofia está con mil ojos porque se las manda. —miro mis manos donde las tengo todas lastimadas por golpear la pared—. ¿Pasa algo?. —¿Me podrás dar permiso de irme antes? Tengo licencia en quince días pero Sofia me dijo unas cosas que no puedo esperar, debo ir a hablar con ella. —¿Están mal?. —Señor, su comida. —va a la puerta a buscarla, me quedo pensando. —Bueno, sigamos en donde nos quedamos. —Solo dame el permiso pa, no quiero hablar de eso. —Bueno, no quieres hablar pero lo debes hablar, tengo casi veinte años con tu madre y puedo darte un buen consejo. —acomoda la mesa porque no me muevo para nada—. Puedo deducir que es por las extensas jornadas de trabajo. —Si. —miro la carne con arroz que se ve buenísima, me sirvo una buena porción porque en todo el día no comí nada. —No quiero volver a ver tus manos así, —lo miro un poco asustado porque está enojado—. ¿Es qué estas loco? ¿Qué es eso?. —Estaba enojado. —¿Si la tenias al frente la golpeabas?. —Nooo papá, jamás haría eso. —me tapo la cara comenzando a llorar porque no paro de pensar—. Me quiero ir a la mierda ahora mismo, ya no puedo más así, siempre me reclama y tiene razón, está criando sola a Arlo y encima hace de todo para que la nena me recuerde pero no sé que es estar con ella. —asiente en silencio—. Déjame ir antes. —La prueba de mañana la necesito Ankatu, me están diciendo que estas donde estas por ser mi hijo y necesito que guíes mi equipo con otros pilotos más, debes demostrar lo que eres o se termina todo el trabajo duro, termina las pruebas y tienes mi permiso de ir. —Bien. —me friego la cara con fuerza suspirando—. Bien, no digas nada va a ser sorpresa. —Bien, comamos entonces. —¿Los chicos?. Aunque le sigo la charla y sé más de mi familia no lo disfruto para nada, mi mente está en Sofia y mi hija, porque Arlo nunca va a dejar de ser mi hija pero los tiempos extensos lejos están pasando factura y aun más en mi relación con Sofia, si, nuestro comienzo fue por el embarazo y los dos lo sabemos, pero no quiero que estemos lejos, no quiero vivir en una casa y mi hija en otra y tenerla los fines de semana, quiero que este conmigo y si las cosas no funcionan con Sofia voy a tener lo que más temo. ................. —Wou, que bella esa bebé, ¿es tu hermanita?. —Es mi hija. —junto con Marcos me miran—. ¿Qué?. —¿Tu hija?. —Si, mi hija Arlo. —¿Qué edad tienes?. —Dieciocho, tenia casi dieciséis cuando nació. —junto la ropa que me voy a llevar porque a penas terminen las pruebas me voy—. En menos de un mes cumple los tres. —¿Y esa es la mamá?. —Si, mi mujer. —¿Están juntos?. —¿Por qué tantas preguntas?. —les sonrío intentando ser amable pero no entiendo tanta preguntadera. —Disculpa por las preguntas pero es que quedamos sorprendidos nada más. —Bueno, si, es mi mujer, se llama Sofia. —Es hermosa tu mujer amigo. —Gracias. —miro a Marcos asintiendo por el cumplido—. Vamos Tomás. —Si. —vamos los dos hacia la escotilla, voy un poco nervioso, voy a comandar a pilotos experimentados y eso me tiene un poco alterado—. Mierda, ¿Por qué se ponen así?. —están todos en fila con los mamelucos y los cascos en las manos. —No hagas nada, sígueme la corriente. —¿No estás nervioso?. —Tengo deseos de salir corriendo. —mi papá avanza parándose frente a mi. —Bien, tu vas al mando conmigo de segundo, Tomás tu vas al mando del equipo contrario con Rubén como tu segundo. —¡Si señor!. —Nuestras naves llevan la insignia blanca, del equipo de Tomás azul, vamos con simuladores, los que estén derribados vuelvan a la base de inmediato. —Si señor. —me mira entre feliz y preocupado. —Estamos a sus ordenes señor. —Vamos a pilotar. Desesperado miro hacia todos lados buscando al enemigo, mis maquinas comienzan a sonar y elevo el avión aún más, miro hacia atrás viendo que es Rubén, no lo veo a él sino el número de serie, me lo sé de memoria, desde pequeño voy a la base con mi papá y siempre Rubén me explicaba muchas cosas y recuerdo su número a la perfección, y también sus técnicas de combate, cuando el cielo es n***o me voy hacia atrás cayendo en picada, vuelvo a girar quedando de frente y listo, derribado. Vuelvo a bajar porque por arriba somos un blanco muy fácil, voy rozando el agua buscando por todos lados a alguien más. —¿Ankatu?. —oigo a mi papá