Capitulo I: El empresario del año

2675 Words
La luz del sol brillante ingresa a la habitación de Fabián anunciando que un nuevo día ha llegado, se levanta de su cama toma su bata y va al baño, se mira en el espejo y observa que tiene unas bolsas que opacan su rostro, la noche anterior no pudo dormir, seguía sin comprender como es que esa mujer quería irse de su lado al ser él un jefe tan agradable; eso era algo imposible de comprender. Luego de una breve ducha salió, va hacia el vestidor y selecciona un traje color n***o, una corbata azul oscuro, y como elemento extra uno de sus relojes Rolex (ese accesorio es indispensable para él), al terminar de vestirse se volteó hacia el espejo que ahí se encuentra y comenzó a decirse —realmente eres un hombre muy guapo. Nadie es mejor que tu Fabián, eres el CEO más joven en esta ciudad, además de guapo, inteligente, millonario. Un hombre que ha logrado hacer crecer la empresa de su padre desde que asumió el cargo. Salió de su habitación, la señorita Saravia ya se encontraba presente en su casa, a través de los años ella se ha convertido en su mano derecha es la primera en llegar a la empresa junto con él y la última en retirarse. Su día siempre comienza a las cinco de la mañana, a las seis ya se debe encontrar en la casa de su jefe ya que normalmente es ella la que se encarga de seleccionarle los atuendos para su día. El día de hoy para su sorpresa su jefe ya se encontraba listo cuando ella llegó a su casa. —¡Buenos días señor! —dijo un poco sorprendida al verle listo. —¡Buenos días señorita Saravia! —le dijo con un tono un poco molesto ya que la causa de su insomnio había sido la noticia que ella le había dado el día anterior. —Veo que ya se encuentra preparado señor, así que en este mismo momento me pondré a prepararle su desayuno, con su permiso —se retiró hacia la cocina sin decir más. Ese hecho dejo un poco más tranquilo a Fabián, pensó que por su actitud tan cotidiana la señorita Saravia ya había reflexionado la situación y había decidido quedarse a trabajar con él. Después de unos minutos su desayuno ya se encontraba preparado, la señorita Saravia le sirvió y lo dejó comiendo mientras ella iba a la sala a tomar la Tablet y revisar los asuntos que había para el día mientras que Fabián termina su desayuno. —Señor la agenda para el día de hoy es la siguiente: a las nueve de la mañana debe asistir a una reunión con los directivos de la constructora Lombardo la cual viene a presentarnos su propuesta de construcción para la biblioteca, a las dos de la tarde tiene programada una reunión con la editorial Saldívar esto con el fin de cooperar en la adquisición de libros para el proyecto, para el día de hoy no hay más citas programadas dentro de la empresa, por la noche tiene agendada la gala anual de empresarios, durante la cual por tercer año consecutivo se le hará entrega del premio al mejor empresario del año. —¿Ya tiene listo su vestido? —le preguntó mirándole con una mirada desafiante. —Claro que sí señor, es de color azul oscuro para combinarlo con la corbata que usted usará. Fabián siempre asistía con la señorita Saravia a los eventos de gala, él no podía permitir a otras mujeres que lo tocaran es por esta razón que optaba por hacer a ella que lo acompañe a los eventos sociales. Debido a su actitud muchas personas hacían comentarios respectos a sus preferencias sexuales, muchos aseguraban que él era homosexual, comentarios que a su madre le preocupaban, y a los cuales su padre y él mismo les restaban importancia. Cuando habían terminado de hablar sobre la agenda del día se dirigieron hacia el frente de la casa donde ya les esperaba Germán para llevarles hacia la empresa. Germán les abrió la puerta del carro Fabián ingreso en el asiento trasero, seguidamente la señorita Saravia entró al vehículo en el asiento del copiloto, se pusieron los cinturones de seguridad y partieron hacia la empresa. Llegaron mucho más temprano de lo habitual, Fabián fue directo a su oficina y Sofía se quedó sentada en su escritorio, ambos iniciaron sus labores. Sofía comenzó a editar el memorándum con el cual pensaba notificar la vacante de secretaria para la presidencia, mientras tanto Fabián se encontraba revisando los documentos requeridos para la primera reunión que tenía ese día. Cuando se hicieron las ocho y cuarenta y cinco de la mañana la señorita Saravia se levantó de su asiento y se dirigió hacia la oficina de su jefe, tocó la puerta dos veces y espero a escuchar el “adelante” de parte de él para ingresar a la oficina, ya encontrándose dentro le recordó la reunión que tendría dentro de poco tiempo. —Señor ya casi es hora de su primera reunión del día, la sala de juntas se encuentra lista. —Siendo así, vamos —le dijo mientras se ponía de pie. La reunión fue realmente productiva, logrando llegar a un acuerdo y se programó el inicio para la construcción de la biblioteca, el cual es uno de los grandes proyectos sociales en dónde la empresa Montesinos es el principal impulsor y financiador. Saliendo de la