Capítulo 9 - La chica del cabello de fuego

4998 Words
Ambos seguían en la colina abrazados, Ana no comprendía nada, ¿de verdad el príncipe no era un príncipe?, Jeff se apartó un poco de ella y comenzó a hablarle. - Disculpame Ana, no tuve tiempo de agradecerte por haber sanado mi herida, la verdad no recuerdo nada sólo vi aquel rayo y... - Tranquilo Jeff, ya pasó, lo importante es que estas con vida, es mi deber usar este poder para sanar a las personas - Me protegiste Ana, eso jamás lo olvidaré - ¡No podría verte sufrir Jeff, eres mi maestro, gran parte de lo que se es gracias a ti y me has protegido desde siempre - - ¿Es solo porque soy tu maestro? - Ana se sonrojo - No Jeff, es porque te quiero mucho - Jeff sintió que su corazón dio un brinco y también se sonrojo - Eres muy valiente Ana, disculpame por mis malas decisiones, no debí decirte que sacaras tu poder de esa manera - La verdad es que tuve miedo, hay un instante en el que cuando saco mucho mi poder algo no me deja volver en mí y eso me asusta mucho, es como si se apodera de mi voluntad, no quiero volver a sentir eso - Es muy extraño, tu Estrella tiene muchos misterios - No pude sanarte de inmediato, estaba agotada y sin energía - ¿Qué? ¿y cómo lo hiciste? - Me di cuenta mientras peleaba que existe una fuerza mayor que la mía, ella fue quién me dijo esas palabras de ataque, cuándo quise sanarte y no lo logré, fuí a mi habitación a pedirle a esa entidad que me brindara la suficiente energía para sanarte y así fue, me llenó de ese poder y pude curarte, pero después ya no recuerdo mas, creo que excedí mi potencial - Jeff estaba sorprendido - ¿Una entidad superior? - Jeff quedó pensativo - ¡Sí! no sé quién es, pero me ayudó en el momento justo, es alguien bueno porque su aura es inigualable, es una energía limpia - ¿Cómo podríamos saber quién es? ¿cómo puedes saber si es confiable? - Confía en mí Jeff, existen cosas que no puedo explicarte pero te aseguro que puedo saber si es confiable o no - Jeff sentía que los poderes de Ana no eran solo físicos, si no que también espirituales - Confiaré en ti, ahora debo hacerme cargo de este impostor, ¡tengo que averiguar quién es! - ¿Cómo es eso de que se reúne con otra persona? - Mi guardia privado lo vio todo Ana, éste tipo quiso pasarse de listo y no se lo voy a permitir - Quizás tenga una buena explicación - Ana, no todas las personas son buenas, es evidente que este payaso no tenía buenas intenciones - Ambos caminaron hasta la casa y en ese momento llegaron los guardias con el científico arrestado, manos atadas y ojos vendados - ¡Señor, aquí está el sospechoso! - Los guardias quitaron la venda de sus ojos y el viejo hombre al ver a Ana se asustó pensando que era Alhena, comenzó a dar gritos y forcejear - ¡Nooo ella no! ¡sueltenme! ¡ella es mala! - Ana no comprendía por qué aquel hombre desconocido tuvo esa reacción si jamás lo había visto, Jeff comprendió que evidentemente estaba confundiendo a Ana con Alhena - ¡Llevenlo al calabozo! - Ordenó Jeff con su voz de mando - ¿Por qué dijo eso de mí? - Preguntó Ana totalmente desconcertada - ¡No le hagas caso, es un viejo demente! - Dijo Jeff para tratar de desviar la atención de Ana, pero ella no se sintió conforme con esa respuesta, algo le gritaba en su interior que ese hombre sabía muchas cosas que ella ignoraba Más tarde, Jeff junto a 2 de sus soldados más leales, uno de ellos llamado Ezel, fue a interrogar a ambos individuos, pidió que los dos fueran atados al muro solo dejando sus piernas con movimiento, el calabozo era un lugar oscuro estaba en las aulas subterráneas de la gran casa en la que vivían, Dennie y su padre estaban en una celda con barrotes muy gruesos y solo alumbrados por 2 antorchas. El falso príncipe estaba acongojado y se sentía culpable de que su viejo padre estuviera en esa situación - Papá, por favor perdóname, todo esto es culpa mía, jamás debí meterme en este lugar, esto pasó por no escucharte - Dijo el arrepentido chico entre lágrimas - Dennie, ya no podemos hacer nada... solo espero que al menos comprendas que debes pensar muy bien las cosas antes de actuar, yo ya estoy muy viejo y no me importa perder la vida, e vivido suficiente, en cambio tú eres muy joven, no pensé que terminaría mis días en algo como esto - ¡Papá no digas esas cosas, lo lamento tanto! ¡e sido el peor de los hijos! ¡soy yo el que merece la muerte! - ¡Hijo mío, quizás te consentí demasiado al ver que te criaste sin tu madre que murió cuando naciste! ¡el error fue mío, eres el resultado de lo que yo formé en ti! - ¡No papá!... ¡no digas eso, basta! ¡tú siempre me as dado todo, me enseñaste tantas cosas y yo no supe pensar! has sido el mejor de los padres, no te martirices pensando que lo hiciste mal - ¡Ay hijo, no debí aceptar jamás tantas cosas sucias que hice! este es mi castigo - ¡Por favor, ya basta papá! - Esa niña es igual a su hermana, me asusté mucho al verla cuando llegué aquí, pensé que estaba ante la desquiciada de Alhena - ¡Papá, te dije que son iguales!, pero Ana es muy distinta, es una chica bella - Es increíble cómo dos personas pueden parecerse tanto y a la vez pueden ser tan diferentes, ahora comprendo tu admiración hacia esa jovencita - En ese momento Jeff llegó a la celda junto a sus dos soldados, abrieron la puerta y éste entró lentamente hasta pararse en frente de ambos cautivos - ¡Nos volvemos a ver falso príncipe! - Dijo Jeff con tono burlesco - ¡Ahora mismo me vas a contar toda la verdad! ¡ni se te ocurra omitir o mentir, soy experto en hacer hablar a los que no quieren hacerlo! - Amenazó Jeff a Dennie - ¡Quiero hablar con Ana, a ella le diré quién soy, no a ti! - Jeff se enfureció y lo tomó de la barbilla - ¡Parece que eres sordo! ¿se puede saber quién diablos eres para exigir? ¿y más aún, hablar con Ana? ¿quién te crees que eres? - ¡Por favor joven, no maltrate a mi hijo, él está equivocado y lo sabe, le aseguro que no tiene malas intenciones! - Dijo el angustiado padre a Jeff con voz pasiva, éste soltó a Dennie y se acercó a Nicolás - ¿Tú hijo? ¿este mocoso es tu hijo? - ¡Sí señor!, mi nombre es Nicolás Master, soy científico y él es mi hijo Dennie - Jeff había escuchado ese nombre antes pero no recordaba dónde entonces llamó a su soldado Ezel - ¡Ezel, ven aquí! - ¡Sí Señor! - ¿Has escuchado el nombre de este viejo en algún lugar? ¿Nicolás Master? - ¡Claro Señor!, es el científico que trabajaba para Abel - Entonces Jeff enfurecido desenfundó su espada y apuntó a ambos - ¿Así que no tiene malas intenciones? ¿son espías? - ¡No Señor, se lo juro! - Contestó Nicolás desesperado - ¿Crees que soy idiota? - ¡Señor, le estoy diciendo la verdad! - ¡Deja a mi padre en paz, él no tiene nada que ver en esto Jeff, yo soy el culpable de todo! mi papá me advirtió que no me metiera aquí y yo no lo escuché, lo siento mucho, no pensé bien las cosas - ¿Y por qué debería creerte? - Todo lo que te dije cuando llegué aquí es cierto, te llevé hasta el castillo donde ahora gobierna Alhena, ella terminó con Abel y mi papá y yo pudimos escapar, si no, estaríamos bajo su hechizo igual que todos los que están allí - ¿Y por qué quisiste venir aquí? ¿cómo encontraste a Ana? - Dennie se entristeció y sabía que no tenía alternativa que decir la verdad o Jeff era capaz de torturarlo hasta hacerlo hablar - Está bien Jeff, yo... yo quería apoderarme de la Estrella Dorada, tenía esa tonta ambición - El rostro de Jeff se desfiguró y lanzó un puñetazo al muro justo al lado del rostro del confesante, Nicolás lloraba de tristeza y Dennie palideció ante el ataque casi certero del enfurecido comandante - ¡Dame una razón por la cual tenga que seguir escuchándote! ¡mocoso atrevido! - Por favor, esa idea ya no existe Jeff, cuando conocí a Ana ella cambió mi forma de ser ¡Creeme por favor! - ¿Cómo podría ser tan imbécil para creerte? - ¡Es la verdad, llegamos hasta este pueblo y nos hospedamos en ese hotel, fue entonces que tuve una discución con mi padre, porque tenía esa tonta idea en mi cabeza y él me advirtió que no lo hiciera, salí del cuarto y después la vi, pensé que era Alhena y me asusté - ¡Señor, mi hijo dice la verdad, así fue la situación, yo no pude retenerlo! - ¿Cual era tu plan? ¿por qué te hiciste pasar por el príncipe? - Descubrí el libro de actas de Abel, ahí estaba la información de ese príncipe y lo usé para poder acercarme a Ana - Jeff apuntó directamente hacia el cuello de Dennie - Mi plan era... era ganarme la confianza de Ana y después actuar para apoderarme de su estrella, pero como te dije ella cambió mi forma de ser... - ¿Dónde está ese libro?- - Lo tengo escondido en mi habitación - Jeff envió al otro soldado a registrar la habitación de Dennie - ¡Ve a registrar toda la habitación y tráeme ese libro! - ¡Sí señor! - ¡Por favor Jeff tienes que creerme, cuando vi a Ana curar a todas esa personas entendí que yo estaba mal, ¡te lo juro! - ¡No me jures nada mocoso! - ¡Escuchame, yo admiro mucho a Ana, ella puede hacer tantas cosas y yo pensé que podríamos ayudar a mucha gente, yo sé mucho de ciencia y ella con sus poderes... - ¡No te compares con ella! - No me estoy comparando es solo que.. - ¡Mentiste para acercarte ella! ¡querías hacerle daño! ¡no puedo confiar en ti! - ¡Jeff, no te habría dicho todo si quisiera llevar a cabo mis planes aún! - ¿Ah sí? ¿y qué te hizo cambiar de opinión? - ¡Ya te lo dije, ella cambió mi forma de ser! - ¡No mientas! - ¡Me enamoré de ella! - Gritó Dennie desesperado, Jeff se hizo hacia atrás al escuchar esa confesión con toda la presión, Nicolás agachó la cabeza y Ezel solo quedó boquiabierto. - ¡Eres un mocoso insolente!- Jeff abofeteó a Dennie con fuerza - ¿Cómo te atreves a poner tus ojos en Ana, a caso crees que podrías tener oportunidad con ella? te recuerdo que no es cualquier chica, es una persona muy importante - ¿Acaso el amor distingue esas cosas? - Dijo Dennie desafiante - ¡Tú eres tan cobarde que no eres capaz de reconocer que también la amas! ¡te refugias en tu papel de protector! - Esas palabras para Jeff fueron como cuchillos directos al corazón - ¡Hijo, no le digas esas cosas al Comandante! ¡Señor, por favor perdónelo esta fuera de sí! - Jeff se acercó a Dennie y volvió a tomarle la barbilla - ¡Eres más insolente de lo que creía! ¿sabes a quién tienes enfrente tuyo? ¿sabes que puedo ordenar que te maten? - ¡Hazlo, pero antes déjame hablar con Ana! - Jeff estaba totalmente enfurecido y volvió a abofetear a Dennie - ¡Sueña con que te dejaré verla! - ¿Tienes miedo de que también se enamore de mí? - Jeff esta vez lo golpeó en el estómago, Dennie quedó sin respirar un momento - ¡Por favor, basta!- Suplicaba Nicolás - Golpéame todo lo que quieras, después de todo moriría feliz después de haberla conocido - En ese momento llegó el soldado con aquel libro - ¡Señor, este es el libro! - Jeff lo tomó en sus manos y lo abrió, sea acercó a una de las antorchas para ver mejor y al hojearlo vió la información del príncipe Julián y la princesa Milena, entre otras cosas más - ¡Saquen las amarras a estos individuos y déjenlos aquí, denle comida y agua, yo me llevo esto! - Ordenó Jeff a sus soldados pero antes de irse volvió a acercarse a Dennie - ¡Voy a mantenerte con vida hasta que me expliques todo, tú y tu padre me van a decir todo lo que saben! ¡más vale que cooperes de eso depende de cómo lo pases aquí! ¿entendiste? - Dennie lo miró desafiante y no pronunció ninguna palabra - ¡Señor, le aseguro que mi hijo no causará más problemas! - Jeff solo lo miró y salió de la celda rumbo a su oficina con aquel libro en sus manos. Más tarde Jeff mandó a registrar y traer todas las pertenencias que el científico tenía en su cuarto de hotel, acompañó a sus soldados a aquella tarea, todas las cosas que Dennie le había dicho daban vueltas en su cabeza y estaba exhausto, Ezel se acercó para hablar con él - Señor, lo veo muy pensativo ¿ocurre algo malo? - No es nada Ezel, solo que estoy cansado, me siento muy exhausto y las palabras de ese mocoso dan vueltas en mi cabeza - ¡Pero Señor! es solo un niño que soñó que podía ser grande - Es por lo que dijo de su supuesto amor por Ana - Ezel comprendió que este asunto era mucho más que solo un niño queriendo ser grande, sino, que además había una rivalidad evidente entre ambos - ¡Señor, aquí hay un bar, ¿le parece si entramos y charlamos un poco? - No acostumbro a entrar a esos lugares, pero creo que lo necesito ahora - Ambos entraron al lugar y no era nada desagradable, se sentaron y desde lejos había una linda chica de cabello rojo largo intenso, ojitos oscuros que miraba fijamente a Jeff, éste se sintió algo inquieto y para no seguir siendo visto por la chica se cambió de puesto en la mesa, Ezel no le dió importancia, pero para sorpresa de Jeff la joven se movió de su lugar y volvió a estar de frente a él para mirarlo fijamente. Pidieron unos tragos y algo para comer, mientras Jeff se sentía incómodo con aquella chica que no le quitaba la vista de encima - ¡Noto cierta incomodidad de su parte Señor! ¿ocurre algo? - Hay una chica pelirroja detrás tuyo que no me quita la vista de encima, me moví del lugar pero ella también - Ezel volteó para saber quién era la mujer - ¡Es hermosa Señor! ¡que suerte tiene usted! - No Ezel, no la había visto nunca, no sé qué intenciones tenga - ¡Quizás solo lo encontró atractivo! usted siempre está rodeado de chicas muy lindas - Jeff se sonrojó al escuchar las palabras de Ezel - ¡Perdón Señor, creo que fuí impertinente! - No, está bien, el tema es que a esta niña jamás la había visto - No le preste atención, mejor hablemos de otra cosa como ¿qué hará con esos dos prisioneros? - Sacarles toda la información posible, después veré qué decisión final puedo tomar - Con todo respeto Señor, se veía realmente incómodo con la confesión amorosa de ese joven - ¡Es un mocoso atrevido, no tiene idea de lo que habla! - ¿Es solo eso Señor?, usted sabe que puede confiar en mí - ¿Qué más podría ser? - ¡No lo sé Señor, últimamente usted a estado muy pensativo! - ¡Estoy muy preocupado por Ana!, aunque esta vez pasada, los enemigos vinieron por mí y casi me matan - Eso es cierto Señor, el enemigo sabe que usted protege a la señorita Ana, quizás por eso quieren eliminarlo - Eso es lo que me preocupa, si llegan a matarme... no sé qué pueda pasar con Ana - Ezel no supo qué decir, ambos salieron del bar y caminaron un poco, hasta que Jeff se dio cuenta de que la misteriosa chica los seguía, - ¡No puede ser!, la pelirroja nos sigue Ezel - ¿Qué haremos señor? - Desviemos el camino, a ver si continúa siguiéndonos - Los dos chicos fueron por otro camino, y la chica los seguía a todos lados, hasta que se metieron a un callejón y de pronto un rayo de fuego fue lanzado directamente a Jeff, quién logró esquivarlo, Ezel se preparó para el ataque y nuevamente un rayo de fuego cayó cerca de ellos, Jeff hizo brillar su estrella - ¡No puede ser! ¡vienen por mí otra vez! - Dijo agitado - ¡Señor, tendremos que pelear! - Nuevamente otro rayo de fuego fue lanzado contra Jeff y de un salto lo esquivó - ¿Quién eres? ¡da la cara cobarde! - Grito furioso Jeff - De pronto entre las llamas se vió una figura, era la chica de cabello rojo que estaba en el bar, quién se acercó lentamente, ambos sacaron sus espadas - ¿Quién eres? - Volvió a preguntar Jeff, la linda chica cesó el fuego e hizo una señal de paz - ¡Perdón por mi acalorada presentación! no tengan miedo, estoy de su lado, guarden sus espadas, no les haré daño - ¡Responde! ¿quién eres? - La mujer se acercó a ambos y reverenció, Jeff y Ezel no comprendían nada - Mi nombre es Hamal de Ari, soy la legendaria Estrella Roja. Jeff dejó caer su espada al oír a la chica, no había duda, ella tenía la estrella en su frente que emanaba fuego puro - ¿La... la legendaria Estrella Roja? - preguntó Jeff sorprendido - ¡Así es!, hace poco vi una gran cantidad de energía que provenía de aquí y vine de inmediato, pero luego se fue y cuando llegué ya no estaba, entonces me quedé observando el lugar y los seguí, esa gran cantidad de energía debe ser la Estrella Dorada o me equivoco? - Jeff recordó lo sucedido aquel día en que Ana soltó gran cantidad de energía... - ¿Sabes de la Estrella Dorada? - Preguntó Jeff - ¡Claro, todas las estrellas legendarias sabemos quiénes somos!, nacemos con propósito, e estado años buscandola, perdoname por haberte atacado, pero necesitaba saber si tenías una estrella o no, me gustaría saber qué relación tienes tú con ella por favor - Jeff estaba sorprendido, se acercó a Hamal mientras recogió su espada y la puso en su lugar - Mi nombre es Jeff de Spartus, soy el comandante del ejército de Sión y el encargado de la protección y seguridad de la Estrella Dorada. - ¡Ya veo! tienes una estrella también - ¡Claro! - ¡Mucho gusto y perdoname por atacar! - Hamal escondió su estrella - ¡Está bien no te preocupes, entiendo por qué lo hiciste! - No puedo revelar mi identidad a cualquiera, tenía que estar segura de que estaba cerca de ella, espero lo comprendan. - ¡Comprendo! - Dijo Jeff convencido - E venido a proteger a la Estrella Dorada, a cumplir con mi misión, sé que hay un enemigo poderoso e podido sentirlo - ¡Así es!, a atacado ya y están detrás de ella. - ¿Podrías llevarme a conocerla? ¿puedo tener el honor de verla? - Jeff de igual forma tuvo algo de miedo, pero sabía que llegarían más estrellas a proteger a Ana - ¡Claro! ¡ven con nosotros! - ¡Muchas gracias! Alhena estaba nuevamente furiosa, ya que comprobó que otra vez había fallado su plan, no logró asesinar a Jeff - ¡Ese miserable, tiene más vidas que un gato! ¿cómo es posible que no puedan hacer lo que les digo? - ¡Señora, las cosas no son tan fáciles! - Dijo Zopo tratando de apaciguar la furia de Alhena - ¡No es la primera vez! ¿cuánta paciencia creen que puedo tener? - ¡Hay que envenenarlo! - Dijo una de las súbditas llamada Lyssa - ¿Cómo dices Lyssa? - ¡Así es Señora, hay que buscar la manera de que alguien entre en la cocina de esa casa y envenene su comida, por la fuerza será mucho más difícil! - Alhena se acercó a ella - ¡Pero qué excelente idea!, ¡tienes mucha razón! - - ¡Mi Señora, yo haré el trabajo, le aseguro que no habrá fallas. - ¡Eso espero, lo dejo en tus manos! Más tarde Jeff llevó a Hamal a la gran casa, Ezel estuvo con ellos todo el rato, entraron y la chica quedó maravillada, - ¡Hermoso lugar! - Exclamó ella - ¡Así es, aquí es dónde Ana creció! - Dijo Jeff - ¿Ana? - Sí, Ana es su nombre - Jeff dirigió el camino y entró hasta el salón de living - ¡Espera aquí, yo mismo iré a buscar a Ana! ¡Ezel, quédate con la señorita mientras voy - ¡Sí Señor! - Hamal notó un tono de desconfianza de parte de Jeff hacia ella, pero no lo culpaba después de todo ella era una extraña que apareció derrepente y no de la mejor manera, Jeff fue a buscar a Sara para saber donde estaba Ana - ¡Sara! ¿sabes dónde está Ana? - ¡En su habitación junto a la señorita Sasha! - Jeff subió las escaleras, fue hasta la habitación de Ana y tocó la puerta, Sasha abrió - ¡Hola Jeff ! ¿qué necesitas? - ¡Que vengan las dos conmigo de inmediato¡, las espero aquí, no demoren - ¿Y para qué? - ¡Ya verás Sasha! - Esta cerró la puerta, Jeff se quedó esperando, las chicas salieron al instante - ¿Qué sucede Jeff? - Preguntó Ana muy curiosa - ¡Vamos! ¡tienes visita! - ¿Qué? ¿yo? ¿quién es? - Ya lo sabrás Ana - Bajaron las escaleras y Hamal al ver que venían agachó su cabeza en señal de humildad, Jeff puso a Ana frente a la pelirroja y Sasha sintió una vibración hacia ella, Hamal se inclinó ante Ana - ¡Hamal, ella es Ana, la dueña de la Estrella Dorada! - Ana no comprendía nada, solo miraba a Sasha confundida - ¡Es un honor para mí conocerte! ¡te e buscado por años y por fin estoy junto a ti! ¡no sabes lo feliz que estoy! - ¿Quién eres? - Hamal se puso de pie y la miró de frente - Mi nombre es Hamal de Ari, soy la legendaria Estrella Roja que controla el fuego, e venido a cumplir con mi misión y protegerte - Ana quedó totalmente sorprendida al igual que Sasha. - ¿Estrella Roja? - ¡Así es! - Hamal mostró su estrella a Ana, era del mismo color del fuego, - ¡Es increíble! ¿era cierto que hay más estrellas? - Preguntó Ana - ¡Así es! tú debes ser la Estrella Verde - Dijo Hamal a Sasha que sin pensarlo tenía su estrella brillando - ¡Sí, así es! mi nombre es Sasha, tengo el poder de controlar la naturaleza - ¡Disculpa, no me presente, mi nombre es Ana y bueno ya sabes soy la Estrella Dorada! - ¡Estoy inmensamente feliz de estar aquí contigo, sé que tienes un poder inmenso y también sé que hay enemigos que quieren hacerte daño, te prometo que haré todo lo que está a mi alcance para protegerte! - Ana se sintió extraña, aquella chica emanaba un aura de protección muy grande que hacía vibrar todo su interior y la hacía sentir segura - ¡Muchas gracias ! - Exclamó Ana - ¡Puedes quedarte aquí si gustas! - Dijo Jeff - ¡Gracias Comandante, pero no es necesario afortunadamente tengo un lugar seguro donde estar, espero puedan conocer mi casa pronto, está cerca de aquí, la adquirí hace poco tiempo, mi plan es protegerte desde ahí, antes de que los enemigos lleguen aquí, porque ya sé que saben donde estas. - Jeff se sorprendió al escucharla, ella de verdad tenía intenciones de proteger a toda costa a Ana y eso alivió un poco la preocupación. - ¡Pero es peligroso que lo hagas sola, ellos son muy poderosos! - Dijo Sasha - Tranquila, yo también soy poderosa, además tengo mis sentidos muy desarrollados y puedo sentir su presencia cuando se acercan, si bien soy una de las estrellas legendarias, se puede decir que vengo en segundo lugar que Ana, al ser de fuego mi fuerza es grande, mi capacidad de ataque es amplio, así que no se preocupen por mí, sólo ocupense de proteger a Ana. - Hamal se acercó a Ana y acarició su rostro - ¡Eres muy linda Ana, por