Capitulo 1. Sueño.

2353 Words
Capítulo 1. *Sueño. Desde que era adolescente, siempre soñé con un amor bonito, como el que se ve en películas y novelas, que llegaría mi príncipe y que algún día me casaría con el hombre de mis sueños, como hizo mi madre al casarse con mi padre. Él la hacía feliz, pero lamentablemente el cáncer se apoderó de su cuerpo y ese cuento de hadas en el que todos vivíamos se terminó. Soy Esmeralda Falcón, hija única del dueño del gran casino Esmeralda, apodado así claramente por mi nombre y el de mi madre. Al fallecer mi madre, mi mundo se derrumbó; tan solo tenía 12 años cuando su pérdida nos arrebató la felicidad a mi padre y a mí. Sin embargo, con el paso de los años, mi padre volvió a casarse. Yo tenía 14 años cuando Griselda Lompot entró a nuestras vidas, una mujer con una gran personalidad demandante, una belleza que sin duda cautivó a mi padre e incluso logró que se casara con ella. Afortunada, ya que mi padre ponía el mundo a sus pies, olvidándose de mí. Desde su llegada me sentí un poco desplazada; sabía que ella tenía que ver con que mi padre ya no pasara tanto tiempo conmigo. Al cabo de dos años, en mi reciente graduación de la secundaria, donde me gradué con honores, me enteré de que mi padre estaba enfermo; no tardó más de un mes en que la muerte tocara a su puerta, golpeándome nuevamente con otra pérdida. Un gran dolor invadía mi alma mientras mi nueva tutora movía sigilosamente el dinero de mi padre. No sé cómo logró que le dejara los bienes a su nombre, dejándome bajo su tutela, con tan solo 17 años y sin dinero para cumplir mi sueño de estudiar en la universidad. Empecé a cumplir sus caprichos; me tenía como su sirviente, apenas podía tener voto en mi propia vida. Para ella los estudios eran una gran pérdida de tiempo; yo era muy inocente en ese momento y esa inocencia me llevó a tomar malas decisiones. Mi querida madrastra veía en mí una joya preciada de la que quería sacar sus propios beneficios. Yo sabía que ella tenía negocios extraños: chicas entrando y saliendo de la gran mansión, hombres armados y con mal aspecto entraban y salían del lugar sin cesar; no sabía en lo que andaba hasta que nos vinimos a Estados Unidos. Con la idea de un nuevo comienzo y poder cumplir mi sueño de ir a la universidad, Griselda me trajo a Estados Unidos a cumplir el sueño americano. Al llegar, unos amigos de ella nos estaban esperando. Me sentí extraña cuando me subí a la lujosa camioneta en la que ella me ha embarcado; no sabía lo que me esperaba. Al llegar a la enorme casa, pude notar la seguridad: hombres armados entrando y saliendo del lugar. En cuanto entramos al despacho, una mujer imponente, tan parecida a ella, nos recibe. En cuanto se cerró la puerta, sabía que algo andaba mal. Mi vida se resume en dos noches, en la noche de mi primera vez y está en la que mi destino me llevo a él, Ricardo Fernel, el empresario y adinerado hombre de negocios, atado por una cláusula del testamento de su padre, un hombre ambicioso, orgullo, arrogante y prepotente, que me eligió a mí entre tantas para empezar un juego en el que incluía un contrato, un acuerdo y mucho dinero con el que yo pensaba huir, irme lejos y empezar una nueva vida, pero nadie dijo que sería sencilla la tarea, que perdería todo y que terminaría alejándome porque al final tenía que elegir, entre él o yo, o eso pensaba, pues la realidad es que nuestras clases jamás serían compatibles, ¿De qué me quejó si de donde vengo solo se puede soñar con una vida normal y la felicidad? Todo está sobreevaluado, pero esto no comienza aquí. * Estoy en mi habitación leyendo uno de mis libros favoritos de romance de época, Romeo y Julieta, una historia que mi madre me contaba desde que era tan solo una niña de cinco años. Me acuerdo de que me la contaba sin leer el libro; ya se la sabía y se deleitaba contándome historias como esas mientras cepillaba mi cabello. Me hacía sentir que teníamos algo que nos unía y es que las dos amamos la lectura. Estudiar es mi pasión; mi padre me solía llamar “su pequeño cerebrito”. Sin embargo, para muchas personas, el estudio es un oficio inútil y sin sentido, una pérdida de tiempo innecesario. Así lo veía mi querida madrastra y su mejor amiga, quien ahora es mi jefa y hoy me hablará de mi nuevo trabajo, pues desde que llegamos hace dos días me ha tenido aquí encerrada en esta habitación a la que solamente entra una mujer a traerme de comer. Hoy es mi cumpleaños número 18 y estoy ansiosa por empezar a trabajar y conseguir mucho dinero para ir a la universidad, tomar una carrera y graduarme en cualquier especialidad de economía, quizás tener mi propio lugar; también he escuchado que las universidades tienen departamentos, podría estudiar y trabajar y por fin despegarme de los lazos de Griselda, aunque para todo eso necesito una visa, y ellos me prometieron darme la residencia si cumplía bien con mi trabajo. Estoy emocionada por lo que me espera y empiezo a cambiarme de ropa, me pongo lo mejor que tengo y empiezo a buscar mis tacones, cuando escucho la puerta que se abre de golpe. —O eres tú Pantera, me asustaste. La morena, de ojos café y cabello rizado, me enfoca con seriedad y preocupación como nunca antes. —Esmeralda, la mandan, requiere de tu presencia en el despacho. —Así, ya estoy lista, vamos. La mujer me mira y suspira con seriedad, parece que sabe algo que yo no, y cuando intento preguntar, uno de los hombres de seguridad le habla al oído y ella se retira dejándome con él. —Por aquí, joven. Camino un poco seria ante la presencia de estos hombres que me incomodan; no me detengo hasta que él me indica que abra la puerta. En cuanto lo hago, la rubia de mirada penetrante me enfoca con seriedad. —Pasa, pasa, niña, siéntate. —Muchas gracias, señora. Al sentarme, puedo ver que pone en la mesa un arma que saca de su gaveta y mi corazón empieza a latir con frenesí; coloca algunos documentos en la mesa y guarda el arma, calmando mi ansiedad, que me llevó a apretar la tela de la silla donde estoy sentada. —Esmeralda, ¿ves lo que tengo aquí? —Son tus documentos, me los han traído esta mañana… —dice y asiento con una ligera sonrisa. —Yo podría entregártelo, pero debo decirte que para todo hay un precio y el precio de estos documentos es muy alto, al igual que tu boleto de avión y los platos de comida que has llevado a tu boca desde hace dos meses… —La mujer empieza a hablar y la detengo confundida. —Espere, ¿qué quiere decirme? No lo entiendo, Griselda me dijo que vendería todo para traernos aquí; con el dinero del casino ella pagaría nuestros papeles, así yo podría trabajar y estudiar. La mujer se ríe a carcajadas. —Por supuesto que sí, querida, ella pagó por sus documentos, te trajo a ti para que trabajes para mí y pagues los tuyos; por ello te he mandado a llamar. Grisel se ha ido muy temprano y te ha dejado a mi cargo; ahora tú deberás pagarme la deuda de tus papeles y tu pasaje. Estás aquí sentada para explicarte cuál será tu oficio. En cuanto la mujer habla y habla, mi corazón empieza a romperse; mi cerebro solo procesa: “Dama de compañía”. Y empiezo a llorar, no soy una tonta, sé de qué se trata, he visto películas, incluso videos, no puedo creer lo que me está pasando. Me levanto de golpe y uno de los hombres que se encuentran parados en la puerta me apunta con un arma que me paraliza en seco en mi lugar. —¿Piensa matarme? ¿Qué pasa si no quiero? —digo muy seria ante el hombre y la mujer que se levanta caminando en mi dirección. —No seas tonta, nada más mírate, eres hermosa, y tienes un cuerpo natural muy pronunciado, eres perfecta, y tú, querida, vales mucho, sé inteligente, estás aquí y te estoy ofreciendo la oportunidad de tener una nueva vida, ganarte tu libertad es parte del proceso, respira, querida, tu potencial… —Me toca los senos y me sobresalto. —Es valorado, no estarás con cualquiera, solo clientes VIPs, clientes dispuestos a pagar mucho por tenerte, por tu virginidad, solo piénsalo, en pocos meses podrás pagar tu deuda, podrás hacer lo que tú quieras, estudiar, ¿A eso no fue lo que viniste a hacer? —¿Cómo puede creer que puedo hacer algo así? —Porque eres inteligente, las mujeres inteligentes usan la cabeza. Nadie dijo que sería sencillo; venir a cumplir el sueño americano no es como siempre lo pintan. En tu caso, querida, estabas bajo mi tutela; tú y tu madre me hicieron gastar mucho dinero y ahora tendrás que pagármelo. Lo que quiero es que lo asimiles; estás aquí y tienes que aprovecharlo. Ya tengo un pedido bajo tu