por el comunicador. —Acá señor. —A la base, terminó el entrenamiento. —Si señor. —llego a la base después de Ruben, cuando bajo comienzo a reír, aun más cuando me agarra a golpes. —Pendejo de mierda, me las vas a pagar. —hasta me tira una patadas—. Me las hiciste y ya me va a tocar maldito pendejo que me hiciste pasar vergüenza. —Bueno bueno, la nueva generación tiene mejor entrenamiento. —Porque nosotros los entrenamos por eso. —me alejo riendo aun más cuando llega todo el equipo de mi papá a las risas. —Rubén, un pendejo te maniobro y te aniquiló. —Pues con la maniobra que yo le enseñé lo hizo. —entramos todos riendo porque Ruben no quiere admitir que lo aniquile. —Ankatu ven. —todos siguen caminando mientras me quedo con mi papá—. Ve por tus cosas que nos vamos de inmediato —Bien, voy por mis cosas. —corro hacia mi habitación feliz porque al fin me voy a ver a mis chicas, cuando llego Antonia se está cambiando de ropa—. Permiso, vengo por mis cosas. —¿Te cambian de base?. —No, voy a mi casa. —no puedo dejar de sonreír mientras miro la foto—. Es sorpresa, mi mujer se va a poner muy feliz —Creí que tenias permiso en quince días más. —Bueno, gracias a Dios me dieron quince días más y me puedo ir antes. —Bueno, espero la pases bien. —Tomas entra sonriendo. —¿Ya te vas amigo?. —Si, si no la embarazo a Sofi de nuevo paso de largo. —los dos nos reímos. —Vas a ser como tu papá. —Hay que mantener el apellido amigo, no se puede perder por mi culpa. —Tienes como ochocientos primos y como veinte hermanos, no te fuerces tu solo, —le tiro un golpe cuando sé que una estupidez va a decir—. Y no hagas que Sofi pierda la figura espectacular que tiene. —Te pesco mirándola, si quiera los pies te arranco los ojos. —sigue riendo y sé que lo hace para molestarme no más—. A mi mujer nadie la mira. —¿Tan linda es?. —Uufff, no sabes lo que es esa mujer, tremendo... —lo miro alzando las cejas cuando con las manos hace la forma de un culo—. Tremendo, pero que solo mi amigo disfruta. —Te dije que dejes de mirarla y eso me dice que si, que la miras. —No no, fue cuando andaban noviando y bueno, después del parto quedó mucho mejor. —agarro mi bolso, la foto que la llevo a todos lados y los miro. —Nos vemos chicos, me tengo que ir, no doy más por verlas. —salgo corriendo a buscar a mi papá, lo encuentro en la pista—. Papá, ya estoy listo. —Vamos entonces. ........ Manejo hacia la ciudad casi temblando, mi papá tuvo que ir hacia nuestra casa en donde tiene una pista de aterrizaje, me hizo el favor de darme el pase mucho antes de lo que debía, no podía pretender que me lleve hasta la casa de Sofia también, por eso saludé a mi mamá, mis hermanos, me di un baño y salí a buscar a mi pequeña familia y ver si podía componer las cosas con Sofia. —Buenas. —saludo a los de seguridad. —¿Disculpe?. —muestro el pase que me dio hace tiempo Julián, son nuevos y no me conocen—. ¿Usted quién es? Disculpe pero nunca lo había visto. —Soy el novio de Sofia, la hija mayor de la familia. —Bien, pase. —Gracias. —estaciono el auto en la entrada de la casa, la puerta se abre saliendo mi suegra. —¡Ankatu que bueno verte!. —me da un abrazo cariñoso—. Te esperábamos en dos semanas más. —Me dieron permiso antes y quería sorprender a las chicas, ¿Dónde están?. —Aun duermen, Arlo se durmió un poco tarde. —¿Puedo subir a verlas?. —Pero por supuesto, no pidas permiso. —bajo el bolso del auto y entramos a la casa—. Sube, no esperes más. —Si. Subo corriendo sabiendo más que bien donde está la habitación ya que cada vez que tengo libre me vengo a quedar aca unos días y los otros nos vamos a mi casa así mis papás están con la nena, por lo general Sofia se queda después de que vamos así la nena tiene más contacto con mi familia. Entro a la habitación con suavidad, hay penumbra, son las ocho y media de la mañana, entiendo que duerman, recuerdo a mi mamá en la misma situación de cansancio. Cierro la puerta con cuidado viendo la cuna que está a un lado de la habitación, me acerco viendo a mi hija dormir con calma, con cuidado le doy una caricia sonriendo de por fin poder tocarla después de cinco meses, pero no puedo despertarla, por eso voy hacia Sofia acostándome frente a ella. . .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD