Capítulo 17. * Un servicio fuera de control. Ella me mira con seriedad y luego a Ismael. —Permíteme, querida. —Dice señalando mi antifaz que me ayuda a colocar y lo ajusta algo fuerte. —Después de tres días, esto debe dejar una marca insoportable. Tienes que cuidar tu rostro; si en algún momento te lo quitas, asegúrate de que se enfoque en tu cuerpo y no en tu rostro. Estás haciendo un buen trabajo, continúa. En cuanto a Ismael, te aseguro que no volverá a tocarte. No podemos sobrecargar la mercancía. Ahora, puedes irte, dales placer como te lo hemos enseñado y que sigan llegando clientes. Tu agenda está ocupada por el resto del mes, así que solo concéntrate en verte hermosa y hacer tu trabajo; quizás pueda darte una recompensa. —¿De verdad? —pregunto haciéndome la ingenua. —Así