nombre, tranquila, lo vas a disfrutar; tómalo como un regalo de mi parte. Llévenla a arreglarse. Mis lágrimas recorren mis mejillas; es evidente que estoy atrapada. Está siendo muy amable conmigo ante la realidad. Mi madrastra me ha vendido; puedo escuchar a las chicas hablar de que me ha dado a cambio de sus papeles. Me ha dejado aquí confinada a lo que será mi destino, con una deuda que tiene un número tan alto que no será fácil de pagar. No sé cómo esas mujeres en la piscina pueden sonreír tan felices, como si lo que hicieran no fuera una atrocidad, o así lo veo yo. —Pantera. —Digo abrazándome a la morena que trae algunas bolsas de compras. —Tranquila, escucha, todo pasará; cuando te acostumbres será más fácil para ti, tómalo como una salida, pronto podrás ser libre… Me habla como si todo fuera un sueño. Estar aquí fuera lo mejor que me ha pasado; lo dice tan realista hasta que el hombre de la puerta se va. —Escúchame con atención, tienes que calmarte, no lograrás nada llorándole, tenemos pocos minutos, solo concéntrate, haz todo lo que te pidan o podrán matarte. —No quiero morir, pero tampoco quiero acostarme con esos hombres, no puedo. —Esmeralda, por Dios, tranquila, eso no va a pasar si haces todo lo que te dicen; estarás bien, Esmeralda, no llores, todo estará bien, ahora escúchame... Pantera empieza a hablarme de lo que debo hacer; es irónico que mi mente esté en blanco. No puedo aún asimilar que esta noche estaré con alguien. Otra chica entra y me ayuda a bañarme y a prepararme; no estoy en el lugar, mi mente vuela mientras mi cuerpo es frotado con esponjas. Pantera y dos mujeres me ayudan a verme perfecta mientras hablan de lo que parece es una fiesta de cumpleaños y yo soy el regalo del cumpleañero, siendo el obsequio de su mejor amigo que ha pedido una virgen. Estoy lista, llevo puesta una lencería de malla color n***o, lazos en ambos muslos de mis piernas, solo un abrigo de piel negra con unos tacones muy altos; me han dejado el cabello suelto en ondas y un maquillaje ligero ante mi perfecta belleza y labios rojos. En cuanto salgo a la entrada, veo a las chicas despedirme y luego al hombre que me sostiene la puerta para que suba. Mi corazón se rompe al verme acorralada; estoy sola en el mundo, no tengo salida. La única opción que tengo es ir a ese cumpleaños y hacer lo que he venido a hacer, trabajar; aunque no sea lo que yo esperaba, es esto o morir. En cuanto me subo al coche, un hombre me saca del lugar. No puedo dejar de sentirme nerviosa, de tener miedo. Jamás he estado con ningún hombre, me he mantenido pura para alguien que amo, como mi madre siempre me aconsejó, y ahora simplemente veo que ese sueño de un amor bonito está perdido. En pocas horas estaré sucia, manchada ante la mano de cualquier hombre que me toque. No puedo con la presión. Al llegar, el hombre me obliga a bajar del coche. Mi corazón late muy fuerte; camino a su lado mientras me adentro a un edificio directamente a una suite de lujo. Puedo ver que ocupa casi gran parte del espacio. El hombre a mi lado me da un antifaz y me lo coloco mientras me amenaza si intento cualquier cosa. Camino y, antes de entrar a la habitación, me detengo y me doy la vuelta para irme, siendo detenida por el hombre que me mira con seriedad. —No, regresa. —Dice señalando la puerta que me llevará a la habitación donde seguramente ese hombre me espera. Sin poder evitarlo, me doy vuelta y contengo mis lágrimas, me muerdo un poco los labios y camino de vuelta al lugar donde al entrar una puerta al otro lado se abre de golpe dejando ver a un hombre que empujan unos hombres en forma de juego a la habitación, también tiene antifaz como una máscara que cubre su rostro dejándome ver, solo sus ojos azules y sus labios rojos, puedo ver lo corpulento que es, su cabello castaño y esa mirada fría que enfoca en mí mientras camina en mi dirección, trato de moverme, pero no puedo, me siento en un trance mientras se va acercando hasta que se detiene, está tan cerca que mi corazón late fuerte y el olor de su perfume me invade profundamente, siento como posa su pulgar derecho sobre mis labios para tocarlos, huele alcohol, ahora es más evidente que está ebrio. —Eres mi mejor regalo.
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