Sentí como si despertara de una cirugía o algo así. Me dolía la cabeza y tenía las extremidades entumecidas. Luché contra la niebla mental, intentando pensar.
Por fin abrí los ojos. Había luz, y al principio todo estaba borroso, pero podía ver mis piernas delante. Olfateé, no reconocí nada; me llegó el olor a bosque y otro, a estiércol de vaca y heno. Miré hacia arriba y vi un pequeño arroyo que se abría paso entre los árboles a mi alrededor.
Intenté moverme, pero no pude. Tenía los brazos detrás de mí, alrededor del árbol contra el que me apoyaba. No podía moverlos mucho, y entonces descubrí que el dolor en la muñeca era por las esposas. Intenté contactar con alguien, con cualquiera, a través del enlace, pero no había. Grité pidiendo ayuda, pero nadie respondió. Luché por liberarme, per