favor confía en mí, tengo muy clara mi misión y espero no defraudarte! ¡conozco tu alma desde antes de nacer, al igual que Sasha, debes saber que ahora solo falta que la Estrella Azul se una a nosotras es cosa de tiempo que aparezca. - Ana se sonrojó con las palabras de Hamal, sintió su mano tibia al tocar su rostro y algo inexplicable, una vibración corrió por las venas de Ana - ¡Pequeña espero que lleguemos a ser grandes amigas y logremos derrotar a esos malvados! - Exclamó Hamal, ésta era mayor que ambas niñas Ana tenía solo 15 años, Sasha 16 y ella 19, por lo que su poder estaba mucho más desarrollado. - ¡Ya es muy tarde, me retiro, mañana vendré a verte y si sucede algo, ten por seguro que estaré para defenderte! - ¡Gracias Hamal, puedes venir cuando quieras! - Dijo Ana sonriendo - ¡Muchas gracias Jeff por darme esta oportunidad! - ¡De nada Hamal! gracias por querer proteger a Ana - Jeff la acompañó hasta la puerta - ¡Eres es muy joven para ser un comandante! - ¡Sí, pero la Reina Aurora me dió este título y me confió a Ana, antes de que ocurriera el desastre! - ¡Sé que fue Abel quien lo hizo, él terminó con nuestro Reino! - Jeff se sorprendió al escucharla, ella sabía todo - Disculpa ¿cómo sabes del Reino de Sión? - Porque viví en él, al igual que tú, muchas veces escuché de ti, mi padre era soldado y murió aquella vez, mi madre salió de ahí mal herida y me dejó al cuidado de un hogar de monjas antes de morir, ellas cuidaron de mí y descubrí mi poder al poco tiempo, entendí mi misión y me preparé para poder cumplirla, mi padre me dejó una fortuna con la que e podido sobrevivir y llegar hasta Ana.- Jeff se entristeció al escuchar la historia de Hamal - ¡Jamás te vi en el castillo! - Era muy niña, además no todos se conocían y nadie imaginó que todo terminaría de esa forma tan espantosa, de hecho mis padres me bautizaron con este nombre en honor a la estrella que represento, eso lo supe cuando leí una carta que me dejó mi madre antes de morir. - Lo lamento mucho, tu historia es muy triste - Ninguna estrella tiene una historia muy feliz, yo acepté mi destino y mi misión, no es necesario que me lleves hasta mi casa, yo puedo volar - ¡Claro! se ve que tienes mucho poder, Ana puede levitar pero creo que aún le falta entrenar más - Es una niña aún, pero has hecho un buen trabajo, se ve que eres hábil Jeff, te vas a sorprender, ella ahora podrá volar igual que yo - ¿Cómo sabes eso? - Porque cuando toque su rostro le proporcione esa habilidad que tenía dormida - Jeff se sorprendió al escucharla - ¿De verdad? ¿pe...pero cómo? - Cada estrella le proporcionará a Ana una habilidad, o más bien dicho le ayudará a despertar esas habilidades que siempre a tenido pero están esperando su despertar - ¡No lo puedo creer! - ¡Y tú tienes una hermosa habilidad Jeff, pero ya llegará el momento que despierte! - ¿A qué te refieres? - Ten paciencia, pronto lo sabrás, tu estrella no es menos que las legendarias, tienes otro tipo de poder - Jeff quedó boquiabierto y con mucha curiosidad - Veo que hay muchas cosas que no sé aún, - Y yo tampoco, la estrella más sabia es la Azul, ella debería disipar muchas dudas - ¿Sabes dónde está? - No, pero la siento cerca, es como si no quisiera aparecer aún... por alguna razón - Debemos esperar entonces - Así es, no tenemos opción, siento que aparecerá en el momento justo, ya me voy a mi casa - ¡Hasta mañana! - ¡Ah! olvidé decirte algo Jeff - ¿Qué cosa? - Hamal se le acercó mucho al rostro y se puso nervioso - ¡Eres muy atractivo! - Jeff no supo qué decir, Hamal le sonrió y se fue volando...
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