reunión Fabián le sugirió a la señorita Saravia ir a comer a un restaurante cerca de la empresa, esta accedió y se dirigieron hacia el lugar. Al llegar se dirigieron a una de las mesas que se encontraba frente a un gran ventanal, justo frente a uno de los jardines que más le fascinaban a la señorita Saravia, Fabián sabía esto y es por esa razón que cada vez que tenían tiempo para almorzar fuera de la empresa le sugería ir a ese lugar, luego de ordenar, mientras esperaban que les llevaran su comida se pusieron a platicar un poco. —¿Puedo hacerle una pregunta? —le preguntó Fabián. —Claro que si —le respondió ella. —¿Por qué le fascinan tanto los jardines? —Eso es debido a mi madre, ella es una amante de las plantas nuestra casa cuenta con un gran jardín lleno de diversos tipos de plantas y flores, cada vez que veo jardines regreso a mi niñez, recuerdo esas tardes mientras le ayudaba en el jardín y la ayudaba a seleccionar flores para poner dentro de nuestra casa. —Eso suena agradable. —Si lo era, hace ya varios años que no he podido ir a visitarles debido a las largas jornadas laborales —dijo con la mirada cristalina, tomó aire y prosiguió— no quiero que me malinterprete, me encuentro muy agradecida por todos estos años trabajando para usted, pero si he tenido que renunciar a hacer muchas cosas ya que es un trabajo muy demandante, ahora que renuncié por fin podré hacer todas esas cosas que he dejado de lado. —Entonces ¿continua firme su idea de renunciar? —Así es, durante la tarde le presentaré el memorándum para que usted lo autorice y se anuncie la plaza vacante. —Lamento escuchar eso, pensé que había recapacitado. Luego de ese comentario se creó un silencio incomodo en la mesa, para suerte de ambos el mesero se acercó a los pocos minutos con su comida, después de comer regresaron a la empresa el silencio continuo hasta que la señorita Saravia gestionó palabra para recordarle que dentro de quince minutos se debían estar dirigiendo hacia la siguiente reunión. Llegada la una y cuarenta y cinco ella fue hasta la oficina de Fabián, seguidamente ambos se dirigieron nuevamente hacia la sala de juntas, esta vez para tener una reunión con los directivos de la editorial Saldívar. Al salir de la reunión ambos se encontraban realmente contestos consiguieron que la editorial les donara 3,000 libros para la biblioteca, por cada 1,500 libros que ellos les compraran, también se comprometieron a brindarles la promoción durante tres meses de manera gratuita. Fabián estaba muy emocionado con este proyecto ya que, aunque todos lo veían como un prepotente, narcisista que solo se preocupa por sí mismo la realidad era otra, él en el fondo se consideraba un filántropo que encontraba placer en ayudar a otros. —Como siempre ha conseguido lo que quería señor, usted es excelente en todo lo que hace. —Es por esa razón que yo exijo a mis empleados la excelencia, no puedo trabajar con personas que no estén dispuestas a dar el cien por ciento de ellos mismos en su trabajo. Usted es un claro ejemplo de cómo estar a mi lado convierte a alguien común en una persona realmente entregada a la perfección. —Así es señor, gracias a su exigencia yo me convertí en la excelente asistente que soy hoy en día. Siento que debo agradecerle por su exigencia. —Lo sé, soy una persona muy solidaria. —Ya que han finalizado las reuniones que tenía programadas para el día de hoy, me retiro en este momento, debo irme a alistar para el evento de esta noche. —Recuerde que a las seis y medias pasaremos por usted con Germán. —Estaré lista señor. Así fue la señorita Saravia se apresuró a su escritorio para recoger sus pertenencias y dirigirse a su residencia. Se dirigió hacia el estacionamiento, y salió hacia su hogar. A eso de las seis y veinte ella ya se encontraba lista para salir, diez minutos después German ya se encontraba tocando la puerta, la señorita Saravia tomo su cartera que era del mismo color de su vestido. El dirigió a la señorita Saravia hacia el vehículo, le abrió la puerta trasera, ingresó al vehículo quedando sentada a la par del señor Montesino. Salieron hacia el evento el cual iniciaría a las siete de la noche, como siempre llegaron de manera puntual al lugar, Fabián sostenía que parte de la excelencia es la puntualidad. Entraron al evento, los dirigieron hacia la mesa que se encontraba reservada para ellos, en la misma mesa se encontraba el señor Javier Villafuerte y su hija Mariana, la cual era la ex novia de Fabián. —¡Buenas noches! —dijo educadamente Fabián a todas las personas que se encontraban en la mesa. —¡Bienvenido señor Montesinos! —le respondió de manera coqueta la señorita Villafuerte. Fabián no le gustaba estar cerca de Mariana, pero no podía cambiarse de mesa, así que optó por ignorarla, se concentró en platicar con los caballeros ahí presentes cosa que no fue de agrado para Mariana. Aunque habían estado mucho tiempo sin contactarse ella sabía que Sofía no era pareja de Fabián, sino que era su secretaria, sabía que desde que ellos dos habían terminado él