Amor es Amor

Capitulo 1

Todos tus sueños se hacen realidad si tienes el coraje de perseguirlos. 

Walt Disney

Él está detrás de mí; escucho sus pasos chocar en el asfalto, puedo imaginar sus garras afiladas detrás de mi espalda, como en las películas de terror, es de noche y estoy huyendo de la peor bestia qué he conocido en mi vida. 

Desesperada, busco un lugar seguro donde pueda esconderme y me de tiempo para poder idear un plan qué me ayude a escapar, mi meta es alcanzar la calle principal, salir de esta calle oscura, sé que si logro llegar a la avenida, puedo pedir ayuda a cualquiera que pase por ahí.

Encuentro un hueco entre dos cajas enormes, imagino que son desperdicios de alguno de los locales vacíos, me meto entre ellas acurrucándome entre su oscuridad, por fin escucho que se aleja de mí, me permito respirar un poco, debo ser rápida, correr lo más rápido que pueda, esa, tal vez sea mi única oportunidad de salir de aquí.

Levantó un poco la cabeza, solo para poder cerciorarme si la calle está vacía, lo está, es entonces cuando corro con todas mis fuerzas restantes. Salgo de la oscuridad, las luces me dan la bienvenida y al fondo se encuentra un vehículo de la policía.

Como si me hubieran inyectado con una nueva dosis de adrenalina, corrí más rápido hasta detenerme en el carro del oficial, toco la ventanilla, supongo está tomándose un momento para descansar.

-Necesito ayuda, por favor -mi garganta seca arde, moriría por un poco de agua. Nunca antes me había emocionado tanto escuchar como una puerta de un vehículo se abre, es entonces cuando el agotamiento me alcanza, me apoyo en mis rodillas temblorosas, trato de así poder llevar un poco más de aire y calmar mi acelerado corazón.

Debo buscar las palabras correctas para no sonar tan loca, imagino que mi apariencia no ayuda en nada.

El oficial sale del vehículo, puedo ver sus zapatos pulcra mente lustrados, sus jeans azules, me parece raro su vestimenta fuera del habitual uniforme policiaco, me apresuro a levantar la cabeza…

-¡Dios mío! -trato de correr, es demasiado tarde, él me sujeta de mi muñeca y me trae hacia su pecho

-Te encontré nena...

Despierto gritando, sacudiendo mi cuerpo, desorientada lo busco por toda la habitación,  todavía tengo rastros de la pesadilla.

-Respira 1,2,3 -suelto el aire que tenía acumulado en mis pulmones -4,5,6 fue un sueño 7,8,9,10. inhala exhala tu puedes,eso no es real, yo estoy a salvo, estoy segura - repito mi mantra personal una y otra vez, poco a poco mi respiración vuelve a su normalidad; seco mi frente húmeda por el sudor. 

Otra vez esa pesadilla, de nuevo él. Otra noche donde sueño estar atrapada y por más que lo intente no puedo escapar. Tengo tiempo sin saber de él, y eso no resta el sentimiento de miedo, al contrario, el no saber nada de lo que está haciendo me hace enloquecer, incrementando más y más mi ansiedad, tengo la sensación de que está tranquilidad es falsa y pronto acabará.

El imaginarlo encerrado no ayuda a que las pesadillas se detengan, me hizo tanto daño. No entiendo, ¿por qué?... Lo amaba, dios es testigo de mi amor por él.

Un ruido al fondo de mi habitación hace que abra los ojos de golpe, asustada recorro con la vista lentamente toda la habitación, hasta que encuentro el origen de tal ruido. 

-Lula, ven bonita -aliviada le llamo con cariño a mi perra blanca con n***o de r**a pug, la coloco en la cama.

Es la única que en estos momentos me tranquiliza. Me relajo al acariciar su pelaje suave. Y poco a poco me he quedado dormida. El despertador indica que es hora de despertar haciendo ese horrible y constante ruido.

-10 minutos más -digo y apago la alarma mientras me acomodo en mi cama retomando el sueño. La luz del sol se filtra entre las cortinas sacándome del mundo de morfeo y trayendo de regreso al mundo de la realidad. 

-¡Mierda! Me quedé dormida -de un golpe me siento en la cama, compruebo la hora en el reloj.  

-¡Kass me va a matar! -me levanto de un salto ocasionando que mi pobre perra caiga de la cama.

—Lula, perdón -le digo sujetándola para colocarla en su cama.

—Tu tía Kass me va a matar. -corro como una  loca por toda la habitación sacando y metiendo ropa por todos lados.10 minutos después ya vestida busco las llaves y las meto a mi bolsa junto a mi celular y mi cartera.

—Es tarde, es tarde ¡voy tarde!

¿¡Por qué apague el despertador!? -corro escaleras abajo de mi edificio como alma que lleva el diablo, quede en verme con mi amiga Kasandra en una cafetería no muy lejos de aquí, eso, si tengo suerte con el tráfico.

Bajo del auto y nada mas con poner un pie fuera de este, siento un frío que se cuela hasta mis huesos, sonrió al chico del parking dándole mis llaves  

-* Nota mental, la próxima cita será en mi casa* Sí, en mi casita calentita, me abrazo a mi misma para entrar en calor.

Abro la puerta del lugar y el ruido de murmullos, cubiertos y un exquisito olor a café entra por mis fosas nasales dándome una deliciosa bienvenida. Sonrió amablemente a la chica de recepción, y pasó de largo ignorando cualquier cosa que quería decir.

Camino automáticamente a nuestra mesa favorita, solemos venir seguido a este lugar, ha sido testigo de innumerables eventos tanto tristes como alegres.

Busco por todo el lugar a mi amiga ya que no está en nuestra mesa habitual, eso es muy extraño. Tal vez esto es lo que me quería decir la chica de recepción. 

—¡Diana! -la inconfundible voz de mi amiga retumba por todo el restaurante haciendo que la gente nos vea curiosos, la veo al final del corredor cerca de un ventanal es una mesa para tres, caminó velozmente hacia ella con la cara roja de vergüenza.

—¡Diana, hermosa! -grita melosamente envolviéndome en un enorme brazo de oso.

—Shh, calla ya estoy aquí, -le digo en un susurro

 —Kass, necesito aire, ya sabes para respirar y esas cosas -le digo tomándola de los hombros deshaciendo el abrazo y así acomodarla en su lugar.

—Está bien, toma asiento -me dice sonriendo con esa mirada que muestra que algo hizo, esa misma que hizo cuando me dijo que estaba enamorada de su asistente y que se iba a casar con él, o cuando dejó plantado al asistente en las vegas el día de la boda.. Bueno, se que me va a tirar una bomba.

—Ok, entonces... ¿Qué hiciste? -le digo recargando mis codos en la mesa subiendo y bajando mis cejas perfectamente delineadas.

—¿Cómo estás kass? Oh muy bien, como dice Belinda.. Ganando como siempre, gracias por preguntar ¿y tú? -dice fingiendo una conversación.

-Sabes, así se comienza una conversación cordial, no puedo creer que seas mi mejor amiga -me mira sería dando un sorbo de su taza de café.

-¡Aja! Querida, porque soy tu mejor amiga lo digo.-la observó interrogante

 -Entonces dices que me cite en nuestro lugar favorito para, ¿Ponernos al día? -Esta chica me divierte tanto, aunque es un huracán en todo lo que hace, la doro.

-¡Oye! ¿Estás tratando de insinuar que solo te hablo cuando necesitó de tu ayuda? -lleva una mano a su pecho fingiéndose ofendida. 

-Cualquiera que te escuche diría que soy una pésima amiga. -y salió él drama.

-Está bien, te daré el beneficio de la duda -se lo digo achicando los ojos con desconfianza. Tomó la carta del menú.

-Muero de hambre -reviso las opciones de platillos.

-Ya pedí por ti, como te conozco bastante bien, sabía que:

1. Llegarías tarde, y 2.Qué estarías famélica de hambre. -lo dice enumerando con sus delgados y largos dedos parecidos a los de E.T el extraterrestre.

-Pues gracias, que gran amiga eres. -le sonrió melosa, agitando mis pestañas 

-Lo sé, soy la mejor -me dice viendo a un punto fijo detrás de mí, su sonrisa se ensancha de oreja a oreja.

-Hola nena -una voz realmente hermosa, grave, seductora, hace que gire rápidamente a mi costado para buscar de donde proviene el sonido de semejante invitación al pecado. 

Y lo veo ahí, de pie tan seguro de sí mismo, con esa perfecta sonrisa, mis ojos quedaran secos de tanta belleza ante ellos, es un hombre sexy, apuesto, cabello oscuro, alto, un cuerpo muy bien trabajado, espalda ancha, manos... Que manos, una mandíbula cuadrada y esa boca ¿Qué se sentirá probar esos labios?