Supermax II
Estábamos llegando a la prisión por lo que pude escuchar, espero no sea tan peligroso como me lo estoy imaginando.
Unas murallas de varios metros rodeaban la prisión, había policías por doquier y cámaras que nos vigilaban todo lo que hacíamos. Me dieron mi uniforme con una colcha,una almohada y cepillo de dientes, me esposaron y comenzamos a caminar.
Me memorice el camino desde la entrada hasta la zona donde yo estaba, me habían mandado al ghetto, ni que fuera morena pero bueno aquí no puedo quejarme.
Las reclusas me miraban con odio y otras con deseo, daba miedo la verdad pero siempre mantuve mi frente en alto hasta que llegue a mi celda, no podía mostrar debilidad y menos llorar.
Estaba muerta de hambre son eso de las 9 se la noche y ya me perdí la cena, tengo que