no había logrado tener ninguna otra relación seria. Luego de unos minutos, pasaron sirviéndoles la cena y después de eso la entrega de premios comenzó, después de un largo discurso comenzaron a entregar los premios, para ese año por tercer año consecutivo Fabián recibirá el premio al empresario del año. —¡Buenas noches a todos! Como ya es costumbre año con año para estas fechas celebramos esta velada para premiar al mejor empresario, el premio que reconoce el buen manejo y que su empresa se mantenga en constante crecimiento, sino que también ayuda a diversas causas sociales. Y este año nuevamente es un honor para mí anunciarles que el ganador y digno merecedor de este premio es el empresario Fabián Montesino. Regalemos un fuerte aplauso. Todos comenzaron a aplaudir. Mientras los asistentes aplaudían el señor Fabián se dirigía hacia la tarima para recibir su premio. Luego de que le entregaran su premio dio un breve discurso. —¡Buenas noches! Es un honor para mí es un honor recibir este premio por tercer año consecutivo, ya que es un reconocimiento al buen desempeño que realizo en mi función como presidente de las industrias Montesino, la cual desde que me hice cargo a tenido un grandioso crecimiento y todo eso gracias a mi excelente manejo. Mi buena visión empresarial y mi increíble habilidad para rodearme solo de los mejores para llevar a cabo el manejo de las empresas, ya que un buen líder sabe elegir su grupo de trabajo. Mientras Fabián iba bajando del escenario, observaba la cara de amargura de sus competidores. Ya que a pesar de ser tan joven había conseguido hacer crecer la empresa. Durante la fiesta Fabián platicó con algunos empresarios extranjeros, es uno de los beneficios que le da el tener conocimiento siete idiomas con fluidez. Los cuales son: inglés, francés, italiano, portugués, mandarín, coreano y por supuesto su idioma natal el español. Todos los empresarios con los cuales hablo esa noche quedaron impresionados no solamente con el hecho de que es el mejor empresario de su país; sino que también por su excelente manejo de sus respectivos idiomas, ya que durante la noche tuvo la oportunidad de platicar con un empresario francés el cual se encontraba muy interesado en realizar una inversión con la empresa de Fabián para la creación de un complejo turístico en el país. Se intercambiaron números y Fabián quedó en brindarle una cita para que pudieran conversar sobre los planes de inversión que él tenía. Mientras se encontraba platicando con un empresario coreano, observó como unos empresarios franceses coqueteaban con la señorita Sandoval, una sensación extraña sintió dentro de él lo que le llevo a disculparse con el empresario, darle su tarjeta para que le llamase para concertar una cita y lo obligó a dirigirse rápidamente hacia donde se encontraba ella con aquellos caballeros. —Bonsoir! Désolé de vous interrompre mais j'ai besoin de l'aide de cette belle dame (¡Buenas noches! Disculpen que los interrumpa, pero necesito la ayuda de esta bella dama) —les dijo en un perfecto francés. —bonne soirée (¡Buenas noches!) —dijeron mientras se retiraban hacia otro lugar de la fiesta. Cuando ya no se encontraban cerca, dirigió su mirada hacia la señorita Saravia y le dijo: —No sabía que manejaba el idioma francés señorita Saravia. —No lo hago señor, con mucho esfuerzo aprendí el inglés. —Entonces ¿Cómo estaba hablando con ellos? —En sí no lo hacía señor, solo sonreía y los dejé creer que me estaban conquistando. Mientras ellos se encontraban conversando Mariana los miró desde lejos, al verlos tan juntos pensó que era el momento adecuado para presentarse como se debía con ella. —¡Buenas noches! Espero no estar interrumpiendo nada importante. —¡Buenas noches! No se preocupe señorita, el señor solo me estaba dando unas indicaciones, así que… —Si interrumpes —le contestó él con un tono de voz claramente molesto. —Mi única intención era poder platicar contigo un poco hace tanto que no nos vemos, desde nuestra ruptura. —Creo que eso debe entenderse como que no tenemos nada de qué hablar así que si nos disculpas nosotros nos retiramos —le dijo mientras caminaba a paso veloz dirigiéndose hacia la salida. —Discúlpenos ¡Buenas noches señorita! —le dijo Sofía mientras se apresuraba para alcanzar a su jefe. Fabián le llamó a Germán quien se apresuró a llegar a la entrada del lugar para recogerlo a él y a la señorita Saravia. Durante el viaje ninguno dijo palabra alguna, el ambiente se encontraba tenso, al llegar a la casa de la señorita Saravia esta le recordó a Fabián sobre la cita que tenían para el siguiente día. —Señor, solo quiero recordarle que el día de mañana debemos asistir al lugar donde se esta realizando la construcción de la biblioteca, para definir detalles y observar cómo van iniciando los avances. —Entendido, ¡Buenas noches descanse! Luego de eso él se quedó esperando a ver que ella entrara a su hogar, cuando ya lo había hecho, le ordenó a Germán que lo llevara hacia su casa.
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